Las librer¨ªas ¡®indies¡¯ de autor se abren paso en los barrios de Valencia

J¨®venes emprendedores han cambiado el concepto de la venta de cultura y conciben su negocio como algo din¨¢mico, vivo, divertido. Son las librer¨ªas indies, independientes, de autor, que cada vez se imponen m¨¢s en los barrios m¨¢s chic de Valencia, con libreros, apasionados lectores, que saben recomendar.

Si se camina por la calle del Moro Zeit, en Velluters, se divisan unos escaparates un poco extra?os. No solo exponen libros sino otro tipo de objetos; podr¨ªa ser un taller de manualidades o una tienda de objetos ins¨®litos y muy modernos. Pe(rru)cho es una librer¨ªa experimental, seg¨²n sostiene su due?o, Jaime Ortega. Un tipo con ojos encendidos, un librero joven que trata de innovar en su oficio. Miembro de un colectivo que hace de todo. Suena en la estancia Paint it black de los Stones y uno se siente como en casa. Alrededor un buen n¨²mero de estampas del arte japon¨¦s antiguo, de colores hermosos, animan a recorrer la sala con los ojos bien abiertos.

Resmas de papel de texturas diferentes y exquisitas, cajitas coloreadas, hechas a mano, cuyo contenido es un secreto que solo se podr¨¢ desvelar al abrirlo. ¡°Este es un taller de autoedici¨®n isogr¨¢fica, la reproducci¨®n exacta de un manuscrito y de cualquier g¨¦nero de escritura¡±, explica Jaime. ¡°Se trata de una t¨¦cnica de impresi¨®n japonesa a base de soja. Una vuelta al pasado editorial japon¨¦s¡±. Hay unas hojas dibujadas que esta vez son un proyecto sobre la obra del escritor Mishima. El proyecto es de nombre extra?o U-KIllo-E, y se basa en la pel¨ªcula de 1985, del gran Paul Schrader sobre el escritor y poeta japon¨¦s: Los ¨²ltimos d¨ªas de Mishima.

No muy lejos, el librero turin¨¦s Gabriele Nero, 39 a?os, regenta una tienda beatnik (movimiento juvenil que rechaza las convenciones sociales), El doctor Sax, subtitulo, Beat and Books. Es una librer¨ªa min¨²scula, como una barraquita de feria; un jardincillo de sue?os y pesadillas. Unos 10 metros cuadrados a mitad de la calle de Quart. Pero no tiene nada de medieval, es ultramoderna, alternativa y beat. Doctor Sax es un peque?o espacio forrado de libros antiguos y modernos, nuevos y de segunda mano; y tambi¨¦n mu?ecos, pa?uelos, camisetas, iconos de la contracultura. Hay un esqueleto en el escaparate que baila un foxtrot de vez en cuando. Esta vez suena Kraftwek. ¡°Pongo m¨²sica tecno para que la gente tenga curiosidad de entrar¡±. Como si fuera una tienda del Greenwich de Dylan.

Doctor Sax es el t¨ªtulo de una novela de Jack Kerouac, Nero es un adicto a la generaci¨®n de T¨¢nger. Este joven librero viaj¨® a visitar la tumba de Jack London, su particular beat preferido. ¡°Abrir una librer¨ªa es un gesto pol¨ªtico, como quer¨ªa Gramsci; ir m¨¢s all¨¢, experimentando en la literatura, la provocaci¨®n. London es un beat, incluso Arist¨®fanes lo era. Beat, como dice Gregory Corso, es todo aquel que desaf¨ªa lo establecido. Como Jean Lorraine, que desafi¨® a Proust, por un amor con el hijo de Daudet¡±.

