Jazz y gospel en 350 escenarios de la Espa?a despoblada: de un molino de viento a un centro astron¨®mico
El Festival Itinera, que surgi¨® en el confinamiento por la covid, ofrece conciertos en peque?as localidades de la Comunidad Valenciana, Catalu?a, Baleares y Castilla-La Mancha
Tocar y cantar Bella Ciao en la plaza de Benillup (Alicante) ante sus 108 habitantes, en principio, no entraba en los planes de Cecilia Huerta y Liam Joyce, de nombre art¨ªstico The Street Foxes, cuando decidieron hacer carrera en la m¨²sica. La saxofonista zaragozana y el guitarrista australiano que, desde que se conocieron en Guatemala, han actuado en escenarios de M¨¦xico, Tailandia o Australia, no cre¨ªan que en Espa?a su proyecto de swing, blues y jazz, fuera a tener ¨¦xito, pero un d¨ªa, cuando tocaban en el paseo de la Malvarrosa, en la playa de Val¨¨ncia, un paseante les pidi¨® su tel¨¦fono. El paseante result¨® ser el coordinador del Festival Itinera en la Comunidad Valenciana y, efectivamente, llam¨® para proponer al grupo que participara en este proyecto, que programa conciertos de estilos como soul, jazz o gospel en municipios de menos de 2.000 habitantes como Benillup. Dijeron que s¨ª, aunque el 15 de julio, de camino al concierto, todav¨ªa cre¨ªan que el p¨²blico se preguntar¨ªa ¡°qui¨¦nes son estos guiris¡±. Horas despu¨¦s, cantaban Bella Ciao sobre el escenario junto a un vecino que les hab¨ªa confesado antes del concierto que este himno de la resistencia antifascista italiana era su canci¨®n favorita.
El Festival Itinera es una idea hija del confinamiento por la covid, cuando a su coordinador, Marcel Marata, que no es m¨²sico pero s¨ª un profesional del marketing ¡°amante de la m¨²sica¡±, se le ocurri¨® presentar este proyecto a la Associaci¨® de Micropobles de Catalunya. En 2021 celebr¨® su primera edici¨®n, gan¨® el Premio Impulsa Cultura de la Fundaci¨® Catalunya y se ha ido extendiendo por otras comunidades. Este a?o ha programado conciertos en localidades de menos de 2.000 habitantes en la Comunidad Valenciana, incluidos los pueblos de la Ruta 99, de menos de 100 habitantes. Tambi¨¦n en otros de Catalu?a, Baleares y Castilla-La Mancha. ¡°Siempre buscamos favorecer la igualdad de oportunidades, la posibilidad de llevar m¨²sica que no es habitual en los peque?os municipios a estos lugares para que tengan acceso, adem¨¢s de visibilizar la realidad de la despoblaci¨®n¡±, afirma.
Entre los escenarios, se cuentan plazas de pueblos, pero tambi¨¦n molinos de viento, zonas en riesgo de sequ¨ªa, el centro astron¨®mico de la monta?a del Pedraforca (Barcelona) o las ruinas de la ermita y el calvario en L¡¯?nova (Valencia). ¡°Siempre hay una relaci¨®n directa con el patrimonio¡±, a?ade Marata, y los conciertos act¨²an a veces a modo de reivindicaci¨®n: se se?ala un lugar que se quiere rehabilitar, se piden m¨¢s recursos para el municipio o se critica el abandono de determinadas zonas.
Un p¨²blico ¡°pegado a la silla¡±
Como The Street Foxes, decenas de grupos y artistas ofrecen este a?o alguno de los 50 conciertos que, de junio a octubre, se han programado en peque?as localidades de la Comunidad Valenciana, 350 en toda Espa?a. Todos coinciden: no se esperaban esa entrega del p¨²blico en el ¨¢mbito rural, ni los bailes espont¨¢neos, ni las firmas de discos, ni las peticiones de bises. ¡°Nosotros decimos que en estos conciertos se activa la rueda de la felicidad¡±, asegura el coordinador del festival. ¡°El p¨²blico est¨¢ encantado porque tiene la oportunidad de escuchar una m¨²sica a la que habitualmente no tiene acceso, el municipio est¨¢ encantado porque se pone su problem¨¢tica en el mapa, y los m¨²sicos, content¨ªsimos, porque tocan en escenarios extraordinarios y tienen un altavoz espectacular¡±, considera Marata.
