Vivir con alarmas y bajo llave frente a los ocupas
Cinco bloques de pisos en Montserrat (Valencia), muchos vac¨ªos porque se quedaron sin vender, acumulan medio centenar de reclamaciones judiciales por ocupaciones. Entre los due?os e inquilinos m¨¢s antiguos cunde el ambiente de inseguridad
El estallido de la burbuja inmobiliaria dej¨® en torno a 2008 miles de promociones de casas a medias y hundi¨® por a?os la venta de inmuebles en toda Espa?a. La crisis que sigui¨®, tan brutal como prolongada, ha mantenido miles de pisos vac¨ªos y sin vender, en un limbo de embargos, ejecuciones hipotecarias y subastas, favoreciendo las ocupaciones en una coyuntura de alquileres altos y escasez de vivienda. En Montserrat, localidad valenciana de 7.600 habitantes, los vecinos de cinco fincas (unos 70 pisos) situados entre la calle de la Pau y Metge Manuel Llombart, viven de sobresalto en sobresalto desde 2020. Uno de los vecinos m¨¢s antiguos oy¨® un d¨ªa ruidos en la azotea, por la que se comunican todos los bloques. Pronto supo que ten¨ªa una persona ocupa que no se dejaba ver. M¨¢s tarde comenzaron a desfilar desconocidos por los portales que, al ser interpelados por los residentes, aseguraban haber comprado las llaves de uno u otro piso ¡°por 1.500 euros¡±, cuenta el vecindario. Se enganchaban al cuadro de la luz y listo.
A Promociones Amenofis, propietaria de estas fincas de Montserrat, la crisis le agu¨® las ventas. Adem¨¢s, todo eran problemas con los escas¨ªsimos due?os de la promoci¨®n, dado que la mayor¨ªa de casas se qued¨® sin vender: no se constituy¨® la comunidad de vecinos, los ascensores nunca se pusieron en marcha, robaron las placas solares, se inund¨® un bajo y una larga lista de calamidades. Los pisos se han ido ocupando ¡ªel n¨²mero 30 de Manuel Llombart est¨¢ habitando ¨ªntegramente por ocupas¡ª, y cunde entre los residentes m¨¢s antiguos un ambiente de inseguridad. Las alarmas saltaron el pasado verano cuando en plenas fiestas del pueblo se oyeron tiros en un altercado en el que se vio implicada una de las familias que ocupan estos bloques. La Polic¨ªa Local y la Guardia Civil van d¨ªa s¨ª, d¨ªa no. ¡°Es muy complicado vivir as¨ª¡±, responde uno de los vecinos que atiende nuestra llamada. Han instalado alarmas y cambiado cerraduras pero, como se lamenta una de las alquiladas, ¡°se vive mal y a veces se pasa miedo¡±.
Los juzgados de Picassent, de los que depende Montserrat, son conscientes del problema. El juzgado de Primera Instancia n¨²mero 1 de Picassent tiene alrededor de una docena de procedimientos penales por ocupaciones sin contrato en estos cinco bloques. En todos los casos, previa denuncia de la Sareb, el llamado banco malo, ¡ªtitular de la deuda de Amenofis¡ª el juzgado ha oficiado a las fuerzas de seguridad para que identifiquen a los ocupantes a fin de dirigir la causa contra ellos.
A las ocupaciones irregulares se a?aden las demandas contra inquilinos que firmaron en su d¨ªa contratos de alquiler con la promotora a bajo precio cuando estaba a punto de ejecutarse la hipoteca. En un auto de diciembre de 2022 del Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 1 de Picassent, que resuelve que deben desocuparse una serie de pisos de estos bloques porque van a subastarse, el juez advierte que Amenofis dej¨® de pagar el pr¨¦stamo hipotecario en 2012, por lo que era consciente de que una entidad bancaria pod¨ªa reclamar la garant¨ªa hipotecaria¡± sobre los pisos alquilados. Unos cuantos inquilinos reconocen que dejaron de pagar la renta ¡ªla consignan en una cuenta bancaria¡ª por la situaci¨®n de la finca y porque la promotora se desentendi¨®, explican dos de los vecinos.
El mismo juzgado tiene, esta vez por la v¨ªa civil, en torno a unos 40 procedimientos ¡ªjuicio verbal de desahucio por precario¡ª por demandas de la Sareb, en tanto que titular de la deuda. La resoluci¨®n recoge que la responsable de la promotora, Susana de Cabo, hab¨ªa seguido ¡°celebrando¡± contratos de alquiler a pesar de no satisfacer el pr¨¦stamo y saber que los pisos se iban a subastar.
Los inquilinos afectados han sido advertidos por el juzgado de que deber¨¢n abandonar sus viviendas cuando la propietaria real (la Sareb) las saque a la venta. De momento, no se han ejecutado los lanzamientos ¡ªla acci¨®n f¨ªsica de desahuciar a un inquilino¡ª. No obstante, algunos de los residentes ya han dejado los pisos y han entregado las llaves, asegura el juzgado.
Mirando la fachada desde la calle apenas se aprecia la precaria situaci¨®n en que se encuentran las fincas. Pero, desde la azotea comunitaria pueden apreciarse agujeros en los muros para facilitar el paso de un edificio a otra, o colchones que alguien ha empleado para dormir al raso. Otra de las vecinas, a punto de entrar en uno de los portales, grita que no hay problemas cuando se percata de la presencia de periodistas. Sin embargo, en los juzgados ya hay alguna denuncia por empujones y amenazas verbales a alg¨²n vecino por parte de alg¨²n ocupa.
Juicios r¨¢pidos
Seg¨²n el alcalde de Montserrat, Josep Maria Mas i Garcia, la localidad tiene casi 4.000 viviendas en su t¨¦rmino municipal, aparte est¨¢n las del centro urbano. El 60% est¨¢ en urbanizaciones y el resto son diseminadas. Durante el boom de la construcci¨®n se edific¨® mucho pero vino la crisis inmobiliaria y algunas promociones se quedaron en un limbo. Las ocupaciones en el municipio son ¡°en el 99,9% de los casos¡± de inmuebles de bancos o de la Sareb. El l¨ªo acerca de quien es el propietario real de esos pisos provoca muchos quebraderos de cabeza a los ayuntamientos a la hora de resolver los conflictos.
Este ayuntamiento mantiene una estrecha relaci¨®n con los juzgados de Picassent y su alcalde se ha reunido, junto con otros primeros ediles de municipios vecinos, con la decana de los juzgados para acelerar los plazos de desahucio con juicios r¨¢pidos. La Sareb sabe de la problem¨¢tica, seg¨²n el Ayuntamiento que, a d¨ªa de hoy, a quien tiene que notificar de los juicios r¨¢pidos es a Promociones Amenofis, pues es la que aparece en el Registro como titular. Si luego esta comparece o no en los juicios r¨¢pidos es otra cuesti¨®n.
La representante de Amenofis frente a los vecinos, en conversaci¨®n telef¨®nica con este diario, asegura que no est¨¢ en el cargo desde hace a?o y medio. Pero hasta entonces, insiste, los contratos de alquiler que formaliz¨® eran legales y pod¨ªa hacerlos porque la sociedad figura en el Registro de la Propiedad como due?a de los pisos. Del auto judicial que censura que siguiera alquilando pisos, asegura que no lo conoce. ¡°Menos cuatro o cinco inquilinos, todos ten¨ªan deudas. No pagaban¡±, afirma.
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