El refugio suizo de cuatro catalanes arrastrados por el ¡®caso Tsunami¡¯: ¡°Somos herramientas para reventar la ley de amnist¨ªa¡±
Un periodista, un pol¨ªtico, un empresario y un activista investigados por terrorismo por las movilizaciones del ¡®proc¨¦s¡¯ conversan con EL PA?S desde su ¡°exilio¡± en Ginebra


El periodista Jes¨²s Rodr¨ªguez (49 a?os) y el diputado Ruben Wagensberg (37) se ven casi cada d¨ªa desde hace seis meses. El destino ha entrelazado sus vidas. Son vecinos en Ginebra y se han hecho amigos inseparables. Bajo una lluvia intermitente, esperan en la explanada de Plainpalaise la llegada de los otros dos hombres que, en el ¨²ltimo medio a?o, han encontrado a orillas del lago Leman un refugio para permanecer en libertad, perseguidos por una causa penal (la de Tsunami Democr¨¤tic) por terrorismo. Cuando llegan el empresario Josep Campmaj¨® (55 a?os) y el activista de ?mnium Oleguer Serra (51), se abrazan y toman asiento en unas mesas de madera al aire libre para conversar pausadamente con EL PA?S. Los cuatro charlan sobre la angustia personal y financiera de vivir en el extranjero, sobre el laberinto judicial en el que se hallan, sobre sus expectativas de regresar, al abrigo de la amnist¨ªa, a casa, a una Catalu?a que parece haber dejado atr¨¢s el proc¨¦s.
I. ¡°Exilio¡±
Suiza ha sido el mejor aliado (mejor incluso que B¨¦lgica) de los independentistas catalanes que decidieron no someterse a la acci¨®n de la justicia por causas vinculadas al proc¨¦s. En 2018 viajaron a Ginebra la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y la exdiputada de la CUP Anna Gabriel. Desde esa ciudad, enclave hist¨®rico para asilados y refugiados desde la Reforma protestante, ejercieron de anfitrionas cuando, hace cosa de medio a?o, llegaron ellos, arrastrados por la ola imparable del caso Tsunami Democr¨¤tic, que investiga a los organizadores de las acciones de protesta masiva contra la sentencia del proc¨¦s en octubre de 2019. Cuando Pedro S¨¢nchez logr¨® la investidura y anunci¨® una amnist¨ªa, el juez Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n reactiv¨® una causa que llevaba cuatro a?os inerte en su despacho. Y acab¨® atribuyendo un delito de terrorismo a 12 personas. Temerosos de acabar en prisi¨®n, cuatro de ellos se instalaron en Suiza solos, lejos de su c¨ªrculo m¨¢s cercano (con la excepci¨®n del diputado, que vive con su pareja) y se sienten, digan lo que digan, exiliados.
-Wagensberg: Salimos del pa¨ªs por una persecuci¨®n judicial que nos puso en riesgo. Hay muchos tipos de exilios y el nuestro lo es. De aqu¨ª a 30 a?os nadie dudar¨¢ de que estamos en el exilio y no de vacaciones, como dicen algunos.
-Rodr¨ªguez: En Suiza nadie cuestiona que estemos en el exilio, es un debate que solo se tiene en Espa?a. No estoy aqu¨ª por voluntad propia, me han forzado a exiliarme. Todo cambi¨® con la negociaci¨®n de la ley de amnist¨ªa. La reactivaci¨®n de la causa me hizo sentir vulnerable, me hizo pensar que me expon¨ªa a perder la libertad.
-Serra: Hay un inter¨¦s en decir que hemos venido como de vacaciones, pero no es as¨ª. El Estado o te env¨ªa a prisi¨®n o te exilia porque no ofrece garant¨ªas. Y quienes sufren las repercusiones son nuestro entorno: la familia, los amigos...
-Wagensberg: Es verdad que tenemos un entorno y unas redes de apoyo, pero nuestras vidas personales y profesionales han quedado suspendidas.
