Vuelco en Andaluc¨ªa

Los andaluces han votado con rotundidad. El triunfo de Juan Manuel Moreno Bonilla consigue para el PP un resultado hist¨®rico, la ansiada mayor¨ªa absoluta que en 40 a?os de autonom¨ªa la derecha no hab¨ªa obtenido en la comunidad m¨¢s poblada de Espa?a. La provincia de Sevilla se convierte en paradigma del profundo cambio pol¨ªtico andaluz. Nunca antes hab¨ªa perdido el PSOE en esa provincia. Hasta este domingo.

La desaparici¨®n de Ciudadanos explica el traspaso matem¨¢tico de votos que ha llevado al PP a m¨¢s que duplicar sus ¨²ltimos resultados en las auton¨®micas de 2018. Cs pierde 500.000 votos y el PP gana 500.000. Todos esos electores, y otros procedentes de m¨¢s formaciones, han optado por la marca Juanma Moreno, el hombre tranquilo de formas moderadas, sobre la que ha pivotado toda la campa?a. Sin grandes anuncios, ni pol¨ªticas transformadoras que presentar. Moreno Bonilla ha frenado tambi¨¦n el hasta ayer vertiginoso crecimiento de Vox y lo ha hecho sin las estridencias extremistas de la presidenta madrile?a, Isabel D¨ªaz Ayuso. Muchos electores de la derecha han vuelto al redil cuando han visto posibilidades reales de gobierno en solitario. La candidatura de Macarena Olona, de un andalucismo tan artificioso que provocaba rechazo, y el discurso teatral y desmesurado de los ultras han chocado con una poblaci¨®n muy sensible a las astracanadas con su identidad y preocupada por sus problemas reales, que son muchos. Aunque Vox sube dos esca?os, pierde cerca de la mitad de su apoyo con respecto a las elecciones generales y se queda sin la llave de San Telmo.

El resultado refuerza a Alberto N¨²?ez Feij¨®o. Con la mayor¨ªa absoluta andaluza en la mano, el presidente del PP tiene dos caminos: aprovechar esta victoria para acelerar el desgaste del Gobierno de Espa?a, aunque sea a costa de Espa?a ¡ªno ser¨ªa la primera vez que su partido elige esa v¨ªa¡ª, o interiorizar un resultado hist¨®rico y aceptar de verdad pactos con La Moncloa para renovar la justicia, impulsar las medidas contra las consecuencias de la guerra y evitar las disonancias en pol¨ªtica exterior.

El resultado es un desastre para la izquierda. El PSOE aguanta, pero pierde tres esca?os. Tras 36 a?os de gobiernos en San Telmo, y una feroz batalla por el poder interno protagonizado durante a?os por Susana D¨ªaz, el relevo de Juan Espadas lleg¨® tarde, sin pulso y funcion¨® como diana obvia del desgaste de los socialistas andaluces. Tampoco pudo servir para compensar el desgaste del ¨²nico capital que pod¨ªa poner en juego la candidatura: la acci¨®n del Gobierno de Espa?a. Los socialistas se mantienen como la ¨²nica alternativa real desde el centro a la izquierda. Aunque La Moncloa y el PSOE insistir¨¢n estos d¨ªas en que cada elecci¨®n tiene su l¨®gica interna, y la tiene, es evidente que el impacto de la mayor¨ªa absoluta del PP en Andaluc¨ªa obliga a Pedro S¨¢nchez a mover ficha sin que se adivine cu¨¢l: hasta ahora ha rechazado el anticipo electoral y la ¨²ltima crisis de gobierno no tiene ni un a?o. El intento de mejorar la comunicaci¨®n de la ingente cantidad de medidas y leyes que ha tramitado en estos a?os choca una y otra vez con las cuadraturas imposibles que sus socios de legislatura le imponen.

A su izquierda, el vodevil y la divisi¨®n de la formaci¨®n de las candidaturas pos-Podemos en esta cita andaluza ha acabado pasando la factura que ven¨ªa anticip¨¢ndose desde la implosi¨®n de ese espacio que provoc¨® Vistalegre II. La atomizaci¨®n de siglas y egos deja las lecciones que quieran aprender quienes se dispongan a participar en la plataforma que lidera Yolanda D¨ªaz. Sin unidad, sus votos alimentan las mayor¨ªas absolutas de otros.