La aventura pionera de R¨¤dio Barcelona cumple 100 a?os
El 14 de noviembre de 1924, EAJ-1 inici¨® las emisiones regulares. La fecha coincide este a?o con la entrega de los premios Ondas
Barcelona vivi¨® en 1924 dos acontecimientos que se?alaban la llegada de la modernidad. En diciembre entrar¨ªa en funcionamiento el primer metro entre Lesseps y plaza de Catalunya. Y precisamente en esta plaza, en la c¨²pula del hotel Col¨®n, el 14 de noviembre R¨¤dio Barcelona (EAJ-1) iniciaba la aventura en Espa?a de las emisiones regulares. Tras los discursos, son¨® un repertorio selecto a cargo del cuarteto Torn¨¦, una soprano y una cupletista. Era un sorprendente teatro invisible del que hoy celebramos el centenario y cuyo futuro se debatir¨¢ en el Congreso Internacional de la Radio que se celebra en Barcelona este viernes y s¨¢bado. Asimismo, esta tarde se entregan los premios Ondas durante una gala en el Liceu. La inauguraci¨®n de R¨¤dio Barcelona se aplaz¨® unos d¨ªas para coincidir con la fecha en que, dos a?os antes, hab¨ªa nacido la BBC como radio privada. La m¨²sica, mucha en directo, domin¨® la programaci¨®n primeriza de la emisora. En 1925, por ejemplo, la conexi¨®n con el Liceo permit¨ªa ofrecer ¨®peras ¨ªntegras.
Memorial Democr¨¤tic y la Generalitat publicaron en octubre de 2020 el libro Barcelona, capital de la r¨¤dio. Sus editores, Armand Balsebre, Susanna Tavera y Josep Llu¨ªs Mart¨ªn i Berbois, reunieron a distintos expertos para explicar las primeras d¨¦cadas de la radio en Barcelona. Y a algunos de ellos acude este art¨ªculo para recordar esta historia que tiene en R¨¤dio Barcelona el sujeto pionero. Como afirma la catedr¨¢tica em¨¦rita de Historia Contempor¨¢nea Susanna Tavera, los pol¨ªticos advirtieron casi de inmediato el ¡°poder de este altavoz¡± y sus voluminosos micr¨®fonos. No extra?a que el art¨ªculo quinto del Estatut de 1932, que habla de competencias sobre la radiodifusi¨®n, ya fuese motivo de disputa entre los gobiernos espa?ol y catal¨¢n. En su trabajo, Tavera recuerda que R¨¤dio Barcelona dio en directo la inauguraci¨®n de las Cortes Constituyentes republicanas. ¡°Una noticia sobre la que la prensa informar¨¢ al d¨ªa siguiente¡±. La radio demostraba una capacidad imbatible para la primicia. En abril de 1931, Maci¨¤ proclamar¨¢ la rep¨²blica catalana ante el micr¨®fono de R¨¤dio Barcelona. Tavera ve en la innovaci¨®n t¨¦cnica que trajo la radio y su impacto social los motivos de un enamoramiento con el medio, tanto de sus trabajadores como de sus oyentes, ¡°que no ha desfallecido¡±.
S¨ªlvia Espinosa, profesora de Filolog¨ªa y Comunicaci¨®n de la universidad de Girona, reivindica que la entrada de la mujer en las emisoras supuso un antes y un despu¨¦s en la historia de la radiodifusi¨®n. ¡°No porque fueran mujeres, si no por las novedades que aportaron¡±. ¡°Salvador Raurich, que era director de la revista Radio Barcelona, se pregunt¨® en una columna publicada en 1926 c¨®mo sonar¨ªa una radio con locuci¨®n femenina¡± Y R¨¤dio Barcelona se moviliz¨® para responder. Fich¨® a Maria Cinta Balagu¨¦, persona ilustrada, disc¨ªpula de Francesca Bonnemaison, que en 1926 conducir¨¢ un programa sobre literatura. Es la primera locutora de radio -en 1925, se menciona la existencia de una ¡°anunciadora¡± en R¨¤dio Catalana, pero no hay m¨¢s noticias-. Hasta entonces, en una sociedad cuyas escuelas de ingenier¨ªa estaban vetadas a las mujeres, ¨¦stas ten¨ªan en la radio papeles como la secretar¨ªa y administraci¨®n o la presentaci¨®n por parte de las int¨¦rpretes de las piezas musicales que iban a ofrecer. ¡°Frente a anteriores programas dirigidos a las oyentes, como los del periodista Joaqu¨ªn Arrar¨¢s -futuro panegirista del franquismo-, Balagu¨¦ propone una radio coral, con distintas colaboradoras que establece las bases de lo que ser¨¢n los futuros magazines¡±. Da el salto del mon¨®logo adoctrinante a la polifon¨ªa. ¡°Y abre los micr¨®fonos a las oyentes¡±.