-Campmaj¨®: Me indigna que se tomen a broma nuestro exilio. Yo soy de Girona, muy de Girona, y lo que quiero es volver all¨ª, donde est¨¢ la gente que me quiere.
La gris, pl¨¢cida y limp¨ªsima Ginebra ofrece un ecosistema id¨®neo para que las reivindicaciones de los independentistas catalanes huidos sean escuchadas: sede europea de Naciones Unidas, alberga a refugiados de todo el planeta y es epicentro de organizaciones de derechos humanos, con las que han establecido v¨ªnculos. Pero Suiza, donde el salario m¨ªnimo es el m¨¢s alto del mundo (3.700 euros al mes) tambi¨¦n es un pa¨ªs caro. Car¨ªsimo. Solo Serra tiene permiso de trabajo (no solo de residencia, como el resto) y cuenta con el respaldo de una organizaci¨®n solvente, ?mnium Cultural. Wagensberg recibe ayuda de su partido, ERC, pero tambi¨¦n de su grupo de apoyo, lo mismo que Rodr¨ªguez ¡ªel barrio de Sants de Barcelona se ha volcado con ¨¦l¡ª y Campmaj¨®, que antes regentaba un restaurante en el casco viejo de Girona pero vive ahora con ¡°recursos propios¡± y la ayuda de familiares. La caja de resistencia est¨¢ medio vac¨ªa y solo cubre gastos derivados de juicios, algo a lo que ellos a¨²n no se han enfrentado. Los dos caf¨¦s y el agua que han pedido para llevar y tomar en la mesa de madera han costado el equivalente a 40 euros. Su situaci¨®n es precaria.
-Campmaj¨®: Es importante tener un bloque antirrepresivo, que ayude en estas situaciones¡
-Serra: S¨ª, no estamos preparados para exilios, con un impacto mayor, porque adem¨¢s son sostenidos en el tiempo. Lo m¨¢s peligroso que he hecho aqu¨ª ha sido llevar mi coche cargado de berenjenas hasta casa, porque como muchos suizos van a Francia a comprar, se vigila mucho la comida...
-Rodr¨ªguez: Lo dir¨¦ claro: la principal tarea de mi grupo de apoyo de Sants ha sido recoger dinero. Mi vida en Barcelona se sustentaba con 1.300 euros al mes. Aqu¨ª necesito cerca de 5.000.
-Wagensberg: Vivimos con mucha austeridad y con comida que nos traen los amigos en furgoneta, algunas a granel, embutidos¡ [r¨ªe].
-Rodr¨ªguez: Al margen del precio, no es f¨¢cil encontrar un piso de alquiler en Ginebra. Anna Gabriel me ayud¨® mucho en eso, pero tambi¨¦n en tener una l¨ªnea telef¨®nica, abrir una cuenta, tramitar el permiso de residencia¡ [los dem¨¢s asienten]. Hemos descubierto que Ginebra no es solo una ciudad de banqueros, hay gente que nos ha ayudado. Me siento muy protegido aqu¨ª. Nos expresamos con tranquilidad, pero con libertad.
-Serra: Hemos comunicado puntualmente los motivos por los que estamos aqu¨ª y nadie nos ha molestado.
-Campmaj¨®: Eso ha sido un cambio de chip. En Espa?a te da la impresi¨®n de que has de dar explicaciones por todo.
-Wagensberg: Y aqu¨ª ninguno de nosotros ha vuelto a mirar atr¨¢s caminando por la calle.
II. Tsunami
Si los cuatro se sienten tranquilos es, en parte, por la s¨®lida posici¨®n de Suiza a prop¨®sito de la causa de Tsunami. En febrero, la Oficina Federal Suiza (que depende del Gobierno) rechaz¨® la comisi¨®n rogatoria en la que el juez Garc¨ªa-Castell¨®n le ped¨ªa informaci¨®n sobre el paradero de Marta Rovira en ese pa¨ªs. Pese a las dificultades para averiguar domicilios, el pasado lunes el juez decidi¨® citar a declarar, por videoconferencia, a 10 de los 12 investigados por terrorismo (con la excepci¨®n de Wagensberg y Puigdemont, cuya causa conduce el Supremo por su condici¨®n de aforados). El diputado, el activista y el periodista no aclaran si van a acudir a la cita del 22 de mayo (¡°no lo hemos decidido¡±, coinciden), pero del planteamiento general de su estancia en Ginebra se deduce que no lo har¨¢n.
