In-Edit: historias con sustrato musical
El festival se inaugura este mi¨¦rcoles con un documental sobre Bad Gyal
Preeminencia de relatos como epicentro de las narraciones, escaso respeto por las fronteras estil¨ªsticas de la m¨²sica y una gran pantalla para recordar que antes no exist¨ªa tanto consumo en la peque?a, donde los planos lucen menos. Eso y la oferta de una programaci¨®n estructurada donde escoger t¨ªtulos que disfrutar, o cuestionar, entre iguales son los argumentos que hacen de In-Edit un festival que se resiste a los cambios de paradigma del consumo audiovisual con sus documentales sobre m¨²sica. Eso y las casta?as propias del oto?o que se pueden adquirir cerca de los cines Mooby Aribau donde el festival se establecer¨¢ entre los d¨ªas 23 de octubre y 3 de noviembre desplegando una programaci¨®n de casi 60 documentales.
Como todos los festivales In-Edit tiene grandes nombres (Springsteen, Rolling Stones, Blur, Bad Gyal, Ornette Coleman, Devo, Estopa, Simple Minds, Luther Vandross, Die Antwoork, Ani Di Franco, Estopa¡) de los que se ofrecen documentales que en el peor de los casos resultan aseados y que dif¨ªcilmente defraudar¨¢n a sus seguidores. Grabaciones de discos, giras o retratos personales son los enfoques m¨¢s habituales sobre artistas que muestran las vicisitudes de una vida que parece de f¨¢bula. Otros documentales, menos llamativos, son los que toman como protagonistas a artistas con menor popularidad o con una popularidad que no alcanza a las nuevas generaciones.
Dos ejemplos de piezas estupendas: el del m¨²sico y arreglista Waldo de los R¨ªos, un documental que a los 42 minutos ya ha enterrado a su protagonista y que en la hora restante del metraje detalla sin aspavientos lo que significaba ser homosexual en la Espa?a de los setenta (y tener una madre muy dominante). Otro podr¨ªa ser el de Carles Sabater, una magn¨ªfica aproximaci¨®n a la personalidad del fallecido ¨ªdolo del rock catal¨¤ (se cumplen 25 a?os de su fallecimiento) en la que su pareja, Laura Jou, explica sin escabrosidades ni sensacionalismo, con un cari?o no exento de dolor y notable sinceridad c¨®mo era el ¨ªdolo pop y las fatales consecuencias que para Carles tuvo este hecho, que lo enterr¨® antes de que ¨¦l se desprendiese de Sau. Su t¨ªtulo dice lo que Carles anhelaba ¡°No espereu res de m¨ª¡±.
Otro retrato de una ¡°desconocida¡± es el de Dory Previn, una cantautora y poeta activa entre los a?os 50 y 70 de la que se explica lo que implicaba ser mujer y artista en aquellos a?os, hechos en los que ser esposa del pianista y director de orquesta Andr¨¦ Previn tuvo su influencia. Mismo caso de mujer a la sombra es el de June Carter, que fue mucho m¨¢s que la mujer que sostuvo a Johnny Cash. Seg¨²n el quipo art¨ªstico del festival, un documental no menos interesante, y adem¨¢s divertido, es el del m¨²sico Jerry Williams Jr, conocido como Swamp Dogg. Jerry explic¨® el porqu¨¦ del alias. Si Swamp ven¨ªa del tipo de funk que acu?¨® el famoso productor Jerry Wexler, Dogg era ¡°porque un perro puede hacer cualquier cosa, y cualquier cosa que un perro haga nunca es una verdadera sorpresa; si duerme en el sof¨¢, caga en la alfombra, se mea en las cortinas, mastica tus zapatillas, se monta sobre la pierna de tu suegra, salta sobre tu ropa nueva y te lame la cara, nunca se ha salido de su personaje¡±. Swamp Dogg definiendo su libertad creativa. Un personaje as¨ª, explicado a partir de que pinta su piscina con unos amigos, resulta tan especial y documentable como Jackie Shane, una de las primeras cantantes negras trans de soul y rhythm and blues ???en los a?os 50 del siglo pasado!!!! , amiga de un Little Richard que a su lado parec¨ªa un ejecutivo de seguros. Y del nuevo retrato de Genesis P Orridge, un artista vitri¨®lico, se dice que no desmerece al fant¨¢stico La Balada De Genesis y Lady Jaye, programado en In-Edit hace unos a?os, antoj¨¢ndose as¨ª como otra de las joyas m¨¢s o menos ocultas de la programaci¨®n.
Por el lado pol¨ªtico y social destaca Soundtrack to a Coup d¡¯Etat, la detallada descripci¨®n de c¨®mo los servicios secretos occidentales aprovecharon las giras por ?frica de artistas como Nina Simone para desestabilizar al gobierno del congole?o Patrice Lumumba. Por su parte, Feneen narra el intento de que el hip-hop sea la opci¨®n profesional para los j¨®venes senegaleses que se ven impulsados por sus familias para emigrar y as¨ª evitar ser considerados cobardes y malos hijos por no buscar en patera un futuro mejor. Bar?a ou Barzakh, Barcelona, el sue?o europeo, o muerte, resumen esta espantosa encrucijada. Documentales sobre la di¨¢spora del dancehall, Bad Like Brooklyn Dancehall o sobre el calipso ambientando el carnaval de Trinidad y Tobago, One Hand Don¡¯t Clap, permiten abrir el foco de un festival que tiene en Brian Eno otra apuesta novedosa, ya que se proyectar¨¢ un documental que nunca es el mismo, dado que se remezcla en directo en cada sesi¨®n.
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