La emergencia de la voz femenina ser¨¢ particularmente dif¨ªcil en la radio deportiva, nada extra?o dado el entorno. Lo explica Marga Lluch desde los estudios de R¨¤dio 4 donde dirige y conduce M¨¦s que esport. En 1924, ya hab¨ªa breves cr¨®nicas dedicadas al deporte, ¡°pero en 1925, la dictadura proh¨ªbe dar noticias deportivas a las radios el domingo porque era el d¨ªa de descanso de los diarios¡± ¡°La primera retransmisi¨®n deportiva de R¨¤dio Barcelona fue en 1926, un combate entre Paulino Uzcudun y Spalla¡±. El primado del boxeo no es una ocurrencia. Mientras que un combate entre Uzcudun y Primo Carnera pod¨ªa llenar un estadio con 90.000 espectadores, Les Corts apenas ten¨ªa 20.000 localidades. En noviembre de 1927, R¨¤dio Barcelona ofrece el Bar?a-Espanyol del Campionat de Catalunya, que ganan los pericos (1-2). ¡°En estos primeros tiempos, los cronistas en directo de un partido no ten¨ªan una dedicaci¨®n fija. A Joaquim Ventall¨®, por ejemplo, lo llaman porque era secretario de la Federaci¨® Catalana de Futbol, pero sus intereses eran otros¡±. No hay datos sobre qu¨¦ tipo de narraci¨®n se hac¨ªa, en condiciones precarias. ¡°Pero hay algo importante: la radio hace crecer al f¨²tbol y viceversa¡±.
La gente de la radio no ignoraba las artes. Hay m¨²ltiples entrelazamientos. Adri¨¤ Gual, durante la Rep¨²blica, dirigi¨® el radioteatro en catal¨¢n de R¨¤dio Barcelona. El primer director t¨¦cnico de R¨¤dio Barcelona, Josep Maria Guill¨¦n-Garc¨ªa, ser¨¢ consejero en 1930 de los estudios Orphea de Barcelona, los primeros en Espa?a aptos para el rodaje de cine sonoro. Y la radio tambi¨¦n cre¨® su propio star-system. Un ejemplo de ello es Toreski y su joven criatura Miliu, tan queridos por sus oyentes. Sus programas infantiles, de aprendizaje del catal¨¢n y de beneficiencia en R¨¤dio Barcelona eran muy populares. Un ¨¦xito que atragantaba a la competencia. La revista de R¨¤dio Associaci¨® en los a?os treinta lleg¨® a pedir que las autoridades enmudecieran a esta ¡°calamidad nacional¡±
La mayor¨ªa de los promotores de estas primeras emisoras estaban vinculados, como ha estudiado Armand Balsebre, catedr¨¢tico de Comunicaci¨®n Audiovisual y Publicidad de la UAB, a multinacionales del sector que aspiraban a mejorar las ventas de sus aparatos con el ¨¦xito de la radiofon¨ªa. Algunos manifestaban principios ideol¨®gicos. Eduard Rif¨¤, impulsor de EAJ-1, propon¨ªa una radio que cuidara la ¡°moralizaci¨®n y educaci¨®n cristiana de nuestro pueblo¡±. La Associaci¨® Nacional de Radiodifusi¨® (ANR), propietaria de la licencia de R¨¤dio Barcelona, cometi¨® el error de pensar que la programaci¨®n, inicialmente elitista, se sostendr¨ªa con una aportaci¨®n parcial de los ingresos por las cuotas de socios voluntarios y descuidando la publicidad. Uni¨®n Radio, de Madrid, por el contrario, apost¨® por la publicidad y una programaci¨®n m¨¢s popular. Fragilidad econ¨®mica y discrepancias sobre el modelo terminaron con la adquisici¨®n definitiva en 1929 de la licencia de R¨¤dio Barcelona por Uni¨®n Radio, cuyo principal promotor, la familia Urgoiti, no era precisamente mon¨¢rquico. ¡°A pesar de la compra, R¨¤dio Barcelona controlaba los contenidos, apenas hab¨ªa conexiones con Radio Madrid por razones t¨¦cnicas y de costes¡±, comenta Balsebre. La ANR rompi¨® su alianza con Uni¨®n Radio y obtuvo de la dictablanda de D¨¢maso Berenguer una nueva licencia que permiti¨® abrir R¨¤dio Associaci¨®. En los a?os treinta, ambas cabeceras y sus emisoras locales, un duopolio, dominaron el panorama radiof¨®nico catal¨¢n. Una rivalidad ¡°que fue la mejor medicina para la radio¡±. ¡°Se escuchaban mutuamente y eso llevaba a mejorar los contenidos. Si una invert¨ªa en modernizar la cobertura t¨¦cnica o ampliar la red de emisoras locales, la otra deb¨ªa hacer otro tanto. Hubo fichajes inamistosos de actores para los respectivos cuadros art¨ªsticos¡ Pr¨¢cticamente se ignoraba el concepto de target. Era la b¨²squeda del p¨²blico total¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.