-Campmaj¨®: Faltan unos d¨ªas, pero no es una imagen agradable volver a ver a independentistas delante de un juez espa?ol¡
-Serra: Responderemos pol¨ªticamente a una causa que es pol¨ªtica.
-Wagensberg: Es una decisi¨®n que tiene claramente la intenci¨®n de impactar en la tramitaci¨®n de la ley de amnist¨ªa [que previsiblemente aprobar¨¢ el Congreso el 30 de mayo]. La coincidencia temporal entre decisiones pol¨ªticas y movimientos del juez ha sido una constante, pero nos ha servido para ridiculizar la causa.
Tsunami Democr¨¤tic fue la plataforma que organiz¨® protestas masivas (la ocupaci¨®n del aeropuerto de Barcelona, el corte de tr¨¢fico en la frontera francesa y las movilizaciones en la jornada de reflexi¨®n) contra la sentencia del proc¨¦s, que en octubre de 2019 conden¨® a penas de entre 9 y 13 a?os de c¨¢rcel a los l¨ªderes independentistas. Otras protestas derivaron en incidentes violentos, sobre todo en el centro de Barcelona, y dejaron heridos, entre ellos dos polic¨ªas que ejercen la acusaci¨®n particular en la causa y se sienten v¨ªctimas de terrorismo. La Guardia Civil atribuye un car¨¢cter jer¨¢rquico a Tsunami y tambi¨¦n alias a sus integrantes, modo de una organizaci¨®n criminal, en una investigaci¨®n basada en los mensajes interceptados entre sus protagonistas.
Rodr¨ªguez es aficionado a la meteorolog¨ªa desde peque?o, cuando sal¨ªa al balc¨®n de su piso en Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) a mirar las nubes. Dice que la charla en Plainpalaise puede continuar porque son ¡°cuatro gotas¡±. El periodista est¨¢ investigado por terrorismo por unos mensajes en los que cuenta a Josep Llu¨ªs Alay (hombre de m¨¢xima confianza de Puigdemont y su asesor en Waterloo) que va a haber manifestaciones y cortes de tr¨¢fico. Una informaci¨®n a la que, asegura, ten¨ªa acceso como periodista del semanario La Directa, desde el que ha destapado, entre otras cosas, la infiltraci¨®n de polic¨ªas sin cobertura judicial en el tejido asociativo de Catalu?a.
Vinculado desde joven a la defensa de los refugiados y de las v¨ªctimas del terrorismo, a Wagensberg se le atribuye haber organizado la acci¨®n en El Prat. A su lado en el banco de madera, Campmaj¨®, amigo de Puigdemont (y giron¨ª como ¨¦l) bromea con la vigilancia de la polic¨ªa espa?ola cuando un helic¨®ptero sobrevuela su cabeza por cuarta vez; de ¨¦l dice la Guardia Civil que ¡°ejerc¨ªa labores encaminadas a la gesti¨®n del grupo operativo¡± que realiz¨® el corte en La Jonquera; ¨¦l asegura que era ¡°uno m¨¢s¡± en las movilizaciones. Lo mismo (¡°fui uno de tantos¡±) dice Serra, que revisa la hora, pendiente de tomar un tren porque vive fuera de Ginebra, desde donde coordina la actividad internacional de ?mnium).
-Wagensberg: Tsunami fue una movilizaci¨®n masiva porque en Catalu?a hay un tejido asociativo rico que sali¨® a protestar contra una decisi¨®n que le pareci¨® injusta.
-Serra: Eso es lo fue, un movimiento adem¨¢s muy espont¨¢neo, donde sali¨® mucha agente.
-Rodr¨ªguez: Tsunami convoc¨® el aeropuerto, el corte en la carretera y la jornada de reflexi¨®n. Atribuirle los disturbios que hubo en Barcelona es parte de una estrategia.
