Abascal contrapone la mitolog¨ªa del Imperio a la Memoria Democr¨¢tica

Pese al tiempo desapacible, Santiago Abascal subi¨® el lunes al Santuario de Covadonga como el guerrero que acude a recibir la bendici¨®n antes de la batalla o el supersticioso que repite el ritual para conjurar la mala suerte. Ya acudi¨® all¨ª en la campa?a electoral de 2015 y regres¨® para inaugurar la de 2019. ¡°Asturias es Espa?a y lo dem¨¢s tierra conquistada¡±, proclam¨® en Oviedo el 15 de abril. Para muchos, a?adi¨® el l¨ªder de Vox ante 1.500 seguidores, se trata solo de ¡°una frase hecha¡±, pero ¨¦l siente ¡°leg¨ªtimo orgullo¡± por la Reconquista que se inici¨® en la batalla de Covadonga, a pesar de que ¡°algunos peri¨®dicos de esos que mienten cada d¨ªa se atreven a negarla como hecho hist¨®rico¡±. A continuaci¨®n, arremeti¨® contra esa ¡°porquer¨ªa de la memoria hist¨®rica, que no es m¨¢s que la memoria impuesta, cuando queremos libertad para que cada uno piense lo que quiera¡±.

As¨ª, en el mismo discurso, Abascal carg¨® contra quienes ¡°se atreven¡± a discutir la batalla de Covadonga, de la que no existe testimonio escrito al menos hasta m¨¢s de un siglo despu¨¦s de que se produjera; mientras reclamaba ¡°libertad¡± para opinar lo que quisiera sobre la Guerra Civil y la dictadura franquista, dos hechos recientes de la historia de Espa?a sobre los que existe abundante documentaci¨®n y testigos a¨²n vivos.

La mayor¨ªa de los historiadores coinciden hoy en que la revuelta de Don Pelayo existi¨®, pero los monarcas posteriores la magnificaron para legitimar su poder; y en que la idea de la Reconquista se gest¨® siglos despu¨¦s de la aparici¨®n de los primeros reinos cristianos de la Pen¨ªnsula, que se enfrentaban entre s¨ª y se aliaban con las taifas musulmanas o las combat¨ªan en funci¨®n de los intereses de sus reyes y se?ores.

A Vox no le interesa, sin embargo, la historia de Espa?a, sino la mitolog¨ªa. ¡°El nacionalismo ha precisado bucear en una falsa historia en busca de hechos y acontecimientos de car¨¢cter m¨ªtico que han sido bautizados como verdades hist¨®ricas¡±, escribi¨® Abascal en su obra La farsa de la autodeterminaci¨®n (Barcelona, 2005). Se refer¨ªa al nacionalismo vasco, pero, seg¨²n reconoc¨ªa, puede aplicarse a todos los nacionalismos, incluido el nacionalismo espa?ol que ahora predica, pues ¡°el carisma de todos los nacionalismos se debe en gran medida a la utilizaci¨®n de sucesos m¨ªticos¡±. Y eso porque, como a?ad¨ªa el actual l¨ªder de Vox citando al fil¨®sofo Karl Popper, ¡°el nacionalismo halaga nuestros instintos tribales, nuestras pasiones y prejuicios¡±. Y porque, conclu¨ªa, ¡°el poder de movilizaci¨®n que tienen los sentimientos e identidades nacionales, muchas veces irracionales, no es comparable al de ning¨²n otro principio pol¨ªtico y moral¡±.

Al margen y en contra de la investigaci¨®n hist¨®rica ¡ªcomo documentan 13 historiadores en el libro Vox frente a la historia (Ediciones Akal, 2023)¡ª, el partido ultra blanquea la historia de Espa?a y opone a la leyenda negra una leyenda blanca en la que se puede presentar a Isabel la Cat¨®lica como una gobernante sin tacha (obviando la expulsi¨®n de los jud¨ªos) o afirmar, en palabras de Abascal, que ¡°Espa?a nunca coloniz¨® a nadie, sino que incorpor¨® pueblos, etnias, culturas y razas a su propio acervo¡±, en alusi¨®n a la conquista de Am¨¦rica.

