¡°Hay momentos de Madama Butterfly que cuando canto no puedo evitar llorar¡±
El Liceu programa 15 funciones de la c¨¦lebre la ¨®pera de Puccini que se repone este lunes con la soprano Sonya Yoncheva
El Liceu corona este a?o 2024 con Madama Butterfly, la celeb¨¦rrima ¨®pera de Giacomo Puccini que narra la historia m¨¢s triste y desgarradora de todas las posibles. Con una quincena de funciones y un reparto con tres sopranos y tres tenores, el teatro de La Rambla ha apostado por reponer por cuarta vez la producci¨®n de Moshe Leiser y Patrice Caurier, que dibuja una cl¨¢sica escenograf¨ªa elegante y minimalista que evoca al Jap¨®n de final del siglo XIX. La soprano b¨²lgara Sonya Yoncheva abre este lunes el tel¨®n (el rol lo compartir¨¢ con Saioa Hern¨¢ndez y Ailyn P¨¦rez) y con sinceridad admiti¨® el d¨ªa de la presentaci¨®n que la historia de Cio-Cio-San es tan dolorosa que a veces no puede contener las l¨¢grimas. ¡°Como madre, puedo sentir sus emociones. La escena final con el ni?o es muy dif¨ªcil y creerme en que hay momentos que no puedo controlar mis ojos y estoy llorando. Y llorar y cantar es una cosa muy dif¨ªcil¡±, dice en alusi¨®n al momento en que Cio-Cio-San renuncia a su hijo antes de suicidarse.
Coproducida por el Liceu y el Covent Garden -se ha representado una decena de veces en Londres-, esta Madama Butterfly tiene, a juicio de V¨ªctor Garc¨ªa de Gomar, director art¨ªstico del Liceu, ¡°aroma de ¨¦xito¡± por el t¨ªtulo en si y el reparto (Matthew Polenzani, Fabio Sartori i Celso Albelo se reparten el papel de Pinkerton). La venta de entradas ha superado para la funci¨®n inaugural el 90%. ¡°La partitura es suculenta y nos cuenta un sue?o roto, un honor da?ado¡±, dice Garc¨ªa de Gomar que apunta que adem¨¢s de la historia imposible entre la geisha de 15 a?os y el oficial americano se dan otros peque?os duelos: la pasion contra la contencion; la mezquindad contra la honestidad; dominador y dominada. ¡°Es un choque de trenes aut¨¦ntico que solo la pasi¨®n y la sabidur¨ªa pucciniana pudo hacer¡±, dijo sobre la ¨®pera y esta historia que fascin¨® a Puccini y que no par¨® hasta conseguir sus derechos de autor desde que la vio en Nueva York.
El maestro chileno Paolo Bortolameolli dirigir¨¢ a la orquesta del Liceu y convino que todos los amantes de la ¨®pera conocen y se conmueven cada vez que la vuelven a ver. ¡°Lo que hace esta historia tan potente es que Puccini nos obliga a ser c¨®mplices y testigos de lo desafortunada que va a ser Cio-Cio-San. A diferencia de Tosca y Mimi (sus otras hero¨ªnas), sabemos desde el minuto uno que esto va a acabar muy mal y nos atrapa porque nos gustar¨ªa subir al escenario y decirle: ¡®No te lo creas, no va a terminar bien¡¯¡±, describe el director sobre el tr¨¢gico destino de la joven a quien Pinkerton olvida en cuanto vuelve a Estados Unidos. Abandonada por los suyos, Cio-Cio-San tiene un hijo de esa relaci¨®n y le aguarda con ilusi¨®n tres a?os. Cuando Pinkerton regresa, casado con una americana, para llevarse al ni?o, Cio-Cio-San no ve m¨¢s salida que hacerse el harakiri.
¡°Es muy doloroso y Puccini construye la m¨²sica en torno a esa complicidad. Sabemos antes que ella como va a acabar. Y ah¨ª est¨¢ la maestr¨ªa de un compositor consumado¡±, dice el director que a?ade que la partitura contiene grandes contrastes al arrancar Puccini con una fuga, elemento de la m¨²sica occidental, para combinarlo despu¨¦s con elementos del folklore japon¨¦s incluidos compases del himno de ese pa¨ªs. Daisy Evans, repositora de la producci¨®n, sostiene que la escenograf¨ªa narra el drama de forma ¡°clara y sencilla¡± a trav¨¦s de una especie de cajas que muestran lo que es la realidad o una fantas¨ªa y en el segundo acto con un fondo negro, con el sue?o ya desaparecido, para ilustrar el bloqueo y el aislamiento de la protagonista. ¡°Puccini ofrece la belleza de la historia y de la m¨²sica limpia y se puede ver lo que aportan los cantantes. Es una producci¨®n tan cl¨¢sica, un caballo de fuerza¡±.
Sonya Yoncheva y Matthew Polenzani, que han compartido muchas veces ya escenario, coincidieron en que esta producci¨®n deja espacio a los cantantes para expresar las emociones y en que la tristisima historia de Madama Butterfly es producto de un doble error. ¡°Ella es una geisha y su error es que se enamora de su cliente¡±, analiza la soprano. ¡°Es facil pensar en que Pinketon como el malo. Para m¨ª lo es: Tengo tres hijos y les he dicho que si act¨²an as¨ª tendr¨¢ consecuencias graves en en casa. Comportarse as¨ª solo tiene consecuencias tr¨¢gicas. Pero mi trabajo es hacerlo humano: Me gustaria que la gente sintiera su humanidad, su remordimiento, comete un error, pero no espera que ella se mate¡±. ¡°El final rompe los corazones: es una madre que decide no vivir m¨¢s porque su hijo se va a vivir una nueva vida con otra madre y con su padre. Y ella cree que es lo mejor. A lui devo obbedir, dice. Esa es Butterfly. La respetuosa mujer que es¡±, la elogia Yoncheva. Adorada esta ¨®pera en Jap¨®n, subraya el post del Liceu, en Nagasaki hay un monumento que evoca a Madama Butterfly: una escultura de Puccini con una mariposa en la mano y otra de la la soprano japonesa que la interpret¨® junto a un ni?o mirando al mar.
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