-Wagensberg: Es lo que no se entiende. Estamos investigados por terrorismo porque dos polic¨ªas fueron heridos en unas protestas que no hab¨ªan sido convocadas por la plataforma. Adem¨¢s, se suelen recordar los incidentes, paro la mayor¨ªa de movilizaciones fueron pac¨ªficas.
-Campmaj¨®: Somos nosotros los que estamos en la causa judicial, pero podr¨ªa haber sido cualquiera. Porque somos un medio para un objetivo pol¨ªtico. Estas acusaciones estar¨ªan prescritas de no ser porque hab¨ªa dos pieza de ¡°caza mayor¡±, [Carles] Puigdemont y [Marta] Rovira.
-Rodr¨ªguez: Es as¨ª, somos herramientas para reventar la ley de amnist¨ªa y para alcanzar en esta causa a Puigdemont y a Rovira. Tambi¨¦n hay que pensar en la intromisi¨®n en la vida pol¨ªtica y la intimidad de mucha gente. Aparecen citados 26 periodistas como yo, y conversaciones personales y pol¨ªticas que han acabado en manos de Vox [ejerce la acusaci¨®n popular en la causa].
-Wagensberg: A Puigdemont lo a?adieron a ¨²ltima hora, no hab¨ªa salido nunca. Es una causa general contra el independentismo.
III. Terrorismo
Dos polic¨ªas acaban de declarar ante la Audiencia Nacional que sufrieron episodios de ¡°violencia extrema¡± en Barcelona en 2019 y que se sienten v¨ªctimas de terrorrismo, un delito grabado a fuego en el imaginario colectivo que los independentistas instalados en Suiza rechazan.
-Serra: Es una locura. Es la banalizaci¨®n del terrorismo. De lo que nos pueden acusar es de haber convocado movilizaciones, y de eso estoy orgulloso, lo mismo que nuestro entorno, que particip¨® en ellas.
-Campmaj¨®: Yo tambi¨¦n me siento orgulloso de haber le¨ªdo un c¨®digo QR para ir a una convocatoria y protestar, y lo volver¨ªa a hacer. La distancia entre lo que pas¨® y lo que inventan es tan grande¡ ?Qu¨¦ deben pensar los polic¨ªas heridos en un acto de terrorismo?
-Wagensberg: Yo creo que esto les duele a las v¨ªctimas reales del terrorismo. He trabajado con ellas en Siria, en Afganist¨¢n, y mucha se han mostrado escandalizadas por un asunto tan grave. La acusaci¨®n por terrorismo pretende excluir de la ley de amnist¨ªa a ciertas personas y desacreditarnos ante la opini¨®n p¨²blica.
-Campmaj¨®: Bueno, y busca tambi¨¦n nuestra muerte civil. Aunque llegue la amnist¨ªa, cuando quieras viajar y coger un avi¨®n, tu nombre har¨¢ saltar una alarma, va a estar relacionado con ese delito. Costar¨¢ mucho tiempo y esfuerzo hacer que desaparezca.
-Wagensberg: El precedente que est¨¢n creando es terrible. Seguramente nuestra causa marcar¨¢ cu¨¢l es el l¨ªmite, en Espa?a, del derecho de protesta. Si lo que pas¨® con Tsunami es terrorismo, veremos a activistas por el cambio clim¨¢tico o a personas que intentan frenar un desahucio en la c¨¢rcel por terrorismo.
-Rodr¨ªguez: Cruzar esa l¨ªnea roja, la del terrorismo, env¨ªa un mensaje de miedo a la poblaci¨®n: cuidado con lo que hablas o haces. Si triunfa la tesis del juez, Tsunami puede limitar los derechos de todos, no solo de los indepedentistas. Si se hubiera aplicado ese patr¨®n a las protestas de payeses o taxistas, ahora muchas c¨¢rceles espa?olas estar¨ªan llenas de payeses y taxistas. Por eso la causa de Tsunami no puede tener un juicio ni una sentencia, porque ser¨ªa una sentencia contra la democracia.
