Un contrabajo en el cielo de las cuerdas

La Orquesta Sinf¨®nica de Galicia ha transmitido en directo su anunciado concierto a puerta cerrada de este viernes con un programa en el que se produjo el estreno en Europa del Concierto para contrabajo y orquesta de Jukka Linkola. Complet¨® el programa la Sinfon¨ªa en do mayor, La grande¡±, de Franz Schubert. La orquesta estuvo dirigida por su titular, Dima Slobodeniouk, y en el concierto de Linkola toc¨® como solista el principal de contrabajos de la OSG Risto Vuolanne.

Linkola escribi¨® su concierto por encargo ¡°del Grand FinnFest¡±, festival que evoca cada cuatro a?os en Michigan las relaciones entre aquella zona y Finlandia desde que, a principios del siglo XX, muchos finlandeses se establecieran all¨ª para trabajar como mineros pero conservando su cultura y tradiciones.

Desde sus primeras notas se muestra lo que el propio autor llama su ¡°mente jazz¨ªstica¡±. Lo hace claramente en una cierta profusi¨®n de ritmos sincopados; pero no menos en su orquestaci¨®n, pr¨¢cticamente equidistante entre la cl¨¢sica ¡°big band¡± americana y la m¨²sica cinematogr¨¢fica de la que es notable autor. Su divisi¨®n en cinco movimientos le confiere un notable equilibrio estructural.

La obra es de una enorme dificultad t¨¦cnica, algo que los grandes m¨²sicos como Vuolanne utilizan como una herramienta m¨¢s, una base desde la que despegar hacia el logro de lo que es la raz¨®n ¨²ltima de su oficio: hacer m¨²sica, conmover, emocionar a quien lo escucha. Y por eso, a lo largo de toda la obra, su soberbia afinaci¨®n, su riqueza t¨ªmbrica o sus agilidades ¨Cque hacen olvidar por momentos el instrumento que toca- se ponen siempre al servicio de la m¨²sica.

Y el resultado solo puede ser la emoci¨®n de quienes lo escuchan, como ya logr¨® ¨Cy de qu¨¦ forma- en su concierto con Angel if dusk, de Rautavaara de la temporada 2012-2013. El concierto de Linkola tiene un car¨¢cter mucho m¨¢s abierto que el de Rautavaara. Esa mente jazz¨ªsticca arriba mencionada impregna de optimismo el primer movimiento, Introducci¨®n, y los di¨¢logos entre el instrumento solista con la orquesta. Una especie de cadenza en este movimiento permite al solista un lucimiento de su t¨¦cnica y abre la puerta a su expresividad, lo que Vuolanne aprovech¨® al m¨¢ximo en uno y otro sentido.

Bajo el t¨ªtulo general de Sentimental, el segundo es una evocadora suite que se inicia con una Polska, una danza de expresi¨®n polivalente que en este caso est¨¢ llena de una simp¨¢tica animaci¨®n, casi como si el autor hubiera pensado en su int¨¦rprete del viernes cuando la compon¨ªa. Vuolanne mostr¨® el car¨¢cter de la pieza volcando en ella el suyo propio antes de pasar al sentimiento de lo porte?o de Tango-Satyricon, tamizado y elevado por el sentido del humor caracter¨ªstico del finland¨¦s.

El movimiento acaba con el contraste de un Salmo en el que la sensibilidad del int¨¦rprete se volc¨® haciendo cantar a su contrabajo en unos agudos sobrecogedores. Es uno de esos momentos de emociones completas que llegan tanto ¡°al coraz¨®n¡± como al cerebro, en los que el principal de la Sinf¨®nica de Galicia mostr¨® lo mejor de su personalidad tanto humana como musical.

El ultimo movimiento es un Finale de libro, en el que Linkola pone a prueba la capacidad t¨¦cnica del solista con unas escalas iniciales vertiginosas, sucedidas por unos sobreagudos que parecen querer escapar del instrumento. Vuolanne aprovech¨® unas y otros para proporcionar a su contrabajo una ascensi¨®n a ese cielo de los instrumentos de cuerda frotada que pareciera estar reservado al viol¨ªn.

Y en ¨¦l permaneci¨® hasta el final de la obra, dejando la impronta de lo que supone otra cadenza, esta acompa?ada y llena de la m¨¢s profunda musicalidad. Descendiendo a la sima m¨¢s profunda del sonido y elev¨¢ndose de nuevo a las alturas, en un virtuosismo pleno de m¨²sica y un final, de nuevo en el registro agudo, que dej¨® la impronta de esa emoci¨®n serena y equilibrada de la que impregn¨® la noche del Coliseum de A Coru?a.

Un detalle importante de la transmisi¨®n fue la buena calidad del sonido de Pablo Barreiro, t¨¦cnico de la RTVG, y la soberbia realizaci¨®n de Antonio Cid. En sus planos generales de la orquesta o los parciales de las secciones o solistas demuestra una gran atenci¨®n al detalle. Los primer¨ªsimos planos de la mano derecha y el arco de Vuolanne fueron realmente escalofriantes.

Slobodeniouk Hizo una versi¨®n llena de sentido de La grande desde la introducci¨®n del primer movimiento. El canto de las trompas tuvo esa grandeza que va m¨¢s all¨¢ del t¨ªtulo (recordemos que le viene dado por contraposici¨®n a la anterior sinfon¨ªa, tambi¨¦n en do mayor). El paso al Allegro, ma non troppo tuvo la l¨®gica de lo sencillo y bien le¨ªdo, con fidelidad a letra y esp¨ªritu en toda su extensi¨®n.

El movimiento cumbre de la sinfon¨ªa fue sin duda, el Andante con moto. Bien marcado en tempo e intenci¨®n por Slobodeniouk, la respuesta de la orquesta fue la id¨®nea. Sobresali¨® -Schubert as¨ª lo quiso-, el protagonismo del solista de oboe ¨Cesta noche, David Villa-, que elev¨® el list¨®n de su interpretaci¨®n hasta un alt¨ªsimo nivel de calidad y, sobre todo, sentimiento. El Scherzo estuvo muy bien movido y los violines le dieron un car¨¢cter danzable digno de menci¨®n. Un gran cambio de tempo en el Trio proporcion¨® una notable serenidad antes de un Finale bien adecuado a su nombre y finalidad.