El argumentario del ¡®proc¨¦s¡¯ se cae de la batalla electoral catalana

Las elecciones municipales del pr¨®ximo 28 de mayo han dispuesto un decorado remozado en la pol¨ªtica catalana. Las referencias a la independencia, a la autodeterminaci¨®n y a la desobediencia, que congestionaron el debate pol¨ªtico durante los d¨ªas m¨¢s agitados del proc¨¦s, se han ca¨ªdo del argumentario de los partidos. Los programas orillan la cuesti¨®n secesionista y los candidatos esquivan el tema durante la campa?a. El giro supone un par¨¢metro nuevo en la din¨¢mica electoral de la ¨²ltima d¨¦cada en Catalu?a, donde cada choque en las urnas, tambi¨¦n en las municipales, quedaba salpicado por las bravatas acerca del encaje de Catalu?a en Espa?a. Las sedes de los alcaldables por Barcelona de Junts, ERC y la CUP han aparecido recientemente decoradas con carteles donde se les exige la independencia de Catalu?a.

El lunes por la noche, durante el debate electoral organizado por Betev¨¦, la televisi¨®n municipal de Barcelona, Xavier Trias tuvo un traspi¨¦ al poner su candidatura como ¡°garant¨ªa¡± para desbancar a Colau. Al filo de la medianoche, y tras m¨¢s de dos horas de pugna dial¨¦ctica, dijo que ¡°Junts¡± es la apuesta del cambio, pero inmediatamente rectific¨®: ¡°No Junts, Trias per Barcelona¡±, matiz¨®. El candidato neoconvergente trata de escapar de lo que representa Junts per Catalunya, y de los postulados rupturistas que han querido implantar su presidenta, Laura Borr¨¤s, y el ide¨®logo de la formaci¨®n, Carles Puigdemont. ¡°El alcalde de Barcelona no sale al balc¨®n gritando independencia¡±, dijo tambi¨¦n esta semana Trias, en una entrevista.

El programa electoral de Trias per Barcelona consta de 174 p¨¢ginas, pero no hay referencias a la independencia de Catalu?a. Alude a conceptos como ¡°catalanidad¡± y plantea que hay que preservar la ¡°clara vocaci¨®n europe¨ªsta y mediterr¨¢nea¡± de la ciudad. La hoja de ruta de Trias se?ala que es menester que la ciudad se ¡°comprometa e interact¨²e con su pa¨ªs¡±, y concreta que ese pa¨ªs es ¡°Catalu?a¡±. Incluye un compromiso de fondo ambiguo, al referir que el Ayuntamiento ¡°estar¨¢ siempre al servicio del Parlament de Catalu?a¡±.

Hace cuatro a?os, Junts present¨® como candidato por Barcelona a Quim Forn, quien fue consejero de Interior de la Generalitat durante el 1-O. Forn estaba entonces en prisi¨®n preventiva y a los pocos meses fue condenado a 10 a?os y medio de c¨¢rcel por su participaci¨®n en la organizaci¨®n del refer¨¦ndum. Ernest Maragall es el actual candidato de ERC, y se estren¨® en la contienda de 2019. D¨ªas antes de las elecciones, declar¨® p¨²blicamente que visitaba a Forn en la c¨¢rcel de Lledoners. ¡°Hemos coincidido en trabajar para definir lo que podr¨ªamos llamar unidad de acci¨®n soberanista poselectoral¡±, dijo, y alud¨ªa a ¡°unidad del independentismo¡±.

Esta vez, en su programa, m¨¢s de 230 p¨¢ginas, Maragall no hace alusi¨®n al independentismo. Solo presenta a Barcelona como ¡°capital de la futura Rep¨²blica Catalana¡±, cuando refiere la necesidad de que los funcionarios y cargos p¨²blicos del consistorio act¨²en con ¡°responsabilidad, voluntad de servicio a la sociedad, transparencia y eficacia¡±. Esquerra no abraza en Barcelona uno de los reproches que s¨ª exprime en la Generalitat, y que consiste en atribuir al Estado las culpas de la ineficacia administrativa auton¨®mica por culpa del ahogo financiero. En su asalto a la alcald¨ªa, Maragall se?ala a la ¡°crisis econ¨®mica¡± y a ¡°las secuelas de la pandemia¡±, para explicar las estrecheces contables que dificultan la vida de los ciudadanos.

En la re?ida disputa por la victoria que mantienen Ada Colau, Jaume Collboni y Xavier Trias, las encuestas apuntan que el candidato del PSC toma algo de ventaja. Collboni ha manifestado que no pactar¨¢ con nadie que no se comprometa a respetar la legalidad y las instituciones. En su programa, el PSC se?ala que el proc¨¦s ¡°prometi¨® un pa¨ªs nuevo, pero el resultado fue una sociedad dividida, la huida de empresas y el desprestigio internacional e institucional¡±. En su documento, el PP incluye una breve referencia a la ¡°tensi¨®n del proc¨¦s¡±.

Sin la efervescencia procesista, hay formaciones a quienes les cuesta hallar un hueco bajo los focos. La CUP busca acaparar voto independentista a base de repudiar la posibilidad de que Xavier Trias sea alcalde, y de criticar que ERC apueste por ¡°apuntalar al Estado y apagar el conflicto nacional¡±. En su programa electoral en Barcelona, la formaci¨®n anticapitalista se compromete a ¡°promover la desobediencia y la insumisi¨®n institucional a aquellas legislaciones impuestas que sean contrarias al despliegue del proyecto nacional¡±. Ciutadans, por su parte, trata de enarbolar la bandera del biling¨¹ismo y tilda de ¡°irrenunciable¡± que el Ayuntamiento ¡°suspenda en el acto sus campa?as hispan¨®fobas disfrazadas de defensa del catal¨¢n¡±.

Por su parte, en el nuevo ciclo, Ada Colau no ha necesitado alterar su ambig¨¹edad equidistante con el proc¨¦s. En su programa apenas apunta que no le ha sido f¨¢cil gobernar en medio de la ¡°inestabilidad pol¨ªtica¡± que ha habido en Catalu?a. Hace cuatro a?os, el candidato m¨¢s votado fue Ernest Maragall, pero Colau logr¨® la reelecci¨®n gracias al apoyo de Manuel Valls, que la aval¨® sin exigir nada a cambio para impedir que el Ayuntamiento quedara en manos del independentismo. La alcaldesa dice haber tenido que tumbar ¡°resistencias¡± y se presenta como una v¨ªctima de campa?as de desprestigio y del lawfare, uso instrumental de la justicia para perjudicarla. Es el mismo argumento que emplea la presidenta de Junts Laura Borr¨¤s, para denunciar su aislamiento pol¨ªtico por independentista.

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