Pasado o futuro
El cambio de equilibrios internos en los dos bloques dibuja una hegemon¨ªa de las posiciones progresistas. Las apuestas socialdem¨®cratas desplazan en ambos casos a las opciones (neo)liberales

Los resultados de las elecciones del pasado domingo dejan escenarios muy abiertos. Se ha comentado en estas horas: sin alteraciones sustantivas entre los dos bloques (independentista y no independentista) con los cuales algunos quieren seguir interpretando la pol¨ªtica catalana ¡ªcomo mostraban, sin ir m¨¢s lejos, los gr¨¢ficos de TV3 en la noche electoral¡ª, s¨ª que se dan cambios significativos en el interior de cada uno y en dos sentidos.
En primer lugar, en los dos han consolidado su liderazgo las opciones m¨¢s dialogantes. En el campo del mal llamado ¡°constitucionalismo¡±, los socialistas se alzan claramente con la victoria. Lo que les dar¨¢ un margen de maniobra suficiente como para intentar maniobras de acercamiento y di¨¢logo con el independentismo sin que para ello puedan sufrir demasiado el acoso de la derecha convencional, que sale con las piernas rotas de esta convocatoria. La extrema derecha, que entra con fuerza con 11 diputados, seguir¨¢ con su agenda de acoso y derribo, y no solo en este tema.
En el campo del independentismo la situaci¨®n es m¨¢s complicada. Primero, porque la distancia entre ERC y Junts es m¨¢s estrecha y 24 horas de la proclamaci¨®n de los resultados ya se avistan las posibles acusaciones de traici¨®n. Aunque no es novedad, sino que confirma lo que el partido de Puigdemont y Laura Borr¨¤s llevan meses haciendo: utilizar la supuesta tibieza nacional e independentista de los republicanos para presentarlos como impuros colaboracionistas, con una combinaci¨®n que mezcla la exageraci¨®n de los t¨®picos nacionales de corte convergente con estrategias de ataque propias del trumpismo.
En segundo lugar, el cambio de equilibrios internos en los dos bloques dibuja una hegemon¨ªa de las posiciones progresistas. Las apuestas socialdem¨®cratas desplazan a las opciones (neo)liberales ¡ªpor mucha ret¨®rica izquierdista que utilice Junts¡ª , en los dos casos. Estas dos cuestiones influir¨¢n en el tiempo pol¨ªtico que viene ahora, y que ya se sab¨ªa que ser¨ªa el m¨¢s complicado e importante: la configuraci¨®n de una mayor¨ªa parlamentaria que pueda sostener un nuevo Gobierno.
Las opciones viables est¨¢n sobre la mesa hace tiempo. Puede haber una reedici¨®n del pacto independentista con los papeles cambiados en la presidencia ¡ªque esta vez s¨ª que corresponder¨ªa por fin a ERC¡ª, y con una implicaci¨®n m¨¢s o menos intensa de la CUP, o bien un pacto de izquierdas transversal, con una f¨®rmula que deber¨ªan consensuar ERC, Comuns y el PSC.
La primera f¨®rmula tiene ahora mismo din¨¢micas conflictivas, pero ya ensayadas. Igualmente, parece carecer de cualquier proyecci¨®n program¨¢tica de futuro. No ya solo en el plan de la gesti¨®n ¡ªpor la divergencia ideol¨®gica entre los tres partidos, y porque los precedentes son francamente mejorables¡ª, sino tambi¨¦n en el ¨¢mbito de la reivindicaci¨®n nacional. El paraguas de amnist¨ªa y autodeterminaci¨®n¡±, que las tres fuerzas proclaman compartir, es m¨¢s simb¨®lico que real. La libertad de los presos independentistas vendr¨¢ de un indulto o bien de una reforma del c¨®digo penal. Y la posibilidad de una consulta a la poblaci¨®n ser¨¢ el resultado de un acuerdo y de una negociaci¨®n que muy dif¨ªcilmente desembocar¨¢ en el refer¨¦ndum sobre la independencia que plantean las fuerzas independentistas. Se dir¨ªa que la reedici¨®n de una coalici¨®n independentista tendr¨ªa que ver sobre todo con una solidaridad en t¨¦rminos ¡°patri¨®ticos¡± y con la experiencia que han vivido conjuntamente en el pasado. Sin embargo, implicar¨ªa integrar en el gobierno fuerzas como Junts, que no han dudado en integrar en sus listas a representantes con discursos excluyentes.
Por otra parte, el gobierno transversal de izquierdas evidentemente tiene muchos problemas de concreci¨®n por los vetos cruzados que ERC como del PSC se han profesado durante la campa?a y de la evidente fractura pol¨ªtica y emocional que las dos fuerzas llevan arrastrando hace a?os. Pero puede tener una ventaja grande. Puede hablar del futuro a trav¨¦s de una proyecci¨®n program¨¢tica fuerte, a¨²n m¨¢s necesaria en el actual momento de crisis sanitaria y econ¨®mica. Un programa de m¨ªnimos que incluya el blindaje de los servicios p¨²blicos, la recuperaci¨®n econ¨®mica ¡ªpara la gesti¨®n de los fondos de la UE se podr¨ªan construir alianzas con otros gobiernos auton¨®micos mediterr¨¢neos con los cuales se compartir¨ªan intereses y mayor¨ªas pol¨ªticas¡ª, y avanzar en un di¨¢logo que lleve a una propuesta de reforma del encaje territorial que pueda ser votado por la ciudadan¨ªa.
Con estos resultados, ERC tiene la responsabilidad de decidir qu¨¦ gobierno habr¨¢ en los pr¨®ximos a?os. Puede hacerlo optando por el pasado o por el futuro.
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