Un juzgado de Vilanova ha extraviado dos veces una causa contra tres empresarios abierta en 2008
El denunciante eleva una queja al Poder Judicial tras casi 17 a?os de espera y dos reconstrucciones del expediente: ¡°Una vez se puede perder, dos ya no¡±


Jos¨¦ Antonio G¨®mez era empresario, viv¨ªa en Barcelona y no ten¨ªa a¨²n 40 a?os cuando denunci¨® a tres antiguos socios de una inmobiliaria por apropiaci¨®n indebida. Era un asunto econ¨®mico sin mucha miga, de los que pasan por los tribunales sin pena ni gloria. Los socios se apoderaron, presuntamente, de 42.500 euros en dividendos que le correspond¨ªan a Jos¨¦ Antonio por una promoci¨®n que iba a desarrollar la empresa. No solo no le pagaron sino que, como declararon ante Hacienda haberle ingresado esa cantidad, le toc¨® abonar 8.500 euros en impuestos por incremento de patrimonio. Una mala jugada.
La denuncia recay¨® en el juzgado de primera instancia e instrucci¨®n n¨²mero 8 de Vilanova i la Geltr¨² (Barcelona). Y ah¨ª ha permanecido durante 17 a?os. Jos¨¦ Antonio, que ahora se dedica a la formaci¨®n de agentes inmobiliarios, vive en C¨¢diz (¡°necesitaba cambiar de aires¡±, dice) y ha cumplido 56, tiene poca fe en la justicia. Pero no renuncia al derecho a la protesta y por eso ha elevado una queja contra la jueza, Margarita Fe Subirats, ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que ha empezado a estudiarla y a solicitar informaci¨®n pero no ha abierto por ahora expediente, seg¨²n un portavoz del ¨®rgano.
¡°Entiendo que los jueces sean lentos por falta de recursos, pero esto es demasiado y aqu¨ª han pasado cosas extra?as¡±, explica. Jos¨¦ Antonio no alude a la hiriente lentitud sino a otro hecho ins¨®lito: el juzgado ha perdido dos veces la causa, seg¨²n la documentaci¨®n consultada por EL PA?S, y solo ha podido reconstruirla porque el denunciante ha aportado los papeles. ¡°Hemos preguntado mil veces qu¨¦ ha pasado. Ni nos han dado una explicaci¨®n ni yo tengo ninguna teor¨ªa¡±. En la queja al Poder Judicial, el hombre denuncia ese ¡°incomprensible¡± extrav¨ªo (¡±una vez puede ser, dos ya no¡±) y se considera v¨ªctima ¡°por partida doble¡±, por los hechos y por los sufrimientos causados por ¡°la desidia, pasividad e injustificado retraso del juzgado¡±. Consultado por este diario a trav¨¦s de un portavoz del Tribunal de Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC), el juzgado sostiene que la causa se perdi¨® una vez (no explica qu¨¦ pas¨®) y recuerda que su custodia es responsabilidad del secretario judicial.
Un camino tortuoso
Hay procedimientos que, por lo que sea, nacen torcidos y ya no se enderezan. El de Jos¨¦ Antonio es uno de ellos. Present¨® la denuncia el 10 de junio de 2008. Solo tres d¨ªas m¨¢s tarde, con una velocidad que no se ver¨ªa m¨¢s, la magistrada Fe abri¨® y archiv¨® la causa, sin practicar diligencias, al no ver indicios de delito. El abogado del empresario recurri¨® la decisi¨®n. Pero ya no hubo noticias hasta tres a?os m¨¢s tarde, cuando, en 2011, el juzgado orden¨® la ¡°reconstrucci¨®n del expediente¡±, que se hab¨ªa perdido. Jos¨¦ Antonio aport¨® la documentaci¨®n y, con ello, la jueza admiti¨® el recurso y reabri¨® la investigaci¨®n.
La jueza no se puso las pilas hasta el a?o siguiente, 2012: pidi¨® informaci¨®n al registro mercantil y a los administradores de la sociedad y cit¨® como testigos a los empresarios, que aseguraron no recordar si hab¨ªan aprobado o no el pago a Jos¨¦ Antonio o si hab¨ªan emitido un certificado fiscal. Ante ese olvido, el abogado pidi¨®, en la primavera de 2013, su declaraci¨®n como investigados. Se produjo entonces un fundido a negro. La oscuridad se prolong¨® durante casi cinco a?os, a lo largo de los cuales el letrado present¨® nueve escritos de impulso procesal ¡ªherramientas para decirle al juzgado que no se olvide del asunto¡ª en los que advert¨ªa, en tono cada vez m¨¢s severo, del ¡°perjuicio irreparable¡± para su cliente. No sirvi¨® de nada. ¡°Era un cachondeo. Cada dos por tres pregunt¨¢bamos. Se juntaba la navidad con el verano y el verano con la navidad¡±, afirma, con humor, Jos¨¦ Antonio.
La luz regres¨® de la peor forma. En enero de 2018, la jueza admiti¨® que el expediente hab¨ªa desaparecido y pidi¨® ayuda a las partes. El fiscal respondi¨® que no ten¨ªa nada y la jueza archiv¨® el caso por la ¡°imposibilidad de reconstruir¡± la causa. Jos¨¦ Antonio acudi¨® de nuevo al rescate y lo entreg¨® todo y por orden cronol¨®gico. Pero ya entonces su abogado expres¨® el malestar: ¡°No podemos dejar de mostrar nuestro estupor por el hecho de que este expediente se haya perdido ins¨®litamente en dos ocasiones¡±. En todo ese tiempo sin noticias, y a pesar de haber acudido personalmente varias veces a Vilanova, nadie les avis¨® de que la causa estaba, de nuevo, perdida.
En el verano de 2018, los empresarios declararon finalmente como investigados. Pero no fue hasta cuatro a?os y medio m¨¢s tarde, en diciembre de 2022, cuando la jueza puso fin a la investigaci¨®n con un auto en el que apreciaba indicios de delito. Concluy¨® que Jos¨¦ Antonio ¡°presuntamente nunca habr¨ªa percibido¡± los 42.500 euros y sufri¨® ¡°perjuicios econ¨®micos de ¨ªndole fiscal¡±. La jueza dio traslado a la Fiscal¨ªa y a las acusaciones para que solicitaran la apertura de juicio oral. Las defensas recurrieron ese auto y, desde entonces, la magistrada no hab¨ªa resuelto los recursos ni abierto juicio oral. Hasta que lleg¨® la queja.
El 11 de febrero, en otro giro de los acontecimientos, la jueza dict¨® el archivo de la causa. En un auto de apenas tres p¨¢ginas, habla de una ¡°paralizaci¨®n del procedimiento¡± de seis a?os y concluye, contra su criterio anterior, que los delitos han prescrito. A Jos¨¦ Antonio, este nuevo rev¨¦s ¡ªque atribuye a la presentaci¨®n de la queja¡ª no le quita las ganas de pelear y por eso piensa recurrir la decisi¨®n.
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