La modernidad en Salamanca tiene su reverso en Fuentes de O?oro

El rascar de la escoba rompe el silencio de la rotonda reconvertida en plaza. ¡°Ras, ras, ras¡±, suena, solo enmudecida por la ventolera de alg¨²n coche espor¨¢dico rumbo a la cercana frontera con Portugal. La terraza vac¨ªa que barre Jonathan Rodr¨ªguez, de 23 a?os, refleja el descenso dr¨¢stico de veh¨ªculos en la N-620, que conecta Fuentes de O?oro (Salamanca, 1.100 habitantes) con territorio luso. La reciente apertura del ¨²ltimo tramo de la autov¨ªa A-62 ha desviado inco...

El rascar de la escoba rompe el silencio de la rotonda reconvertida en plaza. ¡°Ras, ras, ras¡±, suena, solo enmudecida por la ventolera de alg¨²n coche espor¨¢dico rumbo a la cercana frontera con Portugal. La terraza vac¨ªa que barre Jonathan Rodr¨ªguez, de 23 a?os, refleja el descenso dr¨¢stico de veh¨ªculos en la N-620, que conecta Fuentes de O?oro (Salamanca, 1.100 habitantes) con territorio luso. La reciente apertura del ¨²ltimo tramo de la autov¨ªa A-62 ha desviado incontables coches y camiones de aquellos carriles, a cuyas orillas crec¨ªan negocios que viv¨ªan del trasiego fronterizo. Como este bar, que perdi¨® cientos de caf¨¦s espont¨¢neos. ¡°Mira c¨®mo estoy¡±, suspira el aburrido camarero.

Los 3,2 kil¨®metros de autov¨ªa abiertos el 20 de diciembre, tras una d¨¦cada de retrasos y complicaciones, agilizan la conexi¨®n del pueblo portugu¨¦s de Vilar Formoso, al otro lado de la frontera, con Espa?a y Europa. Un beneficio general que tiene, sin embargo, una damnificada particular: la econom¨ªa o?orense. El term¨®metro del ¨¢nimo del pueblo se halla en la gasolinera y el bar anexo, al borde del pa¨ªs vecino. Mari Carmen Guerra, due?a de la cafeter¨ªa que lleva su nombre, asegura que la A-62 le ha hecho perder la mitad de sus comensales, antes atra¨ªdos por el men¨² del d¨ªa. ¡°Los puestos de trabajo peligran¡±, lamenta la salmantina, que agradece la parroquia fija de ambos lados de la frontera.

Una de las fieles es Catalina Garc¨ªa, que entra educadamente en la conversaci¨®n. ¡°Perdona, ?Puedo decir algo?¡±, pregunta, y explica que durante sus 35 a?os de trayectos a Portugal siempre para aqu¨ª a repostar y almorzar. ¡°Si siguen poniendo el mismo caf¨¦, que cuenten conmigo¡±, sonr¨ªe. M¨¢s dudas arroja un trabajador, que pide anonimato, en la tienda que vende carabinas, jamones o champ¨². El virus y la autov¨ªa, dice, han acabado con esas colas de conductores que echaban gasolina o compraban recuerdos. Ahora solo vienen portugueses a por bombonas de butano.

Los r¨®tulos en portugu¨¦s y las banderas de Espa?a y Portugal que cuelgan de algunas casas evidencian la simbiosis entre los dos lados de La Raya, esos kil¨®metros de territorio que ascienden hasta Zamora, v¨ªctimas tambi¨¦n del declive demogr¨¢fico y econ¨®mico. El brillo de la nueva carretera contrasta con el decaimiento de otros pueblos fronterizos, como La Bouza (Salamanca, 50 habitantes), ¨²ltimo municipio espa?ol en esa zona. La alcaldesa, Vicenta ?lvarez, cuenta que se les cort¨® la carretera con Portugal y hasta los lecheros ten¨ªan que desviarse.

La sustituci¨®n de la N-620 por la autov¨ªa deja a la ganader¨ªa y la agricultura como principales v¨ªas de ingresos en Fuentes de O?oro. Juan Vicente Grande, de 63 a?os y que se define como ¡°ganadero pobre¡±, acoge a los periodistas en su garaje, donde culmina junto con dos compa?eros la matanza de un cerdo. Grande, que subsiste gracias a una piara de 30 ejemplares, admite que el pueblo pierde un importante est¨ªmulo con las modernas comunicaciones. No obstante, recuerda que otras localidades atravesadas por carreteras nacionales se han adaptado al arrinconamiento que traen consigo las autov¨ªas. ¡°Nunca llovi¨® que no escampara¡±, zanja.

Sin industria

El ganadero critica que, pese a disponer de los anteriores tramos de la autov¨ªa abiertos desde hace a?os y encontrarse entre dos pa¨ªses, ni esta ni otras poblaciones de La Raya han tenido industria que d¨¦ empleo y fije residentes. Su esposa, Felisa Santa Teresa, vestida con un bat¨ªn rosa, constata que hay mucho menos tr¨¢fico en las calles: ¡°Antes ven¨ªan todos derechos y paraban en las tiendas¡±, recuerda, mientras sirve chupitos caseros de frambuesa.

Dif¨ªcil conjugar en futuro. La prometida estaci¨®n de autobuses nunca lleg¨® a funcionar, y ahora es una instalaci¨®n abandonada a la vegetaci¨®n en las afueras del n¨²cleo urbano. ¡°Plan regional de transportes¡±, reza el cartel, que cita una inversi¨®n de 87,4 millones de euros, convertida hoy en muros in¨²tiles, cristales rotos y pavimento de cemento que no resiste a las zarzas. Pocos indicios positivos observan los hermanos Jennifer y Jos¨¦ Aniceto, de 23 y 25 a?os. Ella trabaja en un supermercado local que aguanta gracias a la poblaci¨®n espa?ola y lusa de las proximidades; ¨¦l est¨¢ desempleado. La joven agradece subsistir en Fuentes de O?oro y Jos¨¦ afirma que las ¨²nicas opciones laborales se encuentran en la cercana y tambi¨¦n deca¨ªda Ciudad Rodrigo (12.000 habitantes) o en Salamanca capital (143.000). ¡°M¨¢s temprano que tarde tendremos que irnos, los pueblos nos quedamos vac¨ªos aunque nos pongan infraestructuras¡±, sentencian los Aniceto con algo de iron¨ªa: al menos tendr¨¢n autov¨ªa para marcharse.