La acuciante necesidad de cuidar la salud mental en las aulas

M¨¢s de la mitad del estudiantado universitario percibe la necesidad de apoyo psicol¨®gico y tambi¨¦n el 50% ha consultado alguna vez con alg¨²n profesional sanitario por problemas de salud mental. Lo recoge el estudio estatal sobre ¡°La salud mental en el estudiantado de las universidades espa?olas¡±, realizado a 59.000 alumnos, entre quienes la prevalencia de ansiedad moderada o grave y de s¨ªntomas depresivos es de uno de cada dos estudiantes, mientras que uno de cada cinco reconoce haber pensado en el suicidio. Son los puntos calientes de un problema real que durante tiempo ha sido un tab¨².

¡°Las cifras son preocupantes. No es un problema de una minor¨ªa¡±, se?ala Vicent Balanz¨¢, profesor de Psiquiatr¨ªa de la Universitat de Val¨¨ncia e investigador del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), centro desde el cual lider¨® junto con el investigador Rafael Tabar¨¦s este estudio de 2023. Fruto de un convenio con el Ministerio de Universidades y el Ministerio de Sanidad, la investigaci¨®n calcula la frecuencia y la magnitud de los problemas de salud mental en estudiantes de todo el sistema universitario espa?ol, p¨²blico y privado.

¡°La salud mental de los estudiantes es un grave problema de salud p¨²blica y un claro motivo de preocupaci¨®n para la comunidad universitaria, al representar una amenaza para el desarrollo personal y acad¨¦mico y el futuro laboral de toda una generaci¨®n¡±, explica Balanz¨¢, cuyo grupo ha realizado investigaciones pioneras en este campo. Ese conocimiento acumulado ha permitido que las pol¨ªticas p¨²blicas tomen conciencia. Desde la aprobaci¨®n de la Ley Org¨¢nica del Sistema Universitario (LOSU), las universidades deben contar con servicios de prevenci¨®n y orientaci¨®n psicopedag¨®gica de forma gratuita y fomentar el autocuidado.

¡°Hace quince a?os estos servicios se centraban m¨¢s en las dificultades para el desarrollo acad¨¦mico¡±, recuerda este investigador, para quien, adem¨¢s de la formaci¨®n del profesorado, la prevenci¨®n constituye la gran asignatura pendiente. ¡°El manejo del malestar emocional, la frustraci¨®n y la incertidumbre se puede entrenar, pero sabemos que el futuro de los j¨®venes, su emancipaci¨®n, es complicado, y es lo primero que debe reconocerse. Ahora hay una oportunidad para que las universidades compartan buenas pr¨¢cticas eficaces para promover la salud mental y prevenir el mal, y que los titulados aprendan a saber cuidar tambi¨¦n su salud mental¡±.

El estudiante en el centro

En marcha desde hace dos a?os, el Servicio de Atenci¨®n Psicol¨®gica a Estudiantes (SAPE) de la Universitat Polit¨¨cnica de Val¨¨ncia atendi¨® el curso pasado 135 casos y 600 citas, la mayor parte por mujeres estudiantes. Seg¨²n el ¨²ltimo informe anual, el 35% de los casos se relacionan con ansiedad por autoexigencia, el 20% por ansiedad debido al rendimiento acad¨¦mico, el 12% por ansiedad relacionada con el futuro profesional, el 11% de ansiedad relacionada con el estr¨¦s agudo, un 3% por ansiedad por acoso personal, un 7% de ansiedad por problemas de adaptaci¨®n, un 8% por ¨¢nimo deprimido, y un 3% por tendencias suicidas.

¡°Los datos demuestran los problemas reales y tambi¨¦n d¨®nde tenemos que actuar¡±, observa Marina Alonso, directora de ¨¢rea de acompa?amiento y orientaci¨®n integral al estudiante de la UPV, en la que se integra el SAPE, un servicio que cuenta con un equipo dirigido por una psic¨®loga, activo durante el tiempo lectivo y cuyo l¨ªmite se establece en diez sesiones por estudiante y por curso. ¡°Nuestra obligaci¨®n como universidad es orientar a los estudiantes, apoyarles y potenciarlos de forma integral, gener¨¢ndoles un sentimiento de pertenencia¡±, explica Alonso, directora del Plan Integral de Acompa?amiento al Estudiante (PIAE+), premiado en 2023 como el mejor programa a nivel nacional de acompa?amiento y orientaci¨®n al estudiante universitario en el Encuentro Anual del Servicios de Informaci¨®n y Orientaci¨®n de las Universidades (SIOU).

Adem¨¢s de la atenci¨®n individual, se programan a lo largo del curso talleres tem¨¢ticos grupales y jornadas con invitados variados, desde especialistas a influencers como La Ni?a Amarilla o Samantha Hudson, charlas que han llegado a acaparar la asistencia de 800 estudiantes y que han ayudado a detectar acciones para mejorar la atenci¨®n a trav¨¦s del conocimiento y las experiencias personales. ¡°Se ha puesto carteler¨ªa en las puertas de los ba?os para decirles no est¨¢n solos y que no pasa nada si piden ayuda, y se ha desplegado un programa de profesores tutores de referencia como primer punto de apoyo, adem¨¢s de utilizar redes como Instagram, siempre supervisadas por profesionales, en las que los estudiantes son los protagonistas¡±, destaca Carla Montalv¨¢ Bonet, vicedelegada de Vida Universitaria.