Nero no solo vende libros desde Chandler a Machado, pasando por Poe, tambi¨¦n tiene su propia editorial e imprime obras in¨¦ditas u olvidadas. Su ¨²ltimo logro ha sido publicar La Roma de Pasolini, una obra in¨¦dita aqu¨ª, que se imprimi¨® en Italia hace a?os y jam¨¢s se tradujo y ahora lo ha hecho Eduardo Margareto. Es una joya de limitada distribuci¨®n. Porque las librer¨ªas indies no disponen de grandes presupuestos. Este local min¨²sculo con flores en la acera, que parece una tienda de campa?a cherokee, recuerda, en chico, a la legendaria City Lights de San Francisco, donde Corso, Ginsberg, Burroughs y Kerouack encontraron su hogar.

¡°La diferencia con el librero generalista es que yo tengo que seleccionar, Busco el efecto ?ouauh! del cliente. Esa sorpresa que no se esperaba encontrar¡±, afirma.

Club Saudade

Junto a las torres de Quart, la joven librera Olga Abad ha montado La Primera Libros, en Guillem de Castro 6. ¡°Yo atraigo a la gente lectora ofreciendo actividades y apuesto por los clubs de lectura¡±. Han formado el club Saudade; van a leer a Saramago, Pessoa, Luisa Amaral. ¡°Nos reunimos en el s¨®tano una vez al mes. La mayor¨ªa mujeres, desde 20 a 65 tacos. Me gusta que sea intergeneracional, No quiero ser una de esas librer¨ªas solemnes¡±.

Y hablando de beats e indies, hay un icono en Russafa, una librer¨ªa de viejo, escueta como una caja de embalaje, Swift Books. Con tres cuartos de siglo de antig¨¹edad. La mont¨® el hermano mayor del escritor valenciano Josep Llu¨ªs Segu¨ª. Un chafl¨¢n que, como un fantasma del pasado, se incrusta entre C¨¢diz y Denia. Ahora la mantiene el librero Swift, de padre ingl¨¦s, bajo una ir¨®nica leyenda del G¨¦nesis: ¡°Leed y multiplicaros¡±. Como si la hubiese fundado el mism¨ªsimo Dostoievski.

En el barrio del Cabanyal, la librer¨ªa Batisfera en la calle de la Reina, brilla con luz propia. Aqu¨ª, entre guetos y deterioro urbano, no hab¨ªa nada que echarse a la mirada hasta que aparecieron en 2018. Santiago Lemoine, argentino, 32 a?os, y su socio Corey EastWood, neoyorquino, 41, y montaron su librer¨ªa internacional. Dos entendidos que empezaron a pie de calle. Santiago trabaj¨® a?os en una tienda libros nuevos en Buenos Aires y luego en la Shakespeary Company, en Par¨ªs; Corey vendi¨® libros por las calles de Nueva York; ahora ofrecen un jard¨ªn de sorpresas. ¡°Al principio nos dec¨ªan ¡®est¨¢is locos¡¯, aqu¨ª no lee nadie. Pero no es as¨ª. Leen m¨¢s las chicas¡±. En las estanter¨ªas uno puede encontrar libros selectos de peque?as editoriales tambi¨¦n muy indies, como Imperdible, un sello queer y trans que se abre camino sin promociones.

¡°Alimentamos colecciones de aire fresco y tambi¨¦n viejas reliquias descatalogadas. El problema de la librer¨ªa de viejo con despojos que acumulan polvo, no existe aqu¨ª¡±, dice. Una de esas reliquias es la edici¨®n en castellano de El erotismo, de Georges Bataille, libro de culto de la generaci¨®n de los sesenta, en la edici¨®n Sur, prohibida en Espa?a y alimento de toda una generaci¨®n de disidentes y libertarios. Corey cuenta sus avatares: ¡°Encontr¨¦ en Nueva York a un viejo con pinta de clochard [vagabundo]; cuando termin¨¦ Sociolog¨ªa trabaj¨¦ con ¨¦l y aprend¨ª a ser librero¡±. Mientras habla, recorren la tienda mujeres curiosas, hombres de aspecto grave que rastrean un viejo Simenon y ni?os con sus mam¨¢s.