La ¨¦lite de los Mossos contra el ¡®pistolero de Tarragona¡¯: ¡°Era una trampa. Nos quer¨ªa matar¡±
Agentes de los Grupos Especiales de Intervenci¨®n (GEI) declaran como investigados por las lesiones a un vigilante de seguridad que acab¨® recibiendo la eutanasia
Los juzgados de Reus han sido este mi¨¦rcoles el escenario de una narraci¨®n de pel¨ªcula. Agentes de los Grupos Especiales de Intervenci¨®n (GEI) de los Mossos d¡¯Esquadra han explicado c¨®mo la tarde del 14 de diciembre de 2021 se enfrentaron a Eugen Sabau, un vigilante de seguridad que se hab¨ªa atrincherado junto a una mas¨ªa abandonada despu¨¦s de irrumpir armado en la sede de Securitas de Tarragona y darse a la fuga. ¡°Era una trampa. Nos quer¨ªa matar¡±, han relatado los polic¨ªas que respondieron al fuego abierto por Sabau desde una trinchera. El hombre qued¨® parapl¨¦jico como consecuencia de los disparos y recibi¨® la eutanasia en agosto de 2022.
Tras la muerte de Sabau, la familia del vigilante denunci¨® a los GEI al considerar que su actuaci¨®n hab¨ªa sido negligente y desproporcionada. Y el juez de Reus Adriano Mu?oz cit¨®, como investigados, a miembros de esta unidad de ¨¦lite que participaron en el dispositivo en torno a una mas¨ªa abandonada de Riudoms, a 20 kil¨®metros del ataque inicial. All¨ª, Sabau se parapet¨® en un ¡°pozo de tirador¡±, una especie de trinchera que le ofrec¨ªa una ¡°clara superioridad¡± para atacar a los mossos sin ser alcanzado, han detallado este mi¨¦rcoles ante el juez los miembros de los GEI, una unidad que se reserva solo para actuaciones de m¨¢ximo riesgo (secuestros con rehenes, operaciones antiterroristas o grupos criminales, entre otras). Del total de 11 investigados, ocho pertenecen a esa unidad y otros tres, a la de seguridad ciudadana.
Pero para saber lo que ocurri¨® en torno a la mas¨ªa hay que entender lo que pas¨® antes. La ma?ana del 14 de diciembre, Sabau, de 45 a?os, se present¨® en la sede de Securitas, la empresa para la que hab¨ªa trabajado. Quer¨ªa ¡°vengarse¡± de unos jefes que, seg¨²n hab¨ªa dejado escrito en un correo electr¨®nico, le hab¨ªan hecho la vida imposible. Disfrazado con una peluca negra de mujer y armado con una pistola, irrumpi¨® en las oficinas y, en cinco minutos, dispar¨® contra tres personas (que resultaron heridas) y se dio a la fuga en un Citro?n Xsara. Los Mossos le localizaron en una rotonda. Sabau abri¨® fuego contra la polic¨ªa (hiri¨® a un mosso en un antebrazo) y condujo hasta situarse en un ¡°pozo de tirador¡± en Riudoms, protegido adem¨¢s por un chaleco antibalas y un escudo de confecci¨®n casera.
¡°Las balas silbaban sobre mi cabeza¡±
La peligrosidad de Sabau llev¨® a activar el concurso de los GEI, que tomaron posiciones alrededor de la mas¨ªa. Mientras un francotirador supervisaba la escena desde un lugar elevado, tres polic¨ªas se acercaron sigilosamente hasta la posici¨®n del vigilante. El lugar elegido para pertrecharse ¡°no era casual¡±, han coincidido los investigados: estaba en ¡°posici¨®n de combate¡±, bien protegido detr¨¢s de un muro que le cubr¨ªa las piernas hasta la cintura y le ofrec¨ªa una enorme ventaja. De haber intervenido agentes de seguridad ciudadana, han vaticinado, el vigilante podr¨ªa haber acabado con sus vidas sin dificultades. ¡°Aquello era una trampa¡±, han contado en el interrogatorio, donde han sido defendidos por el abogado del sindicato USPAC, Jos¨¦ Antonio Bitos.
Dos polic¨ªas se acercaron por el flanco derecho de Sabau, pero ¨¦ste les escuch¨® cuando estaban a unos 20 metros y abri¨® fuego contra el primero de ellos con un fusil Sako, ¡°el mismo¡± que utilizan los GEI, seg¨²n han contado en las declaraciones. El mosso, que hab¨ªa gritado hasta en tres ocasiones ¡°?alto, polic¨ªa!¡± realiz¨® 19 disparos mientras corr¨ªa a refugiarse en la mas¨ªa. A preguntas del juez, no ha sabido concretar si alguna de esas balas impact¨® en el cuerpo de Sabau. Tampoco ha podido hacerlo el GEI (un cabo) que caminaba justo detr¨¢s de ¨¦l y que tambi¨¦n fue recibido a balazos. ¡°Este se?or nos quer¨ªa matar. Era como una pel¨ªcula. Las balas pasaban silbando por encima de mi cabeza. He pasado muchas noches sin dormir. Me acuerdo de ese d¨ªa porque es el d¨ªa en que mis hijos podr¨ªan haberse quedado sin padre¡±, ha explicado. ?l tambi¨¦n respondi¨® al fuego con otros 16 disparos.
Tras una pausa en la que Sabau se agach¨® en el pozo de tirador (presumiblemente para cargar m¨¢s munici¨®n o cambiar de arma), el tercer GEI, que avanzaba por la izquierda, se aproxim¨® todav¨ªa m¨¢s. Sabau tuvo tiempo para disparar de nuevo. La bala pas¨® ¡°cerca del casco¡± del polic¨ªa, que con mejor ¨¢ngulo de visi¨®n y de un solo disparo logr¨® derribarle. Solo entonces se acercaron los polic¨ªas a su cuerpo inm¨®vil y le practicaron los primeros auxilios hasta que fue trasladado al hospital de la Vall d¡¯Hebron.
Sabau ten¨ªa ¡°m¨²ltiples proyectiles en una pierna¡± (hubo que amputarla), pero tambi¨¦n hab¨ªa recibido disparos en un brazo y en la zona de la esc¨¢pula. El juez de Reus se ha interesado especialmente por esa circunstancia. Los polic¨ªas han afirmado que dispararon ¡°en movimiento¡± y mientras trataban de ¡°defenderse¡± de una agresi¨®n armada. El vigilante, en cualquier caso, sufri¨® una paraplejia que no ten¨ªa cura y dolores insoportables. En agosto de 2022, se convirti¨® en el primer preso en Espa?a al que se le aplica la eutanasia.
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