Muere Dumitru Popescu, el arquitecto del culto a la personalidad de Nicolae Ceausescu y al que apodaban ¡®Dios¡¯
Prominente figura de la c¨²pula comunista rumana, y dentro del c¨ªrculo cercano del dictador, que fue conocida por la intransigencia con la que censur¨® cualquier desviaci¨®n de la l¨ªnea de partido
Dumitru Popescu, una de las figuras m¨¢s prominentes de la c¨²pula comunista rumana y uno de los ¨²ltimos miembros del equipo del dictador Nicolae Ceausescu, se extingui¨® el pasado viernes a los 96 a?os en su casa de un barrio obrero de Bucarest casi 35 a?os despu¨¦s del derrocamiento del r¨¦gimen. El escritor y periodista, reconocido como el arquitecto del culto a la personalidad del s¨¢trapa, traz¨® las reglas de la literatura de su pa¨ªs, con el objetivo de ensalzar la figura del ¡®Conducator¡¯, a quien tambi¨¦n le gustaba denominarse ¡®el hijo amado¡¯, ¡®el genio de los C¨¢rpatos¡¯ o ¡®el Pensamiento del Danubio¡¯. Lleg¨® a comparar al aut¨®crata con Pericles, Napole¨®n Bonaparte y Abraham Lincoln.
El ide¨®logo se convirti¨® en la mano de hierro que control¨® la prensa en Rumania despu¨¦s del cesarismo que impuso Ceausescu tras su visita a China y Corea del Norte en 1971. A su vuelta de la gira asi¨¢tica ¨Del l¨ªder norcoreano Kim Il-sung organiz¨® una ceremonia espectacular en su honor en el estadio Moranbong en la que participaron unas 120.000 personas¨D, el aut¨®crata se quej¨® de los discursos ¡°abstractos¡± que se pronunciaban en su pa¨ªs sin llegar a explicar fehacientemente los logros del gobierno para mejorar la vida del pueblo. Para ello, introdujo la cultura pol¨ªtica en la educaci¨®n, tarea que recay¨® en Popescu. Fue en este momento cuando entr¨® en el c¨ªrculo pr¨®ximo del poder que comenzaba a delinear la meloman¨ªa del mandatario y empez¨® a escribir las alocuciones de Ceausescu y las alabanzas hacia su persona.
Popescu fue apodado Dios por su severidad hacia sus subordinados. Seg¨²n cuenta Ioan Morar, novelista y periodista que fund¨® la revista Academia Catavencu (El Jueves rumano), en una reuni¨®n del partido con periodistas en la Casa Scanteii ¨Dun edificio similar al de la Universidad Estatal de Mosc¨² que acog¨ªa el peri¨®dico oficial del Partido Comunista Rumano y que, en la actualidad, se llama la Casa de la Prensa Libre¨D, dijo: ¡°Soy vuestro padre, soy vuestra madre, soy vuestro Dios¡±.
Popescu se gradu¨® en 1951 en la Facultad de Ciencias Econ¨®micas. Sin embargo, debut¨® como periodista durante su ¨¦poca de estudiante (en 1950), en la revista Contemporanul (El contempor¨¢neo), profesi¨®n que nunca abandon¨®. En 1956, con motivo de la preparaci¨®n del Congreso de la Uni¨®n de J¨®venes Obreros, Ceausescu lo invit¨® (aunque ambos no se hab¨ªan conocido anteriormente) a asumir el cargo de redactor jefe del peri¨®dico para j¨®venes Scanteia (Chispa en espa?ol), donde permaneci¨® hasta 1960.
Dirigi¨® Agerpres, la agencia de prensa nacional, durante dos a?os, puesto que dej¨® para convertirse en ministro de Cultura. En 1965, volvi¨® al periodismo, esta vez como redactor jefe de Sc?nteia, donde trabaj¨® hasta 1968. Se hab¨ªa unido a principios de la d¨¦cada de los cincuenta al Partido de los Trabajadores Rumanos y pas¨® a ser miembro del Comit¨¦ Central del Partido Comunista Rumano en 1965, donde aguant¨® hasta la ca¨ªda de la dictadura. Adem¨¢s, fue nombrado secretario del Comit¨¦ Central en 1968 y un a?o despu¨¦s incluido en el selecto grupo del Comit¨¦ Pol¨ªtico Ejecutivo del Comit¨¦ Central, adem¨¢s de ser diputado de la Gran Asamblea Nacional de 1965 a 1989. Y en los ¨²ltimos ocho a?os del r¨¦gimen lo nombraron rector de la Academia Stefan Gheorghiu de Bucarest, una escuela especializada exclusivamente en la formaci¨®n de los l¨ªderes comunistas.
Su figura como parte de la elite comunista marc¨® profundamente la historia del pa¨ªs. Bajo la batuta del Partido Comunista Rumano, entre 1947 y 1989, la sociedad estuvo sometida a una estricta centralizaci¨®n, propaganda estatal y control totalitario. La industrializaci¨®n forzada, la colectivizaci¨®n de la agricultura y la censura moldearon la vida cotidiana, que los dictadores Gheorghe Gheorghiu-Dej y Nicolae Ceausescu consolidaron con un r¨¦gimen represivo.
Los historiadores lo definen como uno de los colaboradores m¨¢s cercanos de Ceausescu y persona introvertida de la que apenas se conoc¨ªa su vida privada. No ten¨ªa relaciones pr¨®ximas con nadie y manten¨ªa l¨ªmites de comunicaci¨®n en el trabajo. Calificaba las sorpresas de indeseables y despreciaba cualquier forma de seducci¨®n, coloc¨¢ndola al margen de los rigores de la pol¨ªtica y del comportamiento del militante comunista. Confiaba en la autoridad de su cargo, en el deber de cumplimiento de sus subordinados y en el hecho de que su estrategia era capaz de movilizar a los ciudadanos. Durante la Rumania democr¨¢tica, Popescu se dedic¨® a escribir varios libros sobre sus memorias con t¨ªtulos como: ¡°Yo tambi¨¦n fui tallador de quimeras¡± o ¡°Cronos devor¨¢ndose a s¨ª mismo¡±, entre otros. Sin embargo, los especialistas lamentan la superficialidad de sus textos.
¡°Una contribuci¨®n importante a la creaci¨®n del mito de Ceausescu la hizo Dumitru Popescu, un arrogante apparatchik [tecn¨®crata del partido] que ocup¨® el cargo de secretario del Comit¨¦ Central en cuestiones culturales e ideol¨®gicas durante casi 15 a?os. Popescu se consideraba novelista, pero sus publicaciones fueron intentos rid¨ªculos de apolog¨¦tica del partido¡±, describe Vlad¨ªmir Tism?neanu, autor del informe sobre la dictadura comunista por el que el antiguo presidente Traian Basescu se bas¨® para condenar en 2006 el r¨¦gimen como ¡°criminal¡± e ¡°ileg¨ªtimo¡± en el Parlamento. El polit¨®logo lo tach¨® como ¡°el gran pont¨ªfice de la religi¨®n pol¨ªtica ceausista¡±.
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