As¨ª votan los barrios pobres y ricos de Barcelona
Los vecinos de la Barceloneta, el Raval, el Eixample y Sant Gervasi acuden a la cita con las urnas en un domingo donde todo es posible
Abdul Momin naci¨® en Bangladesh hace 42 a?os, aunque lleva 20 viviendo en el barrio barcelon¨¦s del Raval donde trabaja como ayudante de cocina en un restaurante ¡°de comida espa?ola¡±. Hace un a?o que consigui¨® la nacionalidad y este domingo ha votado por primera vez. ¡°Me ha hecho mucha ilusi¨®n poder elegir a los que me van a gobernar¡±, admite tras ejercer su derecho. Momin vive en una de las zonas m¨¢s humildes y m¨¢s abstencionistas de Barcelona. El distrito de Ciutat Vella ¡ªal que pertenecen los barrios del Raval, la Barceloneta, el G¨°tic y Sant Pere i Santa Caterina¡ª es de los que menos votan y donde se establecen buena parte de los vecinos con menos recursos de la ciudad. Justo al otro lado de la balanza, en Sarri¨¤-Sant Gervasi, es donde se concentran las cuentas corrientes m¨¢s abultadas y, precisamente, los vecinos que m¨¢s participan en las elecciones. EL PA?S ha visitado, la ma?ana de este domingo electoral, los colegios de las zonas m¨¢s pobres y m¨¢s ricas de la ciudad.
A las dos de la tarde, el Govern ha hecho p¨²blico los primeros datos de participaci¨®n. A esa hora hab¨ªa votado el 27,78% de los barceloneses (hace tres a?os, a la misma hora hab¨ªa votado el 22,6%). En Sarri¨¤-Sant Gervasi la participaci¨®n a las 14.00 de este domingo era del 27,5%, mientras que en Ciutat Vella era del 20,8%. No es la ¨²nica diferencia. La esperanza de vida de los vecinos de la Barceloneta es de 80,5 a?os mientras que la de Sant Gervasi es de 86,3 a?os.
En la Escuela Mediterr¨¤nia de la Barceloneta, a las nueve de la ma?ana, estaba todo listo. Pronto han comenzado a llegar vecinos ansiosos por votar. Una de las que primero lo ha hecho es Leocadia Montes, la emblem¨¢tica due?a del Bar Leo. Acompa?ada por uno de sus hijos, se apresura a ejercer su derecho mientras una vecina habla con ella y recurre al cl¨¢sico: ¡°A quien madruga, Dios le ayuda¡±. Carmen Torres recuerda las cargas policiales que hubo en este colegio durante la consulta independentista del 1 de octubre de 2017. ¡°Han pasado los a?os y el barrio est¨¢ cada vez peor. A ver si viene Puigdemont y lo arregla¡±, desea Torres. Sobre el actual alcalde, Jaume Collboni (PSC), mantiene que no quiere ¡°ni o¨ªr hablar¡±.
Muy cerca de la escuela Mediterr¨¤nia se encuentra la escuela Alexandre Gal¨ª. All¨ª Salva ejerce como interventor del PSC. En otras elecciones hizo el mismo papel, pero por ERC. De hecho, fue uno de los grandes defensores de la consulta independentista en el barrio de la Barceloneta e incluso se manifest¨® contra la coalici¨®n Colau-Collboni, pero ¡°las cosas cambian¡±, dice. Junto a ¨¦l, una se?ora de avanzada edad hace las funciones de apoderada de Vox. ¡°Qu¨¦ bonita esta escuela al lado del mar. Yo es que vengo de Castilla para trabajar de interventora¡±, advierte. En el Alexandre Gal¨ª, los votantes llegan con cuentagotas. Una imagen similar a la de la escuela Massana del barrio de El Raval, justo detr¨¢s del mercado de la Boqueria. All¨ª, la votaci¨®n se convierte en un verdadero tedio para los miembros de las mesas electorales que no saben a d¨®nde mirar ante la falta de vecinos dispuestos a votar.
En el peque?o colegio del Casal del Barri del Raval, el recibimiento lo dan dos interventoras de Vox originarias de Guinea. ¡°Vivimos en el G¨°tic y queremos dar nuestro apoyo a la democracia¡±, asegura una de ellas a preguntas de EL PA?S. Al final son las que dirigen un poco a los votantes en la entrada de este colegio electoral. Dentro hay m¨¢s interventores que miembros de las mesas. La conversaci¨®n entre los interventores del PSC, PP y ERC es divertida y se conocen de otros comicios. ¡°Aqu¨ª la gente vota poco¡±, lamenta Joan Dom¨ªnguez, el apoderado del PSC. De hecho, Abdul Momin ¡ªel cocinero procedente de Bangladesh con el que arranca esta cr¨®nica¡ª es de los pocos que se acercan para votar.