-Wagensberg: Eso es lo que intentamos hacer tambi¨¦n desde el exilio. Nos defendemos a nosotros, pero tambi¨¦n a futuros manifestantes. Queremos evitar que haya un juicio juicio, y por tanto que haya una jurisprudencia mientras no llegue la amnist¨ªa.

IV. Amnist¨ªa
La ley de amnist¨ªa, que tras el rechazo del Senado aprobar¨¢ el Congreso el 30 de mayo, incluye los actos vinculados al proceso independentista en Catalu?a. El terrorismo queda excluido, pero solo cuando haya causado de forma intencionada ¡°graves violaciones de derechos humanos¡± recogidas en el Convenio Europeo de Derechos Humanos a prop¨®sito del derecho a la vida y la prohibici¨®n de la tortura. El caso Tsunami pues, queda al abrigo de la medida de gracia. Pero ante las embestidas de Garc¨ªa-Castell¨®n, los cuatro catalanes instalados en Ginebra no saben qu¨¦ pensar. Algo aislados del pulso de la realidad de Catalu?a, viven con angustia las noticias vinculadas a ese proceso, como cuando pensaron que, si S¨¢nchez abandonaba la presidencia del Gobierno, la ley de amnist¨ªa quedar¨ªa en papel mojado. La lejan¨ªa magnifica las buenas y, sobre todo, las malas noticias.
-Serra: La amnist¨ªa es una victoria pol¨ªtica. Pero ya hemos visto c¨®mo funciona el sistema judicial. La intuici¨®n me dice que har¨¢n lo que sea para no aplicarla¡
-Wagensberg: Comparto lo que dices, pero creo que al final, no s¨¦ cu¨¢nto tardar¨¢, se nos acabar¨¢ aplicando.
-Rodr¨ªguez: En dos meses seguro que no. Habr¨¢ cuesti¨®n prejudicial [los jueces pueden acudir al Tibunal de Justicia de la Uni¨®n Europea si tienen dudas sobre su aplicaci¨®n] o tendremos que ir al Tribunal Constitucional a hacer valer nuestros derechos. Pueden ser meses.
-Wagensberg: Los jueces tambi¨¦n han de conocer sus l¨ªmites, si no quieren incurrir en una prevaricaci¨®n.
-Campmaj¨®: Pero no hay nadie que los doblegue. Mirad, yo no pienso en ello. No quiero crearme expectativas que pueden frustrarme.
-Serra: Yo tambi¨¦n me he propuesto no tener ninguna expectativa para aguantar fuerte en el exilio.
-Rodr¨ªguez: El mes que hubo la batalla en Fiscal¨ªa sobre la amnist¨ªa fue un desgaste brutal, una monta?a rusa emocional. Pasabas de la esperanza a la frustraci¨®n y viceversa en horas. Tienen tanto poder para decidir sobre tu vida que¡
-Campmaj¨®: Yo con volver a Girona tendr¨ªa suficiente. Quiero volver a casa, y s¨¦ que volver¨¦. Lo que me preocupa es qu¨¦ Catalu?a me encuentro. ?Se habr¨¢ acabado el conflicto judicial?
La Catalu?a que se encuentren puede ser, tambi¨¦n en lo social, muy distinta. Los resultados de las auton¨®micas del 12-M, con la victoria del PSC de Salvador Illa, parecen indicar que muchos ciudadanos han decidido pasar p¨¢gina del proceso independentista. Pero ese giro no parece pesar en el ¨¢nimo de estos nuevos ginebrinos austeros, acostumbrados a vivir en la incertidumbre.
-Campmaj¨®: Mi gente no se olvidar¨¢ de m¨ª.
-Wagensberg: Las din¨¢micas electorales van como van, pero esto es un debate diferente.
-Serra: Son otras batallas, s¨ª, nosotros somos activistas.
-Rodr¨ªguez: Lo m¨¢s importante es volver a una Catalu?a donde se garanticen los derechos fundamentales. M¨¢s all¨¢ del contexto electoral, ese es el reto.
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