Los j¨®venes del siglo XXI, un punto de inflexi¨®n en la salud mental: ¡°Dicen que est¨¢n muy solos¡±
Los problemas psicol¨®gicos afectan a cuatro de cada 10 personas de entre 15 y 29 a?os y la ansiedad el trastorno m¨¢s generalizado. En el fondo lo que hay es un gran cambio social
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La sociedad no para de repetirles lo mal que est¨¢ el empleo, lo poco que van a ganar. Les culpabiliza de falta de esfuerzo y de llevar una buena vida comparada con la de generaciones anteriores. De tenerlo todo. Pero casi la mitad de los j¨®venes espa?oles vive una situaci¨®n vital de ansiedad, des¨¢nimo y pesimismo porque no ve futuro. Solo el 30,8% cree que tiene una buena salud mental, seg¨²n una encuesta de la Confederaci¨®n de Salud Mental Espa?a del pasado a?o. Tambi¨¦n piensan que nadie hace nada para cambiar esta situaci¨®n, alertan los expertos.
Es un cambio social que est¨¢ provocando un aumento de los problemas de salud mental entre los adolescentes y j¨®venes, cada vez desde edad m¨¢s temprana, a partir de los 12 o 13 a?os. As¨ª lo reflejan los datos, los especialistas y los que tratan los problemas de esta poblaci¨®n desde los centros de salud. Pero, ?a qui¨¦nes se refieren esas cifras, a personas con crisis de ansiedad coyuntural o a problemas psiqui¨¢tricos? ?Es exagerado el mensaje que se transmite sobre la gravedad?
A los j¨®venes actuales les gusta ¡°el lujo, tienen malos modales, menosprecian la autoridad y no tiene ning¨²n respeto a los mayores¡±. Esta frase y similares se repiten a menudo y reflejan que cada grupo generacional critica a los siguientes porque se cree mod¨¦lico o porque no entiende que la sociedad ha cambiado. El autor de esta declaraci¨®n, en concreto, aunque puedan adivinarlo entre un buen pu?ado de pol¨ªticos o ide¨®logos actuales, y no tan actuales, que no paran de quejarse de la falta de esfuerzo instaurada entre los j¨®venes, lo sabr¨¢n m¨¢s adelante.
Y es precisamente en el mensaje social en el que hay que poner el foco de la situaci¨®n, seg¨²n los expertos en salud mental. Si a esto se a?aden los cambios brutales que ha desencadenado la ¨²ltima revoluci¨®n tecnol¨®gica, aparece otro ingrediente en la mesa, la incomprensi¨®n que siente la juventud y los reproches que recibe por usar demasiado las pantallas. Pero la realidad es que su mundo es ya diferente, tambi¨¦n lo son su forma de comunicarse y de vivir, que seguir¨¢ cambiando con inteligencia artificial.
Futuro incierto y angustia vital
¡°La presi¨®n social, la imagen que se da de los j¨®venes, de lo que algunos llaman la generaci¨®n de cristal, porque dicen que no poseen cultura del esfuerzo, que lo tienen todo, es demoledora para ellos. Es la primera generaci¨®n en Espa?a, que, en principio, va a vivir peor que sus padres¡±, se?ala la soci¨®loga Marta Delgado, una de las autoras del ¨²ltimo estudio La situaci¨®n de la salud mental en Espa?a, de la Confederaci¨®n de Salud Mental y la Fundaci¨®n Mutua Madrile?a, publicado en 2023. Cada generaci¨®n anterior aspiraba a mejorar el nivel de sus padres y es lo estos quer¨ªan para ellos. El camino parec¨ªa claro, pero ahora se ha enturbiado.
¡°Los j¨®venes ven un mundo incierto, viven el futuro angustioso. No ven las oportunidades laborales que les puedan llevar a tener la vida que quieren. Hacen una carrera, un m¨¢ster y tampoco ven la salida que esperaban. Piensan que nada les garantiza tener unas condiciones laborales que les permita tener la vida que les gustar¨ªa¡±, resume Delgado.
Son muchos los que aseguran que est¨¢n mal. ¡°Solo el 30,8% de los menores de entre 15 y 24 a?os considera que tiene una buena salud mental. El uso del t¨¦rmino generaci¨®n de cristal para describir a los j¨®venes es peyorativo y se basa en supuestos falsos. No es una generaci¨®n de mantequilla¡±, advierte la soci¨®loga. ¡°Habr¨ªa que romper este estigma. Simplemente, tienen un perfil distinto, con muchas cosas buenas, con valores s¨®lidos, mayor empat¨ªa y sensibilidad hacia la diversidad, la igualdad o el medio ambiente¡±.
En lo que se refiere a perspectivas laborales, ¡°esta generaci¨®n tiene como espejo a sus antecesores, los millenials, que sufrieron de lleno la gran recesi¨®n (2008-2014) y han ido encadenando una situaci¨®n precaria. Y esto afecta a c¨®mo se sienten y hace que tengan una salud mental compleja. Viven en un mundo m¨¢s complicado, con muchas contradicciones y nuevas incertidumbres¡±, explica.
