La joya cient¨ªfica que tapaba el lodo

¡°A otros les da por los sellos¡±. As¨ª explica Tom¨¢s Camacho, director m¨¦dico del laboratorio Vithas Lab, desde su sede en Vigo, el motivo que le ha llevado a coleccionar microscopios. En 25 a?os ha acumulado, junto con su mujer, Estrella Pallas, m¨¦dica en el hospital vigu¨¦s ?lvaro Cunqueiro, 150. Y su m¨¢s reciente adquisici¨®n ha sido, por una carambola del destino, un Leeuwenhoek: la lupa de enorme calidad ¨Dalcanzaba hasta 200 aumentos¨D que el humilde comerciante de telas holand¨¦s Antoni Van Leeuwenhoek (1632-1723) desarroll¨® en el siglo XVII para comprobar las calidades de los tejidos, aunque acab¨® sentando con ella las bases de la microbiolog¨ªa, de la que se le considera padre cient¨ªfico. De los 500 microscopios que construy¨® se conservan apenas 10. El de Camacho, ¨²nico que se conoce en Espa?a y gemelo del que se guarda en el Museo de Boerhaave de Leiden (Holanda), va a ser declarado Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC).

La recuperaci¨®n de uno de los peque?os microscopios (mide apenas lo que un dedo me?ique) con los que Leeuwenhoek descifr¨® los secretos de la vida que guardan los organismos unicelulares ¨D¡°anim¨¢lculos¡± los llam¨®¨D ha sido posible gracias a una secuencia de azares. La pieza que permiti¨® ver por primera vez un gl¨®bulo rojo y un espermatozoide llevaba siglos bajo el lodo del canal de Delft, ciudad en la que naci¨® y muri¨® el cient¨ªfico.

En 2014, el Ayuntamiento drag¨® los canales y traslad¨® el fango a una zona destinada a parque. All¨ª fueron los curiosos con detectores de metales y alguien encontr¨® un cilindro con punz¨®n, pinzas, un par de monedas de 1665 y una pieza que crey¨® que era un comp¨¢s. Y colg¨® su hallazgo en eBay. Ah¨ª lo encontr¨® Camacho. ¡°Conoc¨ª perfectamente el microscopio porque hab¨ªa comprado una r¨¦plica en Holanda¡±, afirma.

Inicialmente, pens¨® que ser¨ªa una copia oxidada, pero comenz¨® a analizarla con detalle y detect¨® ¡°cosas diferentes¡± a la suya. Decidi¨® comprarla ¡°aunque la posibilidad de que fuera original era remota¡±.

El vendedor empez¨® pidiendo 50 euros y cuando la puja alcanzaba los 100, Camacho se desmarc¨® ofertando 1.500. ¡°Me arrepent¨ª porque no ten¨ªa la certeza, pero se lo cont¨¦ a mi mujer y me tranquiliz¨®; me dijo que me lo descontar¨ªa de los regalos de Navidades¡±, cuenta entre risas. En cuanto recibi¨® el pedido, lo analiz¨® bajo otro microscopio y comenzaron a llegar las certezas.

Se puso entonces en contacto con el mayor experto mundial en Leeuwenhoek, el investigador brit¨¢nico Brian Ford. ¡°Se lo envi¨¦ por mensajer¨ªa a Londres y vio que hab¨ªa muchas posibilidades de que fuera un original¡±. Ford llev¨® el microscopio a la Universidad de Cambridge y en junio 2015 se identific¨® como un Leeuwenhoek original. Ah¨ª cambi¨® todo para el matrimonio vigu¨¦s. Museos y organismos cient¨ªficos comenzaron a ped¨ªrselo para exponerlo. ¡°Ha estado en el Museo de la Evoluci¨®n Humana de Burgos, en el de Arte Contempor¨¢neo de Vigo, en el de Historia Natural de Santiago, en la sede de la Unesco en Par¨ªs y en la Royal Society de Londres, adem¨¢s de las exposiciones de Vermeer de Londres y Mosc¨². Tambi¨¦n ha viajado a Holanda¡±, hace recuento Camacho del periplo de la reliquia.

Cuando no lo prestan para exposiciones, permanece custodiado en la caja de seguridad de un banco. El Ministerio de Cultura, que lo valora en 509.000 euros, lo declar¨® inexportable en 2019 y envi¨® el expediente de inicio del BIC a la Xunta, que el pasado 13 de junio public¨® en el DOG la resoluci¨®n para su declaraci¨®n y para aplicar el r¨¦gimen de protecci¨®n que establece la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia para los BIC.

El Ayuntamiento de Vigo y diversas instituciones han mostrado inter¨¦s por su custodia y por la otra de las joyas del matrimonio: el libro Micrographia, de 1665, del f¨ªsico ingl¨¦s Robert Hooke, en el que se bas¨® Leeuwenhoek, editado por la Royal Society y considerado el primer best-seller cient¨ªfico de la historia. En ¨¦l aparece por primera vez escrita la palabra ¡°c¨¦lula¡± y ha suscitado el inter¨¦s de numerosos premios Nobel, entre ellos el de Qu¨ªmica del a?o 2014, Stefan Hell, uno de los creadores del nanoscopio.