Descubrimiento en la Catedral de Santiago: el Maestro Mateo se adelant¨® a los artistas del Renacimiento
El autor del P¨®rtico de la Gloria plasm¨® en las figuras de su coro el c¨®digo musical de la ¡°mano guidoniana¡±, cuyas primeras representaciones art¨ªsticas los expertos situaban en Italia y 300 a?os despu¨¦s
Desapareci¨® en 1604, pero sigue dando noticias. Noticias y notas musicales. Tal y como estas se llamaban entonces: ut, re, mi, fa, sol, la. El coro de piedra del Maestro Mateo ¡ªla obra cumbre, junto con el P¨®rtico de la Gloria, del artista en la Catedral de Santiago¡ª se situaba en la nave central cerca del altar y fue demolido porque ya no se adaptaba a los gustos y la nueva li...
Desapareci¨® en 1604, pero sigue dando noticias. Noticias y notas musicales. Tal y como estas se llamaban entonces: ut, re, mi, fa, sol, la. El coro de piedra del Maestro Mateo ¡ªla obra cumbre, junto con el P¨®rtico de la Gloria, del artista en la Catedral de Santiago¡ª se situaba en la nave central cerca del altar y fue demolido porque ya no se adaptaba a los gustos y la nueva liturgia de la Iglesia. A partir de ah¨ª, sus bellos escombros del siglo XII corrieron suertes muy distintas. Algunas esculturas fueron reutilizadas, descontextualizadas, en fachadas, fuentes o cruceiros de la comarca, mientras que las m¨¢s desafortunadas fueron tragadas por la propia catedral como material de relleno en las obras posteriores. Al a?o siguiente de su destrucci¨®n, un testigo del desmontaje, el historiador Mauro Castell¨¢, lamentaba la decisi¨®n del arzobispado: ¡°Se ha deshecho el m¨¢s lindo coro antiguo que hab¨ªa en Espa?a¡±. El museo de la bas¨ªlica gallega exhibe una hip¨®tesis de lo que fue aquel coro en una reconstrucci¨®n parcial de 1999 (17 de los 72 sitiales), y las rehabilitaciones del templo emprendidas en los ¨²ltimos a?os sacaron a la luz numerosos fragmentos que dieron nuevas pistas sobre la apariencia que pudo tener este conjunto.
Pero uno de los descubrimientos m¨¢s revolucionarios podr¨ªa ser el que acaba de sacar a la luz el historiador del arte Francisco Prado-Vilar, fruto, tal y como ¨¦l dice, de ¡°a?os de observaci¨®n¡±, comparaci¨®n y consulta con music¨®logos de varios pa¨ªses. Seg¨²n esta teor¨ªa, el enigm¨¢tico Maestro Mateo se habr¨ªa adelantado varios siglos a las primeras representaciones art¨ªsticas hasta ahora conocidas de la llamada ¡°mano guidoniana¡±, un m¨¦todo musical de aprendizaje y gu¨ªa que aparece en manuscritos medievales y que identificaba los tonos y semitonos de la escala con distintos puntos de la palma izquierda. Aunque no se conservan todas las figuras, en el coro rom¨¢nico de Santiago parecen representarse varias manos guidonianas: en los ni?os cantores y su chantre o maestro, labrados en granito y hoy dispersos. Llevan se?alando notas en silencio desde hace m¨¢s de ocho centurias.
Los resultados de la investigaci¨®n han sido publicados en la revista Rom¨¢nico Digital (Fundaci¨®n Santa Mar¨ªa la Real) en el art¨ªculo ?ngeles en Compostela: la melod¨ªa figurada de los ni?os del coro del maestro Mateo. Prado-Vilar estuvo implicado en los estudios para la restauraci¨®n del P¨®rtico, incluso en la identificaci¨®n de las canteras que surt¨ªan al taller del Maestro Mateo, y en la actualidad es investigador distinguido de la Universidade de Santiago en el Grupo S¨ªncrisis y en el CISPAC (Centro de Investigaci¨®n Interuniversitario das Paisaxes Atl¨¢nticas Culturais). Hace dos a?os hall¨® documentos desconocidos que desvelaban las presiones de Franco para hacerse con dos esculturas del n¨¢rtex rom¨¢nico del P¨®rtico, hoy todav¨ªa guardadas en la capilla de las Torres de Meir¨¢s.
El nuevo descubrimiento publicado por el historiador vendr¨ªa a confirmar la obsesi¨®n del artista que dirigi¨® las obras m¨¢s grandiosas de la catedral en el siglo XII por representar fielmente la m¨²sica. O dicho de otra forma: hacer que la piedra sonase. Lo logr¨® con los ancianos del Apocalipsis del P¨®rtico, que ta?en instrumentos de piedra (organistrum, salterios, f¨ªdulas, arpas, la¨²des) tan realistas que sirvieron de modelo a los luthieres para su reconstrucci¨®n en madera en los a?os noventa. Y tambi¨¦n lo consigui¨®, defiende Prado-Vilar, con los mucho m¨¢s desconocidos ni?os cantores que decoraban el coro p¨¦treo donde se sentaban los can¨®nigos.
Algunos de estos infantes han llegado amputados al siglo XXI, pero en otros es posible adivinar la nota musical que expresan con los gestos de su mano izquierda. Mientras tanto, con la derecha ¡°sostienen cartelas con los t¨ªtulos¡± de las composiciones lit¨²rgicas que van a entonar. El c¨®digo en el que hab¨ªan sido iniciados por su maestro era un m¨¦todo en uso desde el siglo XI, utilizado y potenciado por el te¨®rico musical Guido d¡¯Arezzo para la ense?anza de su hexacordo. De ah¨ª el nombre de ¡°guidoniana¡±.