El presidente de la Confederaci¨®n de Salud Mental Espa?a, Nel Gonz¨¢lez, resalta que ¡°aunque es cierto que la adolescencia es un lapsus de vida bastante complejo, una fuente de cambios y de grandes retos, en algunas de sus federaciones, en los ¨²ltimos a?os ha aumentado hasta un 70% la demanda de gente joven que acude a pedir ayuda¡±. ¡°Esto es algo sintom¨¢tico, vemos que el aumento del problema tiene un alcance real¡±, a?ade.
De malestar a patolog¨ªa
Los grupos m¨¢s vulnerables y proclives a experimentar problemas de salud mental son los que tienen entre 18 y 34 a?os, con especial incidencia en las mujeres y en el colectivo LGTB. La idea del suicidio (que afecta al 14,5%, en la poblaci¨®n general con estos trastornos) o de las autolesiones (9%) entre las personas con problemas de salud mental se produce en mayor grado entre los j¨®venes de 18 a 24 a?os, concluye la misma encuesta. ¡°Hay que establecer dos dimensiones del problema. Por un lado, la del malestar emocional y, por otro, cuando lo que les ocurre pasa a ser una patolog¨ªa¡±, explica el presidente de la confederaci¨®n, que agrupa a 340 asociaciones de toda Espa?a.
?C¨®mo se detecta ese paso? ¡°Cuando les impide tener una vida normalizada ha pasado a ser una patolog¨ªa. Es decir, cuando tienen una conducta dif¨ªcil y, adem¨¢s, duermen mal, tienen un comportamiento alimentario poco normal, se encierran en casa y no socializan¡±, responde Gonz¨¢lez. Insiste en que hay que situar los problemas en su contexto: ¡°La clave del cambio que ha habido est¨¢ en que ahora mismo se habla m¨¢s de las cosas que antes, no es que sea mucho m¨¢s grave, es que son tiempos de m¨¢s transparencia y hay que insistir en que aumente m¨¢s¡±, afirma.
Uno de los grandes problemas es que muchos todav¨ªa no saben pedir ayuda, el mensaje es insistir en este camino, en conseguir que la sociedad, en general, hable con normalidad de ello, se?ala. ¡°Ir al psic¨®logo es adecuado en muchos casos, pero como soluci¨®n, cuando no se tienen una patolog¨ªa, puede ser un proceso perverso. En esos casos que no es una patolog¨ªa, tienen que saber que hay situaciones que tienen que vivir, que forman parte de su maduraci¨®n y que no deben exagerar el problema¡±, matiza Gonz¨¢lez. Y a?ade que las dificultades que perciben los j¨®venes est¨¢n relacionadas con la econom¨ªa: paro, subida del coste de la vida, falta de empleo digno. Esto ha llevado a un panorama en el que no solo han aumentado los brotes psic¨®ticos, seg¨²n reflejan los datos y los expertos, sino a un malestar emocional generalizado.
El ¨²ltimo Bar¨®metro de FAD Juventud y Mutua Madrile?a sobre Salud y Bienestar, realizado hace un a?o entre j¨®venes de 15 a 29 a?os, corrobora este diagn¨®stico. ¡°La mayor¨ªa de los niveles de estr¨¦s siempre se relacionan con el trabajo, los estudios y la situaci¨®n general de crisis. M¨¢s del 50% de los j¨®venes sienten estr¨¦s y en la preocupaci¨®n por los estudios se aprecia una diferencia importante entre mujeres (78 %) y hombres (53%)¡±, resalta el soci¨®logo e investigador social en el Centro Reina Sof¨ªa de FAD Juventud Stribor Kuric.
¡°Hay un sesgo de g¨¦nero a nivel transversal que se mantiene a lo largo de todo el informe. Por ejemplo, la preocupaci¨®n por la econom¨ªa se ve en el 56% de las mujeres y el 44 % de los hombres. ¡°La raz¨®n principal tiene que ver con los estereotipos de g¨¦nero, que siguen ah¨ª, la mujeres experimentan una situaci¨®n estructural de desigualdad, esto no ha cambiado. Ellas perciben que van a tener m¨¢s mayores dificultades y esto les genera m¨¢s estr¨¦s¡±, explica Kuric.
La conclusi¨®n general es que alrededor del 40% de los j¨®venes est¨¢ teniendo ya s¨ªntomas negativos de forma muy frecuente, como falta de energ¨ªa (46,2%), tristeza (44,2%), problemas para concentrarse (44,9%), miedo ante el futuro (42,7%), falta de inter¨¦s por hacer las cosas (40,7%) y problemas para dormir (39,2%). Adem¨¢s, aunque la situaci¨®n con respecto a los trastornos de salud mental graves ha mejorado un poco desde el final de la pandemia, no as¨ª la ansiedad, que sigue en aumento, tambi¨¦n seg¨²n datos de FAD Juventud. El problema de fondo sigue ah¨ª: en 2023, casi el 40% (37,8%) de los j¨®venes dice que la ha padecido, frente al 31,4%, dos a?os antes.
