Rusos y ucranios, que suman 8.000 en Torrevieja, evitan la pol¨ªtica para mantener su buena vecindad
Los ciudadanos de ambos pa¨ªses tratan de eludir los roces en su d¨ªa a d¨ªa en la ciudad alicantina, donde conviven con normalidad desde hace d¨¦cadas, integrados en la sociedad
Es casi imposible que en cualquier reuni¨®n de ciudadanos del este de Europa que tenga lugar en Torrevieja (Alicante) no haya representantes ucranios y rusos. Mezclados. A las puertas del colegio, en la iglesia, en los centros de salud, de compras en tiendas especializadas en productos eslavos. Son dos de las cinco nacionalidades m¨¢s numerosas del censo torrevejense y est¨¢n acostumbrados a convivir. Incluso ahora, tras la invasi¨®n de Ucrania por parte de tropas rusas. La consigna t¨¢cita para seguir sin roces ni conflictos es evitar la pol¨ªtica. ¡°Llevamos d¨¦cadas juntos¡±, declara Natalia, una kazaja con pasaporte ruso. ¡°Aqu¨ª hay gente de todos los pa¨ªses, no podemos dividirnos, debemos estar unidos porque en Espa?a somos todos extranjeros¡±, exclama.
Natalia pasa la aspiradora por las alfombras de la iglesia ortodoxa de la Natividad de Nuestra Se?ora, situada junto a un parque arbolado y lugar de reuni¨®n de ucranios y rusos. Junto a ella, se ocupa de la limpieza del templo toda una cuadrilla de mujeres con la cabeza cubierta con un pa?uelo lideradas por Lara, ucrania. Tras el estallido del conflicto, la iglesia se ha convertido tambi¨¦n en centro de recepci¨®n de ayuda para el pueblo atacado. Se acumulan cajas de ropa, de zapatos, de comida, de pa?ales para beb¨¦s. ¡°Los primeros que trajeron material fueron una pareja de espa?oles¡±, agradece Lara. Su marido, Yaroslav, es uno de los dos cl¨¦rigos que van a oficiar la misa de 12 en el templo ortodoxo. El otro, Leonid, es ruso. Ambos coinciden en que entre sus feligreses ¡°no hay problemas¡±, aunque les aconsejan que ¡°no entren en conversaciones sobre pol¨ªtica¡±.
A cien metros de la iglesia, un grupo de ciudadanos del Este practica yoga en una cancha deportiva municipal. ¡°Aqu¨ª viene gente de todas las nacionalidades¡±, cuenta Oksana, ucrania que lleva 22 a?os en Espa?a, ¡°entre Torrevieja y Albacete¡±. Sigue en contacto con sus amigos ¡°de todas partes¡±. ¡°Nos une una convivencia de a?os¡±, asegura, ¡°cada uno con sus ideas, pero hay que mantener el respeto, incluso con los partidarios de Putin, porque la poblaci¨®n civil no tiene culpa de nada¡±. Oksana es la ¨²nica del grupo de yoguis, mayoritariamente rusos, que accede a hablar con EL PA?S. En general, a los ciudadanos de esta nacionalidad les cuesta comentar la situaci¨®n actual, ratifica Isabelle, ciudadana sueca casada con un ucranio que organiza una recogida de suministros para la asociaci¨®n From Heart to Heart, en un edificio c¨¦ntrico, pr¨®ximo al consistorio. ¡°Muchos no se pronuncian, otros se sienten atacados por el mero hecho de ser rusos¡±, manifiesta. En sus c¨ªrculos m¨¢s pr¨®ximos, en general, ¡°la convivencia es buena, como siempre¡±, contin¨²a Isabelle. Pero algo ha cambiado. ¡°Todo el mundo tiene miedo, nadie est¨¢ c¨®modo, hay un estado de inseguridad generalizado¡±, afirma.
