¡®Okupa¡¯ y gestor inmobiliario: ¡°El piso es de banco, garantizado. Si le gusta, ya est¨¢¡±
Los Mossos escucharon ocupaciones en directo mientras investigaban al grupo mafioso: ¡°Si vienen los ¡®tombos¡¯ [polic¨ªas], deja las herramientas ah¨ª¡±
Plinio C. es el supuesto cabecilla del grupo mafioso que ocup¨® decenas de pisos en Barcelona y L¡¯Hospitalet desde el estallido de la pandemia, en marzo de 2020. Para sus compatriotas colombianos era, sobre todo, la persona que pod¨ªa ayudarles a encontrar con facilidad un techo bajo el que dormir, sin complicaciones burocr¨¢ticas y sin los precios desorbitados del mercado. Una suerte de gestor inmobiliario fuera de la ley. La investigaci¨®n del caso Squatter, a la que ha accedido EL PA?S, muestra c¨®mo Plinio dirig¨ªa el complejo proceso de unas ocupaciones que los investigadores de los Mossos d¡¯Esquadra, que hab¨ªan pinchado su tel¨¦fono con autorizaci¨®n judicial, pudieron seguir en riguroso directo.
¡°Mi mamita est¨¢ buscando habitaci¨®n, no s¨¦ si de pronto usted tenga una por ah¨ª¡±, le pregunta un hombre el 11 de agosto de 2022. El tel¨¦fono de Plinio, de 40 a?os, lleva semanas intervenido. Apenas dos d¨ªas despu¨¦s, este le devuelve la llamada. Le dice que ya tiene un piso perfecto para ¨¦l, de tres habitaciones, en la Gran V¨ªa de Barcelona. Se lo puede alquilar por 800 euros. Un regalo, piensa. En una conversaci¨®n con Sonia G., una de sus estrechas colaboradoras, presume de ofrecer precios muy competitivos: ¡°Est¨¢n pagando 300 por dos, imag¨ªnese, barato. Ya ver¨ªamos qu¨¦ pagan en otro lugar, dep¨®sito, inter¨¦s¡¡±
Encargado de que haya suministro de luz, agua, gas e incluso internet en los pisos ocupados, Plinio tambi¨¦n alardea del buen estado en el que deja las viviendas. ¡°Ese piso como est¨¢ seguir¨¢ dando renta a¨²n. Tres habitaciones, sala comedor, ah¨ª para colgar la ropa en la ventana¡¡±. En una ocasi¨®n, lamenta que la polic¨ªa haya frustrado una ocupaci¨®n que ten¨ªa prevista. ¡°Estaba a punto de ese regalo y llamaron a los tombos [los polic¨ªas]. Chino estaba cambiando el cerrojo adentro y llegaron los rayas [de nuevo, la polic¨ªa] y no dio tiempo¡±. Insiste en que ¡°abrir¡± un piso ¡ª¨¦l participa directamente en muchas de las maniobras¡ª tiene que ser algo r¨¢pido, ¡°cinco minutos y fuera¡±.
Plinio, que est¨¢ investigado por una ristra de delitos (usurpaci¨®n de bienes inmuebles, da?os, defraudaci¨®n de fluido el¨¦ctrico, falsedad, contra la salud p¨²blica, estafa, organizaci¨®n criminal), gestionaba el proceso de principio a fin. Lo primero era buscar pisos vac¨ªos, preferentemente de inmobiliarias ligadas a bancos y de fondos de inversi¨®n. Los encontraba a trav¨¦s de aplicaciones de internet. Se mov¨ªa, sobre todo, a demanda de futuros inquilinos y compradores. Cuando le ped¨ªan un piso, intentaba encontrarlo o pon¨ªa a su gente a buscar. Una vez localizado, se encargaba de conseguir las herramientas y de organizar a las frenteadoras, las mujeres que iban a permanecer all¨ª los primeros d¨ªas tras la ocupaci¨®n, normalmente acompa?adas de sus hijos para evitar el desalojo. Muchas veces participaba ¨¦l mismo en las ocupaciones, rompiendo la cerradura e instalando una nueva, as¨ª como los suministros. Era tambi¨¦n, siempre seg¨²n la investigaci¨®n, el que ten¨ªa la ¨²ltima palabra sobre el destino que iba a darse a ese piso: alquiler o venta final a colombianos residentes en Catalu?a.
El problema del acceso a la vivienda
Los investigadores consideran que algunos de esos inquilinos o compradores no sab¨ªan que estaban entrando en un piso ocupado, pero otros s¨ª. Se trata, en cualquier caso, de personas ¡°con pocos recursos, escaso arraigo y problemas para conseguir una vivienda¡±, ya que muchos de ellos se encuentran en situaci¨®n irregular en Espa?a. Seg¨²n la investigaci¨®n, a algunos ocupantes la organizaci¨®n los ¡°obligaba despu¨¦s a realquilar¡± habitaciones para sacar todav¨ªa m¨¢s provecho de los pisos.
Las frenteadoras ayudaban con el ¡°boca a oreja¡± a Plinio, que se llevaba la mayor parte de los beneficios, seg¨²n el sumario. Hab¨ªa cuatro tipos de tarifas, seg¨²n los Mossos: alquiler de una habitaci¨®n (de 200 a 300 euros), alquiler del piso completo (de 500 a 900), ¡°venta¡± (pago de una ¨²nica cantidad, de 4.000 a 5.000 euros, por la falsa adquisici¨®n del inmueble) o negociaci¨®n con el banco o el fondo de inversi¨®n de turno para abandonar la vivienda a cambio de una compensaci¨®n (entre 6.000 y 8.000 euros). El problema de la vivienda en las grandes ciudades y ¡°especialmente en Barcelona¡±, subrayan los atestados policiales, ha hecho que la ocupaci¨®n sea una ¡°oportunidad de lucro¡± para grupos como el liderado por Plinio, porque, adem¨¢s, el delito de usurpaci¨®n ¡°tiene atribuida una pena de car¨¢cter leve¡±.
En su ¡°tarea de planificaci¨®n¡±, Plinio estaba presente en muchas de las ocupaciones o las dirig¨ªa por tel¨¦fono, gestionando los recursos humanos y materiales necesarios, ¡°incluidos pa?ales, cables o colchones¡±. Lo han comprobado los mossos, que han escuchado en directo algunas de esas actuaciones, incluido el ruido de las herramientas o el llanto de los ni?os.
El 27 de agosto, el grupo se prepara para ocupar un piso porque tiene ya un inquilino apalabrado. ¡°Esta noche los metemos ah¨ª¡±, le dice Plinio a su hermano. A las cuatro de la ma?ana, est¨¢n en plena acci¨®n. Plinio pide ayuda para traer herramientas. ¡°Esta puerta ya la tengo quitada, del piso las quit¨¦ todas ya. Si llegan los tombos, dejan las herramientas ah¨ª detr¨¢s de la camioneta¡±, indica mientras una mujer llamada Mar¨ªa hace tareas de vigilancia y ocupa el piso, al que dotar¨¢n de agua y luz. El hombre avisa por tel¨¦fono a una de sus frenteadoras detenidas, Brigeth D. ¡°El local ya est¨¢, es de banco, cien por cien garantizado, si le gusta ya est¨¢, le hago un v¨ªdeo para que lo mire¡±. Es ella, en apariencia, la que tiene que convencer al inquilino. ¡°Le conviene, nosotros le metemos¡±.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.