Opinar sobre la Ley de la Costa Valenciana
La oposici¨®n frontal a la norma se ha reducido a mera propaganda que pocos han comprado. Y quienes siguen en su campa?a ni siquiera se han detenido a estudiarla
Aunque a algunos les duela, el Consell de Carlos Maz¨®n cumple con sus promesas. Una de ellas fue desarrollar una ley auton¨®mica propia para la costa valenciana. No fue ninguna sorpresa que el anuncio del inicio de la redacci¨®n fuera suficiente para que algunos dirigentes pol¨ªticos se apresuraran a criticarla. Un vaticinio al que han seguido pronunciamientos aprior¨ªsticos denostando una norma que hasta hace relativamente poco no ten¨ªa contenido conocido.
Una vez publicado el borrador del Anteproyecto y conocido el texto, el bloque a la contra se mantuvo. La consigna de formaciones como PSPV y Comprom¨ªs fue rotunda: oposici¨®n total a la Ley y pedir su retirada. Parad¨®jicamente la instrucci¨®n tuvo un ¨¦xito relativo. Las direcciones de los partidos alegaron de forma airada, pero la respuesta municipal fue muy distinta. La mayor¨ªa de los alcaldes de los 22 municipios valencianos de costa gobernados por PSPV o Comprom¨ªs callaron o incluso alegaron con propuestas constructivas. Todos, menos Gandia.
Y es que la instrucci¨®n pol¨ªtica se hace dif¨ªcil de cumplir cuando los alcaldes deben defender su municipio porque saben que la normativa actual de costas les perjudica. Todos anhelan una mayor proximidad y adecuaci¨®n de la norma a nuestra realidad. No me lo han de contar, lo he palpado en mis a?os como responsable municipal.
As¨ª, la oposici¨®n frontal se ha reducido a mera propaganda que pocos han comprado. Y quienes siguen en su campa?a ni siquiera se han detenido a estudiarla. Cada d¨ªa estoy m¨¢s convencido porque solo repiten esa fantas¨ªa falaz de catalogar la futura norma como una puerta a la ¡°org¨ªa desenfrenada del ladrillo¡±. Y ese juicio apresurado tambi¨¦n se extiende a pseudoexpertos que en estas mismas p¨¢ginas se atreven a escribir un cat¨¢logo completo de juicios de valor que en nada se sustentan en la ley.
La realidad es que esta ley busca un protecci¨®n y ordenaci¨®n de la costa, como su nombre indica. Tambi¨¦n preservar nuestra riqueza ambiental y hacerla compatible con la actividad econ¨®mica, cultural y social de nuestro litoral, como han sabido hacer hist¨®ricamente nuestros antepasados.
Los valencianos vivimos en, de, con, y por el Mediterr¨¢neo. Ese es el primer objetivo y en ninguna parte del texto se puede extraer que facilita ning¨²n desm¨¢n urban¨ªstico. Es m¨¢s, la norma es muy rigurosa con la preservaci¨®n de los entornos naturales, respeta las figuras de protecci¨®n vigentes en nuestro litoral y ahonda en nuestro autogobierno. Busca identificar y proteger los enclaves hist¨®ricos, aunque hayan quedado ubicados en terrenos de dominio p¨²blico mar¨ªtimo terrestre. Porque son nuestra historia, nuestra cultura, nuestro patrimonio etnol¨®gico. Y facilita alternativas a quienes, ante la desidia de la Administraci¨®n, ven perder sus derechos tras un deslinde. Algo que est¨¢ ocurriendo en nuestro territorio, mientras el Gobierno de Espa?a nunca acaba de ejecutar las actuaciones de regeneraci¨®n costera.
Es sano hablar de lo que se conoce y poder dialogar para mejorarlo. Es lo que pretendemos hacer hasta que la futura norma tenga un texto final aprobado. Pero opinar sin conocer es simplemente un prejuicio. Comprensible en un hooligan, pero imperdonable en quien quiere etiquetarse como experto o en quien dirige un partido pol¨ªtico.
Vicente Mart¨ªnez Mus es consejero de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio de la Generalitat valenciana.
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