Y en Sumar reservaron hasta una discoteca
El equipo de Yolanda D¨ªaz, que estuvo acompa?ada por Belarra, Garz¨®n y Errej¨®n, celebra el freno a la derecha en una noche en la que se mezclaron el drama, la comedia y el suspense
Ocho de la tarde. Se abre la puerta de la sede de Sumar y entra el n¨²mero uno por M¨¢s Pa¨ªs, ??igo Errej¨®n; m¨¢s tarde, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra; despu¨¦s, el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garz¨®n, y pasadas las diez de la noche, la l¨ªder de M¨¢s Madrid, M¨®nica Garc¨ªa. Se cierra la puerta, se meten en una sala de la segunda planta y se disponen a ver los resultados de la noche ¡ªqu¨¦ noche¡ª entre pantallas, m¨®viles y ordenadores. ?C¨®mo se llama la pel¨ªcula? A saber, pero no como hace una semana. Hubo drama, s¨ª; tambi¨¦n hubo comedia ¡ªmucha comedia, conforme pasaba la noche¡ª; y hubo suspense, c¨®mo no va a haber suspense en un conglomerado de izquierda. Esto lo saben hasta los Pablo Iglesias, el fundador del PSOE y, por supuesto, el que fund¨® Podemos. ?Ser¨¢ por Iglesias! A las diez de la noche, eso s¨ª, Belarra sali¨® de una sala y se meti¨® en otra, seg¨²n cuenta uno de los presentes. Una cosa es el s¨ª se puede y otra, muy distinta, el s¨ª se puede celebrar.
La gran noche electoral de un partido de nueva creaci¨®n tiene un asunto importante: que no tiene sede, bueno, que est¨¢ alquilada. Dos plantas, concretamente. Tanto es as¨ª que, seg¨²n cuenta un miembro de Sumar, hace unos d¨ªas estuvo por aqu¨ª rodando un corto el director de cine Nacho Vigalondo con Bel¨¦n Esteban. Bueno, pues cuando Vigalondo se encontr¨® deambulando por la sede con la portavoz de feminismo de Sumar, Elizabeth Duval, le dijo que si quer¨ªa participar en el corto. No se sabe m¨¢s.
A diez minutos a pie de la sede alquilada de Sumar, por cierto, est¨¢ la sede del PP, la sede electoral por excelencia y con balc¨®n. En Sumar no hay balc¨®n, tampoco muchos militantes. M¨¢s bien curiosos. Celia Fern¨¢ndez, de 33 a?os, est¨¢ sentada mirando Twtitter en el m¨®vil con la camiseta serigrafiada con la palabra ¡°V¨¢lida¡±, del p¨®dcast Estirando el Chicle. Primera valoraci¨®n de la noche, con el 60% escrutado:
¡ªEstamos flipando.
Segunda valoraci¨®n: ¡°No quer¨ªamos verlo en casa, hemos ido a ver Barbie al cine y al volver a casa hemos visto que esta era la sede de Sumar y aqu¨ª nos hemos quedado¡±. Sin cenar. El guion de esta noche tambi¨¦n era para quedarse ojipl¨¢tico. Pedro S¨¢nchez, de Ken, junto a La Fashionaria ¡ªel mote que le puso Federico Jim¨¦nez Losantos a Yolanda D¨ªaz¡ª y que el partido se ha apropiado de lleno entre chapas y pines, como con perro sanxe y Pedro S¨¢nchez, vaya.
En la sede, mientras tanto, nadie escrib¨ªa ni trabajaba, solo fumaba y fumaba. As¨ª, hasta las once, por generarse, se generaban tertulias hasta en los ba?os con gente desconocida. ¡°Ni tan mal¡±, se escuchaba. Tal era la situaci¨®n, que un alto de cargo de Podemos presente en la sede aseguraba: ¡°Estamos de muy buen rollo con M¨¢s Madrid. Lo nunca visto¡±. De pronto, llegaron los gritos de la segunda planta con el diputado n¨²mero 30. Celebraci¨®n. Alegr¨ªa. M¨¢s gritos. ¡°Este es de Granada¡±, recordaba un miembro de prensa de Sumar¡ a la prensa. Y lo mismo con el esca?o 31, pero sin decir de d¨®nde. Y a las 23.00 lleg¨®, al fin, D¨ªaz, acompa?ada de su hija, Carmela, y del portavoz del partido en la campa?a, Ernest Urtasun. M¨¢s gritos. M¨¢s aplausos. Gritos de ¡°presidenta, presidenta¡±. Del partido, se supone. La alegr¨ªa era tal que, por si las moscas, algunos miembros avispados de Sumar ¨Dnunca se sabr¨¢ si por intuici¨®n o por celebrar las encuestas amargas¨D hab¨ªan reservado unas horas antes una sala de una discoteca por el madrile?o barrio de Arganzuela.
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