Y los empresarios pisaron a ¡®Garbancito¡¯
El presidente de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica Mi?o-Sil en el Gobierno de Zapatero se enfrenta a cinco a?os tras el juicio del ¡®caso Pok¨¦mon¡¯ en el que fue acusado de cobrar mordidas por ocho contratistas
Una ma?ana de la primavera de 2012, Francisco Fern¨¢ndez Li?ares, que hasta hac¨ªa pocos meses hab¨ªa sido presidente de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica Mi?o-Sil, descolgaba el tel¨¦fono y llamaba al due?o de una empresa de desbroces. ¡°Mira una cosa, en la oficina de [la Confederaci¨®n] en Ourense hay una chica que est¨¢ medio dedicada a temas de Medio Ambiente. Me llam¨® ayer [y me pregunt¨®] si aqu¨ª, en Lugo, la empresa estaba desinfectando las herramientas cuando cortaban alisos enfermos, porque esa enfermedad se propaga. Si te llama, ya sabes que t¨², lo que haces, es tener dos motosierras. Que no limpias las herramientas, porque eso es muy engorroso y nunca hay garant¨ªa de descontaminaci¨®n. Pero que tienes dos motosierras, para utilizar en el caso de los ¨¢rboles enfermos, y cuando se trata de podar ¨¢rboles sanos, y tal, tienes otra maquinaria, ?entiendes?¡±.
El pol¨ªtico socialista acababa de ser relegado de su cargo vinculado al Ministerio de Medio Ambiente al llegar al Gobierno Mariano Rajoy. Hasta entonces hab¨ªa ocupado el puesto de mando en esta Hidrogr¨¢fica nacida, junto a la del Cant¨¢brico, al dividirse en 2008 la que hasta entonces era Confederaci¨®n del Norte. Poco despu¨¦s de la marcha de Zapatero en diciembre de 2011, el PP recoloc¨® a Li?ares como funcionario en la sucursal de la entidad en Lugo, y para entonces hac¨ªa tiempo que la juez del caso Pok¨¦mon le hab¨ªa echado la ca?a al se?or de los r¨ªos gallegos. Esta conversaci¨®n, en la que el tambi¨¦n exedil lucense aleccionaba a un empresario sobre lo que deb¨ªa decir si llamaba aquella inspectora medioambiental del organismo, fue recordada por el fiscal esta semana, durante el juicio por prevaricaci¨®n y cohecho continuado celebrado en la Audiencia Provincial.
Ha sido este el primer proceso en el que desemboca la conocida macrocausa por sobornos y blanqueo en el turbulento coto de pesca de las contratas p¨²blicas; un sumario en el que adem¨¢s Li?ares est¨¢ investigado por su etapa como concejal del PSdeG-PSOE. De momento, a espera de la sentencia, el pol¨ªtico jubilado, de 70 a?os de edad, se enfrenta a los cinco de prisi¨®n y 10 de inhabilitaci¨®n que reclama como castigo el fiscal Jos¨¦ Luis ?lvarez.
En la Audiencia de Lugo se sentaban estos d¨ªas como acusados tanto Li?ares como los nueve contratistas a los que, supuestamente, bendijo con multitud de obras en las feraces cuencas fluviales del Mi?o, el Sil y el Limia durante los a?os en que fue presidente. Eran los tiempos de la crisis del ladrillo, aquellos en los que la esperanza de los que se dedicaban al sector solo ten¨ªa forma de licitaci¨®n p¨²blica.
Ocho de los nueve empresarios confesaron en la primera sesi¨®n del juicio que hab¨ªan pagado decenas de miles de euros al pol¨ªtico a cambio de ama?ar las adjudicaciones. Antes del ¡°visto para sentencia¡±, Garbancito o Tkachenko, los motes por los que aparece citado Fern¨¢ndez Li?ares (por su corta estatura) en escuchas que orden¨® la juez Pilar de Lara, acab¨® pisoteado por aquellos con los que supuestamente se enriqueci¨®. Unos dijeron que le hab¨ªan pagado 15.000 euros, otros, 25.000. El fiscal habla de hasta 35.000 euros de mordida por hacerse con obras de saneamiento o limpieza de cauces.
Al ser contratos por menos de un mill¨®n, se resolv¨ªan por procedimiento de adjudicaci¨®n negociado invitando a presentar ofertas a tres empresas. Seg¨²n la acusaci¨®n p¨²blica, el presidente de la Hidrogr¨¢fica ya hab¨ªa pactado de antemano a cu¨¢l se le conceder¨ªa y las otras dos participaban ¡°haciendo bulto¡±. De estas operaciones que se?ala la acusaci¨®n aparecieron cuentas, presupuestos y listados manuscritos en una de las casas del expresidente de las aguas dulces. La investigaci¨®n atribuy¨® la letra a Li?ares por ser semejante a la de su agenda, pero nunca se encarg¨® una pericial caligr¨¢fica para confirmarlo.
Por estos ¡°tejemanejes¡±, se?ala la fiscal¨ªa, adem¨¢s de ¡°compensarle¡± con decenas de miles de euros y regalos, algunos empresarios lo agasajaban reforestando parcelas de su propiedad con miles de eucaliptos. ¡°Le gustaban mucho los ¨¢rboles¡±, justificaba un contratista en el juicio la plantaci¨®n de esta especie invasora. En el pinchazo sobre los alisos, afectados por el hongo Phytophthora alni, que en los ¨²ltimos a?os se ha extendido sin freno desde la cuenca del Mi?o por el norte de Espa?a y Portugal, el propio Li?ares reconoce que el tema de las motosierras separadas para los ¨¢rboles sanos y enfermos se lo est¨¢ ¡°inventando¡±. Es la explicaci¨®n que debe darle el empresario a la funcionaria cuando le pregunte.
Li?ares: Es una chica de Madrid, muy te¨®rica ?no sabes? De estas que leen libros y tal y despu¨¦s...
Empresario: Eco ... ecologista, m¨¢s bien.
Li?ares: Efectivamente, algo de eso. Exactamente.
El principal procesado, que confes¨® sus cohechos en septiembre de 2012, cuando fue apresado por los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera, niega ahora los delitos que se le imputan. Asegura que entonces declar¨® bajo ¡°presiones, coacciones y amenazas¡± en una situaci¨®n de arresto que se prolong¨® m¨¢s all¨¢ de las 72 horas. El hecho de que se superase el l¨ªmite legal ha jugado en el juicio a su favor, porque la Audiencia ha acordado anular todas las declaraciones judiciales que prest¨® en el tiempo en que estuvo detenido y luego en prisi¨®n (tres meses).
Pero queda en pie, si el tribunal no decide lo contrario en la inminente sentencia, el acta de confesi¨®n voluntaria que firm¨® en un bar mientras cenaba con el equipo de Aduanas, durante el d¨ªa de los registros domiciliarios y cuando la detenci¨®n no hab¨ªa traspasado la frontera de lo irregular. En ese papel que la fiscal¨ªa considera una prueba y el abogado de la defensa ve completamente nulo, Li?ares delataba a los empresarios y reconoc¨ªa los sobornos. ¡°Me lo invent¨¦¡±, clama ahora el acusado. Asegura que se inculp¨® porque estaba ¡°completamente enajenado¡±, que no hab¨ªa tomado ¡°la medicaci¨®n de la diabetes¡± y que adem¨¢s cre¨ªa que le iban a ¡°tirar la casa¡± con una pala.
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