Del total de j¨®venes que declaran haber sufrido estos problemas, el 37,5% reconoce que no ha pedido ayuda. De ellos, la mitad s¨ª ha comentado los problemas con su entorno (54,9%), pero un 44,1%% ni siquiera lo ha contado. El motivo principal por el que dicen que no piden ayuda profesional es falta de dinero (37,8%), especialmente las mujeres (el 43,7% de las chicas frente al 29% de los chicos). Kuric ve preocupante tambi¨¦n ¡°la falta de confianza que tienen en la sociedad, en lo que influy¨® ¡°la criminalizaci¨®n de la juventud que se hizo en la pandemia porque se dec¨ªa que eran los que m¨¢s contagiaban¡±.
¡°Dicen que est¨¢n muy solos¡±
Sobre el terreno trabaja la especialista en infancia y adicciones Teresa Cubillo. Es una de las personas que atiende llamadas de j¨®venes en el Servicio de Orientaci¨®n y Formaci¨®n que tiene FAD Juventud. ¡°Los j¨®venes de entre 15 y 29 a?os principalmente llaman porque sienten malestar emocional, por ansiedad y estr¨¦s, y cuando empiezas a rascar ves que padecen mucho sufrimiento. Dicen que est¨¢n muy solos, que no tienen apoyo de nadie y que est¨¢n desilusionados¡±.
Hay muy distintos grados, recalca Cubillo, porque ¡°en unos casos han ca¨ªdo en las drogas, pero en otros tienen problemas sociales, en su entorno o familia, y algunos intentan autolesionarse¡±. La experta explica que lo primero es orientarles y que digan si se lo han contado a alguien. ¡°En muchos casos, nunca se lo han contado nadie, y otros, se lo han dicho a iguales que no saben c¨®mo ayudarles¡±. Respecto a los problemas que relatan, Cubillo dice que a menudo tienen que ver unas malas relaciones familiares o con un divorcio, momentos que no saben gestionar y se ven desbordados. ¡°Luego tambi¨¦n hay muchos casos de j¨®venes que llevan viendo desde la infancia c¨®mo sus padres est¨¢n pasando muchas dificultades, que salen adelante como pueden, lo mismo no han sabido manejar su propio sufrimiento, y ellos se ven igual o peor¡±, a?ade.
¡°No hay que transmitirles tanto miedo, se est¨¢ generando una historia rara sobre el futuro, que les confunde y les desconcierta. Incluso sobre lo que viene con la inteligencia artificial y la reducci¨®n de empleo, por ejemplo, que a muchos j¨®venes les provoca mayor miedo a¨²n al futuro. Cuando el mensaje debe ser el contrario, educarles en positivo, en la idea de que el mundo es muy grande y hay muchas oportunidades¡±, insiste Cubillo. Otra profesional que conoce de primera mano estos problemas es la psiquiatra Eugenia Caretti. Lleva 17 a?os ejerciendo en el programa infanto-juvenil del Centro de Salud Mental Villa de Vallecas, en Madrid, y es miembro de la Junta de la Asociaci¨®n Madrile?a de Salud Mental.
¡°Un tercio de los adolescentes, especialmente entre los 12 a 15 a?os, que llega a consulta tiene problem¨¢ticas graves y complejas que se expresan principalmente como un sufrimiento intenso e inespec¨ªfico que definen como ansiedad y depresi¨®n, que muchas veces los lleva a comportamientos autolesivos y que se presenta desarticulado de sus experiencias subjetivas¡±, relata. ¡°No consiguen explicarlo ni relacionarlo con nada. Lo que s¨ª se repite en ellos es una desesperanza que tiene su ra¨ªz en la imposibilidad de imaginar un futuro posible¡±.
Caretti advierte que la sociedad no est¨¢ actuando en la direcci¨®n correcta para corregir esta situaci¨®n: ¡°Reducir este sufrimiento juvenil a diagn¨®sticos psiqui¨¢tricos, a tratar con medicaciones y protocolos de atenci¨®n; aumentar el n¨²mero de camas en hospitales y de profesionales de la salud mal repartidos por los distintos dispositivos no hace otra cosa que empeorar la situaci¨®n, patologizando el malestar¡±. Lo que urge, propone, ¡°es un cambio de discurso social, una modificaci¨®n en profundidad del sistema educativo e implementar recursos no sanitarios en la comunidad que ayuden a los chavales a convivir y proyectar¡±.
Las declaraciones sobre lo bien que viven los j¨®venes actuales, mencionadas al principio de este texto, son de hace 25 siglos y se atribuyen a S¨®crates. Aunque, si curiosean en Internet o ChatGPT, encontrar¨¢n muchas de este tipo, de todos los tiempos.
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