Todo empieza en la escuela

Para reducir los trastornos en la formaci¨®n superior, la clave se encuentra m¨¢s abajo, en la etapa infantil. La preocupaci¨®n por el bienestar emocional en las aulas se deriva, se?ala la psic¨®loga educativa y comunitaria Andrea Ollero, vicedecana del Col¡¤legi Oficial de Psicologia de la Comunitat Valenciana (COPCV), del ¡°colapso¡± en las unidades de salud mental infantil por la ¡°derivaci¨®n altamente frecuente¡± no solo de adolescentes, sino tambi¨¦n de ni?os. ¡°En los niveles inferiores estamos obviando la prevenci¨®n y la detecci¨®n temprana, cuando ya observamos en los colegios infantiles algunas conductas bastante violentas. Hay que intervenir desde la escuela infantil, y la respuesta no es poner talleres ni psic¨®logos cl¨ªnicos en las aulas¡±, recalca Ollero.

Los colegios, apunta la psic¨®loga, deben ser organizaciones sanas en las que todas las personas que trabajan transmitan la sensaci¨®n de escucha. ¡°Esto es muy importante cuando muchos adolescentes dicen que no son escuchados, y ante los modelos de crianza cada vez m¨¢s sobreprotectores, con el efecto de que cuando llegan a la adolescencia, los j¨®venes no soportan que su pareja les deje o que tengan fracaso escolar o frustraci¨®n¡±, a?ade Ollero, quien apunta la falta de profesionales de la psicolog¨ªa en el ¨¢mbito de la orientaci¨®n educativa. ¡°Cuando se detecta que una ni?a de nueve a?os ha dejado de comer y que est¨¢ preocupada por la dieta, es necesario un profesional especializado en el desarrollo evolutivo y en contextos educativos. Esto no va de hacer talleres o poner psiquiatras, se trata de una intervenci¨®n estructural¡±, sostiene.

Adem¨¢s del desarrollo cognitivo, la escuela infantil, todo un laboratorio para detectar situaciones de vulnerabilidad y riesgo, se centra cada vez m¨¢s en la atenci¨®n afectiva, en un momento de la vida en que los problemas de convivencia tienen su origen en las emociones. ¡°Vemos que las faltas de respeto, las conductas disruptivas y los conflictos en etapas posteriores est¨¢n muy relacionados con la educaci¨®n infantil. Hay que trabajar muy bien desde 0 a 3 nuestra manera de relacionarnos con los ni?os, las familias y el profesorado¡±, describe la psic¨®loga educativa Montse Mart¨ªnez, del Gabinete Psicopedag¨®gico de la Mancomunitat de La Safor, donde se han fraguado proyectos comunitarios como la Escuela del Buen Trato.

La base de su d¨ªa a d¨ªa se define por la comunicaci¨®n con los ni?os de una manera directa y a su altura, ¡°respetando sus ritmos y ofreci¨¦ndoles un entorno seguro para que ganen confianza, e interviniendo en los primeros conflictos con pautas para gestionar las emociones y resolverlos¡±, a?ade Mart¨ªnez, que empez¨® en la aplicaci¨®n de estas innovaciones educativas en 2005. ¡°El detonante ha sido el paso de la guarder¨ªa a la escuela infantil, con un curr¨ªculum muy basado en conceptos, pero hemos visto que es necesario centrarnos en el apego seguro, en su maduraci¨®n, para abordar las dificultades de aprendizaje y los trastornos. Los ni?os que han aprendido a relacionarse adecuadamente van a saber convivir despu¨¦s en entornos educativos, con los amigos, y con otras personas. Y para eso no se necesitan programas o profesionales externos como un parche, sino que el cambio debe ser dentro de la propia comunidad educativa¡±, destaca la psic¨®loga.

Tutor¨ªas afectivas

Un espacio en el que el alumno expresa lo que siente son las tutor¨ªas afectivas, una de las medidas de acompa?amiento con profesorado voluntario en Secundaria. ¡°Los modelos de aprendizaje deben de ayudar a afrontar situaciones con personas que escuchen. La interacci¨®n social es esencial, que el alumno est¨¦ a gusto, que crea en sus posibilidades, para que vaya empoder¨¢ndose¡±, subraya Andrea Soler, orientadora en un instituto de secundaria valenciano.

La tutor¨ªa afectiva escucha y ayuda al alumno sin juzgar el malestar. En la mayor¨ªa de los casos, trata las manifestaciones emocionales habituales de la adolescencia como ¡°me siento triste, no le encuentro sentido a hacer lo que hago, no estoy motivado, siento que no encajo en el grupo de amistades¡±, aunque cada centro adapta las tutor¨ªas a las necesidades de sus alumnos.

Soler asiste como orientadora en el primer contacto con el tutor y el alumno para realizar una primera evaluaci¨®n generalizada para detectar cu¨¢l es el origen del malestar y establecer los objetivos iniciales de mejora. ¡°Observamos en muchos casos la mejora de la calidad de las relaciones sociales. Algunos alumnos han dejado de estar aislados y han conseguido una red de apoyo entre iguales. Pese a la limitaci¨®n de los recursos y una alta tasa de absentismo escolar, hemos conseguido que algunos alumnos est¨¦n m¨¢s motivados para no dejarlo. El ¨¦xito se mide por que los alumnos se sientan acompa?ados¡±, apunta esta orientadora, cuyo colectivo tiene una ratio de 400 alumnos por profesional.

La salud mental del alumnado, subraya la psic¨®loga Andrea Ollero, con m¨¢s de 35 a?os de experiencia, se suman a los problemas del profesorado, ¡°con bajas laborales cada vez m¨¢s frecuentes¡±, y a la falta de recursos para atender la diversidad. ¡°La clave es planificar, conocer qu¨¦ hacen los centros dentro del propio sistema y ver qu¨¦ funciona y qu¨¦ no. No he conocido programas pol¨ªticos planificados, consensuados con la comunidad, ha habido intentos, pero se va a salto de alarma. No pueden ser los planes sin memoria econ¨®mica, cuando se necesitan recursos¡±, concluye.