La aprobaci¨®n de la amnist¨ªa da el pistoletazo de salida a la precampa?a catalana
Los independentistas insisten en volver a situar el refer¨¦ndum en la agenda, pero Aragon¨¨s se vuelve m¨¢s institucional en su discurso
Quienes propugnaban que la amnist¨ªa ten¨ªa que servir para dar estabilidad a la pol¨ªtica catalana, y por extensi¨®n a la espa?ola, se han dado de bruces con un nuevo adelanto electoral en Catalu?a. La aprobaci¨®n el jueves en el Congreso de la ley que debe permitir pasar p¨¢gina a la ¡°represi¨®n¡± seg¨²n los independentistas y a la inestabilidad derivada del proc¨¦s, seg¨²n el Gobierno, todav¨ªa tardar¨¢ al menos dos meses en dar los primeros frutos. Pero s¨ª ha servido como pistoletazo de salida para la campa?a de las elecciones catalanas.
Los comicios del 12 de mayo ser¨¢n los quintos consecutivos que se celebran de forma anticipada en una comunidad donde ning¨²n Gobierno parece poder aguantar m¨¢s de tres a?os. Artur Mas en 2012 y en 2015. El Gobierno, a trav¨¦s del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n, en 2017. La inhabilitaci¨®n de Quim Torra en 2021. Y ahora, Pere Aragon¨¨s. Todos han tenido que dar la palabra a la ciudadan¨ªa antes de tiempo para sacar a Catalu?a de los embrollos derivados del proc¨¦s. Y, a tenor de los discursos que hicieron el jueves en el Congreso de los Diputados los portavoces de los partidos independentistas, nada apunta a que vaya a cambiar mucho a corto plazo.
Tanto Esquerra Republicana como Junts per Catalunya consideran la amnist¨ªa no como un punto de llegada de un largo proceso de negociaci¨®n, sino como el punto de partida hacia un refer¨¦ndum de independencia. Lo verbalizaron el jueves en el Congreso con m¨¢s o menos claridad y los que no lo hicieron desde el estrado lo apuntaron por otras v¨ªas. La diputada de ERC Pilar Vallugera argument¨® que la ley de amnist¨ªa vuelve a poner a los independentistas ¡°en condiciones de hacer frente al siguiente paso¡± para la resoluci¨®n del conflicto pol¨ªtico catal¨¢n: ¡°el ejercicio del derecho de autodeterminaci¨®n¡±. Y dej¨® claro que su formaci¨®n no va a ¡°dejar de reclamar¡± por m¨¢s que el presidente catal¨¢n y candidato por ERC, Pere Aragon¨¨s, sostenga que la v¨ªa elegida por su partido es la de un gran pacto que haga posible dicho refer¨¦ndum.
Carles Puigdemont, uno de los potenciales beneficiarios de la ley de amnist¨ªa, asegur¨® que la medida de gracia no es ¡°un punto final de nada¡±, sino ¡°una condici¨®n necesaria, pero no suficiente para resolver el conflicto¡±. Puigdemont y Junts intentan jugar la baza de haber conseguido la amnist¨ªa gracias a sus siete diputados en el Congreso y, aunque el jueves procuraron ser elegantes con sus rivales de ERC, no pierden ocasi¨®n para recordar que los republicanos ¡°solo¡± consiguieron los indultos la pasada legislatura cuando eran decisivos. Los de Pere Aragon¨¨s les replican que todo habr¨ªa sido m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s r¨¢pido si Junts hubiese entrado en el juego de la gobernabilidad y de los pactos con anterioridad en lugar de haberse dedicado durante a?os a la ¡°antipol¨ªtica¡±.
Los papeles de campa?a est¨¢n fijados. Lo que tiene pendiente de confirmar Junts es si Carles Puigdemont ser¨¢ candidato. Desde el mismo momento de la convocatoria de elecciones, Puigdemont se ha dejado querer por su partido, pero no aclara si se presentar¨¢ a las auton¨®micas o solo a las europeas de junio, pendiente del calendario de aplicaci¨®n de la amnist¨ªa. Fuentes de Junts aseguraron el jueves que la decisi¨®n se tomar¨¢ y se comunicar¨¢ la pr¨®xima semana. La principal dificultad de Junts es poder garantizar que, llegado el caso, Puigdemont podr¨ªa regresar a Espa?a sin riesgo a ser detenido, para un eventual debate de investidura.
A diferencia de Puigdemont, Aragon¨¨s combina el discurso de la exigencia independentista con el de una cierta institucionalidad. Para ¨¦l reclama el m¨¦rito de haber devuelto una normalidad institucional en la Generalitat, que qued¨® por los suelos en tiempos de Carles Puigdemont y de Quim Torra. De ah¨ª que aproveche sus intervenciones para apostar por dar ¡°previsibilidad¡± y un camino claro a la pol¨ªtica catalana.
Pero no lo tendr¨¢ f¨¢cil el presidente en funciones para apoderarse de este papel institucional. Quien m¨¢s hace bandera de ello es el candidato socialista, Salvador Illa, que el fin de semana se ver¨¢ ratificado como l¨ªder del PSC y como gran apuesta del socialismo para recuperar cierto poder territorial tras el batacazo del PSOE en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas. Illa llega al congreso del PSC y a las elecciones de mayo con el discurso de devolver a Catalu?a el dinamismo econ¨®mico y social previo al proc¨¦s y de dejar a un lado las divisiones que han marcado esta d¨¦cada. ¡°Catalu?a necesita un presidente y no un candidato¡±, dice en referencia a la incierta candidatura de Puigdemont. Y denuncia el ¡°desgobierno¡± que a su juicio ha dejado el ejecutivo en solitario de ERC en la Generalitat.
En el otro extremo est¨¢n los comunes de J¨¦ssica Albiach y Ada Colau, que esperan sacar r¨¦dito en las urnas de su nuevo papel de izquierda m¨¢s inflexible. Con una CUP en fase de reconstrucci¨®n y con ERC en un papel m¨¢s institucional, los comunes han echado mano de su rechazo a la autorizaci¨®n de un casino de la cadena Hard Rock en Tarragona para hacer bandera de ser la ¨²nica oposici¨®n de izquierdas. Albiach plantea el 12-M como una consulta sobre el modelo de pa¨ªs: ¡°?Queremos un pa¨ªs de macrocasinos, precariedad, m¨¢s inseguridad y donde el agua no va al campo, sino a los macrocasinos? ?O queremos un pa¨ªs de cultura, de ciencia y de innovaci¨®n?¡±.
En el flanco derecho queda por ver la configuraci¨®n final de las candidaturas de PP y Vox, ambos con importantes conflictos internos tambi¨¦n en Catalu?a. En el caso del PP, ni siquiera est¨¢ claro que Alejando Fern¨¢ndez pueda repetir como candidato teniendo en cuenta su enfrentamiento abierto con la direcci¨®n nacional del partido. Sin embargo, todas las encuestas dan un importante repunte a los populares, coincidiendo con el hundimiento total de Ciudadanos. Y en Vox, Ignacio Garriga ha manifestado su intenci¨®n de repetir pese a las encuestas que apuntan a una bajada de la ultraderecha.
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