Hacer a Espa?a grande otra vez, el lema copiado de Donald Trump y utilizado por Vox en la campa?a electoral de 2016, solo funciona como nostalgia de una grandeza pasada que nadie puede osar poner en cuesti¨®n. Por eso, Vox propone poner en marcha un ¡°plan integral para el conocimiento, protecci¨®n y difusi¨®n de la identidad nacional y de la aportaci¨®n de Espa?a a la civilizaci¨®n y a la Historia universal, con especial atenci¨®n a las gestas y haza?as de nuestros h¨¦roes nacionales¡±. Esta propuesta, aparentemente ret¨®rica e inocua, ya ha sido aplicada por los principales aliados europeos de Abascal, como el primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, que ha introducido la ¡°educaci¨®n patri¨®tica¡± en la escuela; o el Gobierno de Ley y Justicia en Polonia, que prohibi¨® a los historiadores hablar de ¡°campos de concentraci¨®n polacos¡± y solo por presiones internacionales elimin¨® la pena de c¨¢rcel para quienes lo hicieran.

La intolerancia a la hora de enjuiciar el Imperio de los Austrias y los Borbones ¡ªAbascal ha acusado al presidente colombiano, Gustavo Petro, de ¡°insultar a Espa?a¡± por calificar de ¡°yugo¡± el r¨¦gimen del virreinato¡ª contrasta con las manos libres que reclama para juzgar la Guerra Civil y el franquismo. Vox ha recurrido la Ley de Memoria Democr¨¢tica ante el Tribunal Constitucional alegando que vulnera las libertades de ¡°reuni¨®n, manifestaci¨®n, ideol¨®gica y de c¨¢tedra¡±.

En su campa?a contra esta legislaci¨®n, el partido ultra ha embarcado a notables hispanistas, como Stanley Payne, que colabor¨® en 2020 con un informe del grupo ECR del Parlamento Europeo, del que forma parte Vox, que tachaba la ley de ¡°amenaza para la paz en Europa¡± y la acusaba de ¡°imponer una interpretaci¨®n obligatoria de la historia ¡ªcon sanciones penales y econ¨®micas para los disidentes¡ª y erradicar tambi¨¦n las libertades de expresi¨®n, de ense?anza y de c¨¢tedra¡±.

En realidad, la Ley de la Memoria Democr¨¢tica no proh¨ªbe la publicaci¨®n de libros o art¨ªculos ni la celebraci¨®n de actos que supongan alabanza o exaltaci¨®n de la sublevaci¨®n militar, la guerra o la dictadura, sus dirigentes u organizaciones, salvo cuando se haga en lugares p¨²blicos y entra?e ¡°desprecio, menoscr¨¦dito o humillaci¨®n a las v¨ªctimas¡±. Por eso, el recurso de Vox no cuestiona el fondo del precepto sino que alega que, al limitar las libertades de reuni¨®n o expresi¨®n, la ley deber¨ªa haber tenido rango org¨¢nico.

¡°La historia para los historiadores¡±

El argumento, reiterado por los portavoces de Vox, de que ¡°los pol¨ªticos no deben ocuparse de la historia¡± y ¡°la historia hay que dejarla para los historiadores¡± contrasta con el hecho de que su grupo en el Parlamento Europeo votara en diciembre a favor de calificar de genocidio el Holodomor, la gran hambruna que sufri¨® Ucrania en tiempos de Stalin, una resoluci¨®n pol¨ªtica que responde m¨¢s a la actual invasi¨®n rusa del pa¨ªs que al resultado de una investigaci¨®n sobre un hecho hist¨®rico.

El historiador Jes¨²s Casquete se remite a la fil¨®sofa Hannah Arendt para contar la respuesta que dio el ex primer ministro franc¨¦s George Clemenceau a su interlocutor alem¨¢n cuando este le pregunt¨® c¨®mo contar¨ªan los historiadores el inicio de la I Guerra Mundial. ¡°No lo s¨¦¡±, respondi¨®, ¡°pero estoy seguro de que no dir¨¢n que B¨¦lgica invadi¨® Alemania¡±.

Hoy ya no estar¨ªa tan seguro. Los militares que permanecieron fieles al Gobierno leg¨ªtimo de la Rep¨²blica fueron fusilados por Franco como reos de un delito de ¡°rebeli¨®n¡± y el vicepresidente de Vox, Jorge Buxad¨¦, asegura en el documental El futuro de Europa, la ¨²ltima producci¨®n de Disenso, la fundaci¨®n de Abascal, que la Comunidad Econ¨®mica Europea ¡ªnombre que ten¨ªa entonces la actual UE¡ª rechaz¨® en 1962 el ingreso de Espa?a ¡°por una cuesti¨®n puramente formal, porque no aparec¨ªa como una democracia de partidos¡±. Es decir, no porque fuera una dictadura, sino porque era una ¡°democracia org¨¢nica¡±, aunque este solo fuera el nombre con el que el franquismo intentaba blanquear un r¨¦gimen militar, confesional y autoritario.