¡°En la ciudad, la gente est¨¢ un poco saturada de tanta oferta musical y no sabe ni d¨®nde ir¡±, afirma Cecilia Huerta, que ha descubierto en el festival a otro tipo de p¨²blico, el de Castell de Cabres, Herbers o Fuente la Reina, todos ellos municipios donde The Street Foxes han tocado: ¡°La gente de estos pueblos est¨¢ pegada a la silla, con ojos y o¨ªdos bien abiertos durante la hora entera del concierto; vienen a escuchar con inter¨¦s¡±. El concierto en Benillup coincidi¨® con las fiestas de la localidad y les sorprendieron los bailes espont¨¢neos de los vecinos y, en todos los municipios, el p¨²blico se ha acercado a felicitarles al terminar el concierto, e incluso a comprarles discos o pedirles fotos.
Lo que m¨¢s recuerda de estos conciertos Miguel ?ngel Gabald¨®n, saxo bar¨ªtono en Tr¨ªo Street Sax, es una nota. Se la dej¨® al grupo una vecina de Montanejos, una se?ora que escribi¨® en un papel ¡°seguid as¨ª, lo hac¨¦is muy bien¡±. A este saxofonista de 21 a?os y sus compa?eros, Aitor Or¨®n y Andreu Lorente, les pidieron ¡°un bis, y un segundo, y un tercero¡± hasta que se les hizo tarde y tuvieron que cortar. Una reacci¨®n como la que nunca hab¨ªan encontrado estos m¨²sicos, todav¨ªa alumnos de conservatorio. Gabald¨®n, Or¨®n y otro compa?ero, V¨ªctor Berjillo, tocan desde hace tres a?os en las calles del centro de Val¨¨ncia para cogerle el gusto al p¨²blico y para sacarse ¡°un extra¡±. En Itinera han pasado por pueblos como Sempere o Geldo, donde han tocado versiones para saxo de bandas sonoras de pel¨ªculas como Mamma Mia, La la land o Cinema Paradiso, adem¨¢s de temas de los Beatles o Queen.
En un mirador o para amenizar una cena de sobaquillo (en la que cada comensal lleva su parte), Gaman Quintet ha pasado este verano por pueblos como Vallibona, Fuentes de Ay¨®dar, Villanueva de Viver o Pav¨ªas. ¡°Como es un proyecto tan familiar, en los pueblos peque?os la gente te trata con mucha confianza, te dan la enhorabuena, te preguntan sobre tu vida, te invitan a tomar algo o incluso te dicen ¡°ay, si yo te presentara a este, o a aquel¡¡±, asegura Andy Edo, la flautista de este quinteto de viento formado por un grupo de compa?eros del Conservatorio Superior de Castell¨® que propone un recorrido por la m¨²sica de Europa y Am¨¦rica, con movimientos de obras como El amor brujo, La flauta m¨¢gica o West Side Story. Itinera, apunta Edo, ofrece a los m¨²sicos una posibilidad de vida diferente. ¡°Al acabar la carrera hay mucha competencia, porque todos queremos dedicarnos a tocar, as¨ª que conocer estos pueblos y dejar actuar el boca a boca es una buena forma de empezar¡±, asegura.
Expansi¨®n incluso internacional
En solo un a?o, los conciertos de Itinera en la Comunidad Valenciana se han quintuplicado. En toda Espa?a, se han multiplicado por diez desde la primera edici¨®n. Su futuro apunta a otras comunidades interesadas como Arag¨®n, Castilla y Le¨®n, La Rioja o Galicia, pero tambi¨¦n a regiones de otros pa¨ªses como Occitania, en Francia, o Cerde?a, en Italia. El motivo de la expansi¨®n, quiz¨¢, tiene que ver con la creaci¨®n de otro modelo de festival, descentralizado y arraigado al territorio. Un modelo de producci¨®n complicada que gestiona un ¡°equipo base¡± de solo seis personas, que se ocupan de calcular desplazamientos, de gestionar la promoci¨®n en los medios y la relaci¨®n con los municipios, e incluso de ¡°prever si en una zona va a haber o no cobertura de tel¨¦fono¡±.
¡°Claro que ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil en ese sentido tener un espacio y hacer 20 conciertos en un fin de semana¡±, reconoce el coordinador de Itinera, pero un festival como este tambi¨¦n tiene sus ventajas. Por ejemplo, que ¡°a una decena de los conciertos en Catalu?a ha ido m¨¢s gente que el total de la poblaci¨®n del municipio¡±. Las cifras hablan por s¨ª solas, seg¨²n Marata: ¡°Si el p¨²blico de un concierto en un pueblo de 100 habitantes es de 40 personas, va el 40 % de la poblaci¨®n; extrapolemos eso a Val¨¨ncia: es inviable¡±. A pesar de eso, asegura que no quieren ¡°crear escuela ni nada parecido¡±. ¡°Hay todo tipo de festivales magn¨ªficos pero estamos en otra l¨ªnea: la de comunicar valores con la m¨²sica¡±, concluye.
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