Las obras de la estaci¨®n de La Sagrera obligan a desalojar un asentamiento de 40 personas

La llegada de la nueva estaci¨®n de trenes de La Sagrera en Barcelona es motivo de celebraci¨®n para muchos de los vecinos de los distritos de Sant Mart¨ª y Sant Andreu. No es el caso de Mohammed y Jaouad, de origen argelino y marroqu¨ª. Como ellos, al menos 40 inmigrantes, algunos con permiso de residencia, pero no de trabajo, y la mayor¨ªa de origen magreb¨ª, pero tambi¨¦n subsaharianos, viven en un asentamiento bajo el puente de Bac de Roda. Los m¨¢s veteranos llegaron hace tres a?os. Pero su estancia tiene fecha de caducidad. El avance de las obras de la futura estaci¨®n de La Sagrera y su entorno les obligar¨¢ a abandonar el lugar. ¡°No sabemos a d¨®nde tendremos que ir cuando lleguen las obras aqu¨ª, probablemente tendremos que ir a vivir a alg¨²n parque,¡± lamenta Mohammed.

Los terrenos en los que est¨¢n instalados est¨¢n divididos en dos asentamientos. El primero est¨¢ ubicado literalmente bajo el puente, y el segundo, extendido a pocos metros, a los pies de la Torre del Fang, un hist¨®rico cuartel de la Guerra de Sucesi¨®n de 1714. Desde el Ayuntamiento aseguran que todas las personas son adultas, incluso algunos ancianos, y que la mayor¨ªa tiene seguimiento por parte de servicios sociales. Jaouad asegura que nunca han recibido ayuda. Las cifras indican que hasta el pasado agosto hab¨ªa 286 personas viviendo en 67 asentamientos en Barcelona, seg¨²n Serveis Socials del Ayuntamiento.

El consistorio ha informado de que tiene intenci¨®n de iniciar la reurbanizaci¨®n del espacio este mes de octubre y ha asegurado que el pasado junio fueron notificadas las personas que viven en los terrenos. Ellos aseguran desde las chabolas que nadie ha aparecido por all¨ª: ni de servicios sociales ni del Ayuntamiento. El gestor ferroviario Adif, por su parte, mantiene que no tiene nada que ver con las obras que se realizar¨¢n en esta zona concreta, porque est¨¢ fuera del recinto de trabajo que les corresponde.

Las asociaciones vecinales del distrito, han solicitado al Ayuntamiento rehabilitar la zona por la insalubridad que se est¨¢ generando. Se quejan de una proliferaci¨®n de ratas negras. Desde los grupos de vecinos de Navas, Sant Mart¨ª Proven?als, Clot-Camp de l¡¯Arpa y La Sagrera matizan que no tienen problemas de convivencia con el asentamiento, sino con la dejadez de la administraci¨®n, que perjudica tanto a aquellos que viven en los barracones como al resto de vecinos. ¡°Hemos pedido que se desaloje el asentamiento, pero con garant¨ªas de una alternativa digna a estas personas. Es un error asociar este fen¨®meno al aumento de la delincuencia¡±, aclara Alfred Puig, presidente de la Asociaci¨®n Vecinal de Navas.

Debajo del puente, el campamento se extiende con cub¨ªculos construidos con pl¨¢sticos, maderas, telas y otros desechos con los que sus habitantes construyen chabolas. En el interior, tienen lo b¨¢sico para sobrevivir: un colch¨®n o algo de comida. Los que llevan m¨¢s tiempo, hornillos de gas y sartenes. Recogen agua de una fuente que se encuentra en la calle. Uno de los ancianos del espacio explica que los m¨¢s mayores apenas salen, mientras los m¨¢s j¨®venes s¨ª se desplazan a diario. ¡°Tenemos que buscarnos la vida como sea¡±, sintetiza Mohamed sin entrar en detalles.

Los motivos que llevan a los migrantes a vivir en asentamientos son la imposibilidad de tener a un empleo por la falta de documentaci¨®n y las dificultades para acceder a una vivienda. El caso de Mohammed, que lleva nueve a?os sin ver a su familia y prefiere no dar su apellido, es un calco de miles de inmigrantes en Barcelona. ¡°Es lo que m¨¢s me duele¡±, expresa con l¨¢grimas en los ojos. Lleg¨® a Espa?a en 2016 proveniente de Marrakech (Marruecos), en busca de mejores oportunidades laborales. ¡°En mi NIE pone que no puedo trabajar,;adem¨¢s aqu¨ª no viene nadie, nadie pregunta¡±, concluye con frustraci¨®n.

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