La campa?a esconde el refer¨¦ndum en Catalu?a: ¡°Ha perdido credibilidad¡±
Los partidos independentistas reducen las propuestas sobre la autodeterminaci¨®n y abogan por debatir sobre cuestiones m¨¢s cotidianas
Sequ¨ªa, fiscalidad, lengua, educaci¨®n, y pactos. La agenda pol¨ªtica ha recuperado en esta campa?a cuestiones cotidianas de la vida de los ciudadanos y se ha alejado de la cuesti¨®n territorial. Con el eje social en auge, los partidos independentistas han limitado sus propuestas vinculadas a la independencia de Catalu?a en sus programas. Ninguno plantea plazos ni f¨®rmulas concretas m¨¢s all¨¢ de un ¡°acuerdo¡± con el Estado para una eventual consulta. ¡°Hemos retrocedido¡±, lamenta Elisenda Paluzie, expresidenta de la Assemblea Nacional de Catalunya (ANC), entidad protagonista durante el proc¨¦s. ¡°Los debates se plantean principalmente sobre el d¨¦ficit fiscal y la ejecuci¨®n de las infraestructuras, no sobre la independencia¡±.
Paluzie considera que el refer¨¦ndum ¡°ha perdido credibilidad¡±, y a?ade que ¡°la ausencia de un plan entre los partidos ha convertido incluso la propia independencia ¡°en menos cre¨ªble¡±. Las encuestas plantean por primera vez en diez a?os que el independentismo llega a las elecciones con la posibilidad de perder la mayor¨ªa parlamentaria.
Tanto ERC como Junts insisten claramente en sus programas en alcanzar la independencia, pero no hay forma de saber c¨®mo y sus planteamientos coinciden por primera vez en a?os por su prudencia. Los republicanos abogan por un refer¨¦ndum ¡°acordado¡± con el Estado; mientras que los posconvergentes piden ¡°condicionar¡± a los partidos constitucionalistas con amplias mayor¨ªas que desemboquen en ¡°un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n que se pueda celebrar en el futuro¡±, sin establecer cu¨¢ndo.
La cautela de los dos principales partidos independentistas parece romper definitivamente con la radicalidad del proc¨¦s que Junts mantuvo hasta 2023, cuando negoci¨® la ley de amnist¨ªa con el PSOE. En 2021, el partido de Carles Puigdemont ped¨ªa ¡°culminar la activaci¨®n de la Declaraci¨®n de Independencia firmada el 10 de octubre de 2017¡å; mientras que el programa de ERC planteaba en 2017 directamente la pregunta de un refer¨¦ndum: ¡°?Quer¨¦is que Catalu?a sea un Estado independiente en forma de Rep¨²blica?¡±. En 2015, Junts pel S¨ª, la coalici¨®n de ambos partidos, aseguraba que el Parlament proclamar¨ªa en una declaraci¨®n el inicio ¡°del proceso independencia¡± tras conseguir la mayor¨ªa parlamentaria. Los republicanos fueron los primeros en rebajar las expectativas en 2021: ¡°Para ganar la libertad del pa¨ªs tenemos que ser m¨¢s y preparanos a¨²n mejor¡±, ped¨ªan.
Desde Comuns Sumar , formaci¨®n que sigue defendiendo ¡°acordar una ley per establecer el procedimiento (...) para la modificaci¨®n del estatus pol¨ªtico de Catalu?a¡±, la candidata, J¨¦ssica Albiach, celebra la moderaci¨®n del independentismo: ¡°Somos la ¨²nica fuerza que no se ha movido de su posici¨®n¡±, recuerda.
Un repaso r¨¢pido a todos los programas de estas elecciones confirma la percepci¨®n de que los propios partidos secesionistas parecen haber hecho un paso atr¨¢s: entre ERC, Junts, CUP y Comunes, la presencia de las palabras refer¨¦ndum y autodeterminaci¨®n se ha reducido un 55% (aparecen 56 veces, frente a las 125 de la campa?a de 2021) en sus programas electorales. La CUP, con una ca¨ªda del 72%, plantea la mayor reducci¨®n. Cuestionada sobre si el partido antisistema ha limitado el eje nacional en favor del social y el medioambiental, su candidata, Laia Estrada, lo rechaza. ¡°En ning¨²n caso. Siempre lo hemos puesto al mismo nivel¡±. Las encuestas plantean un duro rev¨¦s electoral para la CUP, que rechaza la posibilidad de alcanzar un acuerdo con el Estado para celebrar el refer¨¦ndum y aboga ¡°por la desobediencia civil y la movilizaci¨®n popular¡±.
La duda es si el pragmatismo pol¨ªtico responde al desinter¨¦s social o a una escasa capacidad de seducci¨®n. ¡°La frustraci¨®n del colectivo independentista se explica por la falta de unidad y de plan¡±, conviene Paluzie. ¡°Se visualiza el odio fratricida entre ERC y Junts, que no han planteado una estrategia com¨²n¡±. Seg¨²n el ¨²ltimo bar¨®metro del Centre d¡¯Estudis d¡¯Opini¨® (CEO, el CIS catal¨¢n), del pasado mes de marzo, las relaciones entre Catalu?a y el Estado son la tercera principal preocupaci¨®n social, por detr¨¢s del cambio clim¨¢tico y la insatisfacci¨®n con la pol¨ªtica. Durante la ¨¦poca m¨¢s intensa del proc¨¦s, esta era una preocupaci¨®n capital para los ciudadanos.
Durante la campa?a, sin embargo, y quiz¨¢s sin propon¨¦rselo, republicanos y posconvergentes han coincidido en plantear un refer¨¦ndum acordado a partir de la v¨ªa del art¨ªculo 92 de la Constituci¨®n, que permite al Estado someter a refer¨¦ndum consultivo de ¡°todos los ciudadanos¡± las ¡°decisiones pol¨ªticas de especial trascendencia¡±. El president, Pere Aragon¨¨s, plante¨® esta posibilidad el pasado 2 de abril, y semanas despu¨¦s Junts lo incorpor¨® en su programa: ¡°Solo hac¨ªa falta recurrir al art¨ªculo 92 para superar los impedimentos legales [para organizar un refer¨¦ndum]¡±.
El nuevo paradigma, en todo caso, inquieta al independentismo m¨¢s enfervorizado. La ANC plante¨® a sus bases presentarse a las elecciones con una lista c¨ªvica para acelerar los plazos para alcanzar la independencia, y Alhora (la formaci¨®n de la exconsejera Clara Ponsat¨ª) se presenta con la misma idea. ¡°Ahora hemos vuelto a 2012¡å, lamenta Paluzie. ¡°El refer¨¦ndum y el mandato del 1 de octubre [de 2017] han sido sustituidos por el refer¨¦ndum pactado¡±, entiende Elisenda Paluzie, ¡°Y si solo hablan de refer¨¦ndum acordado, cuando depende del Estado, el mensaje que se impone es que la independencia no es posible. Y eso es terrible¡±.
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