Hoy los cantores est¨¢n desperdigados, o destruidos, seis de ellos fueron incrustados en la fachada de Plater¨ªas de la propia catedral y los dem¨¢s, integrados en la reconstrucci¨®n que existe del coro (realizada por los historiadores del arte Ram¨®n Otero T¨²?ez y Ram¨®n Yzquierdo Perr¨ªn). ¡°Pero fotograf¨ªas anteriores nos permiten verlos todav¨ªa libres en una variedad de combinaciones que son especialmente sugerentes para reconstruir el significado de su programa iconogr¨¢fico y empezar a calibrar su importancia para la historia del arte y la musicolog¨ªa¡±, escribe en su art¨ªculo Prado-Vilar. En todas estas instant¨¢neas, ¡°desde la m¨¢s antigua, tomada en 1932¡å, los ni?os aparecen ¡°acompa?ados de una misteriosa figura que se?ala enf¨¢ticamente con el dedo ¨ªndice de su mano derecha la palma de su mano izquierda, convertida, por su tama?o y centralidad, en el foco de atenci¨®n¡±.
¡°A trav¨¦s de los j¨®venes del coro nos adentramos en el presente eterno de la liturgia de la catedral y en la experiencia de lo que significaba para un puer compostelano educarse en la schola cantorum y llegar a formar parte de ese grupo de elegidos que inundaban con sus voces la bas¨ªlica jacobea¡±, recrea la atm¨®sfera del momento el estudioso de Mateo. Era una ¨¦poca de ¡°esplendor intelectual, art¨ªstico y musical¡± en Santiago. ¡°Unas disposiciones del cabildo en 1170 [la fecha que figura en el dintel del P¨®rtico es 1188] relativas a las funciones del magister scholarum¡± demuestran ¡°la importancia que hab¨ªa adquirido la escuela episcopal¡± para los menores de la di¨®cesis. Indicaban, por ejemplo, ¡°que un maestro de gram¨¢tica deb¨ªa instruirles y estar presente en el coro para velar por la correcta pronunciaci¨®n de los textos¡± en lat¨ªn, detalla Prado-Vilar.
Las composiciones del ¡®C¨®dice Calixtino¡¯
De esta riqueza musical sobrevivieron algunos documentos ¡°como las piezas polif¨®nicas del C¨®dice Calixtino, contempor¨¢neas al dise?o del coro mateano¡±, con anotaciones que revelan la participaci¨®n de los ni?os. La notaci¨®n musical que contienen estos manuscritos ¡°solo registra el esqueleto sonoro de las piezas¡±, explica el historiador. ¡°Su exuberancia mel¨®dica, en la que las voces de los j¨®venes cantores jugar¨ªa un papel fundamental, se constru¨ªa siguiendo otra partitura de car¨¢cter ef¨ªmero, trasmitida por lenguaje gestual¡± por el chantre. El experto defiende que este personaje aparece representado en el coro como el rey David, compositor de salmos.
¡°El sistema de codificaci¨®n gestual de m¨²sica m¨¢s difundido en catedrales y monasterios en aquel momento era la mano guidoniana¡±, recalca el autor del art¨ªculo. Se vinculaban las seis notas del hexacordo a partes de la mano para ayudar a los alumnos a ¡°aprender solmisaci¨®n y recordar las composiciones¡±. Adem¨¢s de esta funci¨®n pedag¨®gica, tambi¨¦n serv¨ªa como forma de comunicarse durante la interpretaci¨®n, ¡°para dirigirla, para improvisar¡± y para orientar a los chicos ¡°que se perd¨ªan¡± en el c¨¢ntico. ¡°Los cantores est¨¢n representados en el momento del desarrollo de una performance, conversando mientras afinan el instrumento de su voz para interpretar una composici¨®n cuya partitura musical est¨¢ codificada en sus gestos¡±, describe el investigador.
Las notas musicales, con ¡°ut¡± en lugar de do, recibieron sus nombres por las primeras s¨ªlabas de los versos del himno a San Juan Bautista de Pablo el Di¨¢cono. En el coro del Maestro Mateo, ¡°a David se une un coro de cantores p¨¦treos en actitud de marcarlas con la mano izquierda¡±, explica el especialista, y ¡°aunque hemos perdido muchas notas de este concierto coral ¡ªcomo demuestran los fragmentos de varias figuras de las que solo se conservan sus manos rotas¡ª nada hay comparable en la historia del arte hasta el Renacimiento¡±. En el siglo XV, aparecen en Italia ¡°ejemplos puntuales¡±, como ¡°los relieves de Luca della Robbia para la cantor¨ªa del Duomo¡±, o, ¡°un poco m¨¢s cerca de la sofisticaci¨®n escenogr¨¢fica del coro mateano, los frescos de Benozzo Gozzoli en la Capilla de los Reyes Magos del Palacio Medici Riccardi¡±. Prado-Vilar viaj¨® el pasado verano a Florencia para estudiarlos de cerca. Al igual que estos ejemplos, los ni?os del taller del Maestro Mateo estaban policromados, como el propio P¨®rtico, en el que se utilizaron costosos pigmentos de oro, lapisl¨¢zuli, cardenillo, albayalde o bermell¨®n.