El Eixample era, tradicionalmente, un distrito de clase media-alta, pero en los ¨²ltimos a?os se ha convertido en una zona b¨¢sicamente de rentas altas. A las dos de la tarde, hab¨ªa votado m¨¢s del 28% del censo. Uno de los principales colegios de este distrito est¨¢ en la sede de la Universitat de Barcelona, donde no ha habido ninguna intromisi¨®n entre las urnas electorales y la acampada de estudiantes reivindicando el fin del ataque de Israel a Gaza. Rosa Lluch, la hija de Ernest Lluch, ejerce all¨ª como interventora de los Comuns. Esa posici¨®n no le impide saludar al l¨ªder de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, que ha decidido, tras votar, saludar al mayor n¨²mero de interventores de la formaci¨®n naranja en unas elecciones que saben que son a vida o muerte. Lluch tambi¨¦n saluda al l¨ªder de su formaci¨®n, Jaume Asens, en uno de los vest¨ªbulos m¨¢s se?oriales de estos comicios.
Lluch no ser¨¢ la ¨²nica interventora de renombre de estos comicios. En la escuela Augusta en Sant Gervasi, la diputada popular en el Congreso Cayetana ?lvarez de Toledo ejerce como apoderada. En ese colegio electoral el ambiente es diferente. Es raro ver a alguien votar solo y son muchas las familias que, vestidas de domingo, acuden al compromiso con las urnas. Merc¨¨ es de las pocas que va sola a la cita electoral: ¡°En las elecciones municipales me toc¨® estar en una mesa y el 1 de octubre [de 2017] me peg¨® la polic¨ªa. Te puedes imaginar que desde entonces no me pierdo una elecci¨®n y te puedes imaginar a qui¨¦n voto¡±, mantiene la mujer, en uno de los barrios que se han convertido en feudo de Junts.
Sant Cugat del Vall¨¦s vota "lo de siempre" desencantado?
Los vecinos de Sant Cugat han modificado ligeramente su rutina: entre el café en la plaza de Lluis Millet y el paseo del día de descanso, había que ir a votar. Los mayores han sido los encargados de estrenar las urnas. “Lo teníamos muy claro, como siempre, pero este año nos mantenemos más firmes que nunca”, subrayan Gerard (70 años) y Remei (68), que han acompañado a su padre de 97 años a las urnas del Centre d’Art Maristany.
Durante las primeras horas de la mañana de este domingo, andadores, sillas de ruedas y vehículos motorizados de movilidad reducida han tomado las calles de la tercera ciudad más rica de Cataluña. A sus 89 años, Daniel sujeta en una mano la papeleta y con la otra se apoya sobre su bastón: “Votamos lo de siempre porque tenemos el mismo problema de siempre. Los catalanes somos personas muy trabajadoras, hemos tenido una industria textil magnífica en esta zona. Tenemos mucho potencial, pero los dirigentes de fuera no nos dejan progresar”, critica. Su amigo Pedro (84 años) le secunda: “Llevamos toda la vida igual. Lo peor es que no hay una idea completa, un plan estructural, pero hay muchas divergencias de opinión y eso nos impide avanzar. Hace falta unos dirigentes que se planten y digan hasta aquí”, añade.
En un municipio donde el partido nacionalista catalán Convergencia i Unió ha gobernado durante casi 30 años —ahora bajo el mandato de Junts per Catalunya— el “voto de siempre” no motiva a las nuevas generaciones. Anna (30 años) y Andrea (30 años) han aprovechado el camino al colegio electoral para pasear a sus mascotas. Las dos aseguran estar “muy desencantadas” con la política: “He terminado votando al partido de siempre. Ni me he molestado en leer los programas electorales como suelo hacer porque estoy cansada de la decepción de votar y ver que no sirve absolutamente para nada”, subraya Andrea. Las dos opinan que la clase política debe dejar a un lado los discursos y centrarse en las necesidades sociales, especialmente en la vivienda. “Tenemos un buen sueldo, por encima de la media de nuestra edad, y dentro de poco nos tendremos que ir de la ciudad en la que hemos nacido, es demencial”, comentan sobre el precio del alquiler porque comprar, ni se lo pueden plantear.
Las necesidades sociales son también prioritarias para decidir el voto de Laura (23 años): “Siempre me decanto por los partidos que se preocupan de los catalanes, de su lengua y su cultura, pero que no dejan de lado otras cuestiones como la guerra en Gaza". La posición sobre el conflicto entre el Estado de Israel y el pueblo palestino ha sido “determinante” para María (21 años). “Me dan igual las propuestas políticas porque ahora mismo lo que más me preocupa es lo que está ocurriendo en Gaza. Según se posicione cada partido decidiré a quien votar”, puntualiza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.