La mezcla de nacionalidades es casi obligatoria en Torrevieja. Su censo re¨²ne 119 pasaportes distintos. Seg¨²n las cifras que maneja el ayuntamiento, de febrero de 2022, la capital tur¨ªstica de sur de Alicante cuenta con 88.041 habitantes. De ellos, 4.442 proceden de Rusia, el contingente m¨¢s nutrido despu¨¦s de los brit¨¢nicos. Los ucranios suman 3.216 en total. El Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) calcula que el 45,6% de los habitantes de Torrevieja son for¨¢neos.
De todas las edades, con todo tipo de ocupaciones y capacidades econ¨®micas, rusos y ucranios est¨¢n totalmente integrados en la sociedad. Buena parte de ellos trabajan en el sector de la construcci¨®n, tanto en la obra como en el sector inmobiliario. Pero tambi¨¦n hay un n¨²mero considerable de profesionales en el departamento de salud, que re¨²ne 35 nacionalidades en su plantilla, seg¨²n fuentes de la Consejer¨ªa de Sanidad. Tatiana es ucrania y m¨¦dico en el centro de salud de La Loma, muy cercano a la iglesia ortodoxa. Por tel¨¦fono, afirma que ha recibido muchos apoyos y que ¡°nunca ha vivido problemas¡± con los ciudadanos del pa¨ªs que acaba de invadir el suyo. Ni con los pacientes, ¡°a los que nunca se les pregunta su origen¡±. En el Hospital de Torrevieja trabaja Elena, rusa, como enfermera de quir¨®fano. ¡°Nadie esperaba que algo as¨ª pudiera pasar¡±, confiesa. ¡°Debemos ser inteligentes y no dejarnos manipular¡±, propone, ¡°porque Putin no ha hecho m¨¢s que crear un conflicto entre familias¡±.
Iryna acaba de tatuarse el azul y amarillo de su bandera en un brazo. Trabaja en un 24 horas de productos eslavos. ¡°Alg¨²n ruso ha dejado de venir a la tienda¡± desde la invasi¨®n, asegura, ¡°pero otros que antes no eran clientes, ahora vienen por solidaridad¡±. ¡°Pero no hemos tenido ning¨²n problema ni reclamaci¨®n¡±, a?ade, ¡°salvo en las redes sociales¡±. Un ¨¢mbito del que tambi¨¦n se queja Oksana, ucrania afincada en Torrevieja. ¡°Aqu¨ª todos vivimos en paz y respeto¡±, asevera, ¡°pero hay rusos que conf¨ªan en su l¨ªder y difunden informaci¨®n falsa¡± por internet. A su juicio, ¡°en los canales de televisi¨®n y otros medios estatales¡± de la Federaci¨®n Rusa ¡°hay una constante falsificaci¨®n de la informaci¨®n¡±. ¡°Pero los que viven fuera, como en Espa?a¡±, contin¨²a, ¡°tienen libre acceso a informaci¨®n veraz en los medios europeos¡±.
?mbito escolar
La convivencia entre ambas nacionalidades en conflicto se reproduce tambi¨¦n en el ¨¢mbito escolar. ¡°El porcentaje de extranjeros de la sociedad torrevejense se repite en el ¨¢mbito de la ense?anza¡±, sostiene la direcci¨®n del CEIP Las Culturas, el m¨¢s grande de la ciudad, con 700 alumnos. El 46% de su alumnado es extranjero y actualmente hay 23 rusos y 14 ucranios matriculados. ¡°Son todos buenos estudiantes y casi todos llegan hasta la universidad¡±, subrayan las fuentes del centro. Y, hasta ahora, ¡°no hemos tenido problemas, nada a lo que no se haya podido dar respuesta desde las tutor¨ªas¡±. ¡°No hay un plan espec¨ªfico¡± para abordar la guerra en clase, detallan, ¡°pero s¨ª tenemos un plan de convivencia¡± que consiste en ¡°velar por la normalidad de los alumnos y adaptar la realidad de lo que est¨¢ ocurriendo a un lenguaje infantil, sin tomar partido¡±. Su objetivo, no obstante, es que cale el mensaje de paz. ¡°Trabajamos la empat¨ªa y procuramos que sepan que lo est¨¢n pasando mal¡±, sentencian.
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