Despedidos los dos inmigrantes que ayudaron a Samuel Luiz, muerto tras una paliza: ¡°La empresa nos us¨® para darse publicidad¡±

Ibrahima Diack y Magatte Ndiaye fueron las dos ¨²nicas personas de las muchas que transitaban por el paseo mar¨ªtimo de A Coru?a que intentaron salvar a Samuel Luiz de la paliza mortal que una turba le propin¨® al joven a la salida de un pub el 3 de julio de 2021. Ambos eran inmigrantes sin papeles y se jugaban ser expulsados de Espa?a por verse envueltos en aquella salvaje agresi¨®n. Pusieron incluso en riesgo su vida, destac¨® la polic¨ªa, y su valent¨ªa fue premiada con sendos permisos de residencia y trabajo y la propuesta para ser distinguidos como hijos adoptivos de la ciudad. El propietario de la empresa Puertas Betanzos se puso en contacto con la prensa pocos d¨ªas despu¨¦s para anunciar que les ofrec¨ªa un empleo en su f¨¢brica de Oza-Cesuras (A Coru?a) por su ¡°heroicidad¡±. Pasado a?o y medio, Ibrahima y Magatte han sido despedidos y denuncian que fueron ¡°explotados¡±. La compa?¨ªa alega ¡°causas econ¨®micas y organizativas¡± y niega los abusos que ellos relatan.

El sindicato CIG, que defiende a Ibrahima y Magatte, sostiene que bajo aquel ¡°gesto de bondad¡± de la empresa ¡°se escond¨ªa un contrato abusivo, con jornadas intempestivas de hasta 10 y 11 horas diarias por el sueldo m¨¢s bajo del convenio¡±. Ibrahima, en declaraciones a este peri¨®dico, confirma que ¨¦l y su compatriota realizaban jornadas m¨¢s largas que el resto de trabajadores, que sus compa?eros les dec¨ªan que lo suyo ¡°no era normal¡±. Las continuas horas extra se las pagaban ¡°unas veces s¨ª y otras no¡±. ¡°Nos sentimos muy enga?ados. La empresa nos utiliz¨® para darse publicidad, para quedar bien y ganar clientes¡±, concluye.

El hombre que se interpuso entre los agresores de Samuel Luiz para defenderlo cuenta tambi¨¦n que no fueron avisados del despido con la antelaci¨®n que marca la ley. Seg¨²n su relato, la empresa les conmin¨® a firmar la rescisi¨®n del contrato el ¨²ltimo d¨ªa antes de coger vacaciones por Navidad, cuando estaban a punto de subirse a un avi¨®n para ir a ver a su familia a Senegal. La CIG a?ade que se les intent¨® convencer de que no disfrutaran las vacaciones pendientes y que se les despidi¨® en ¡°represalia¡± por no aceptar. Puertas Betanzos lo niega. En un comunicado, la f¨¢brica sostiene que el despido se les comunic¨® a los dos operarios en noviembre y que el motivo es ¡°¨²nica y exclusivamente por causas organizativas, productivas y econ¨®micas¡±. Fuentes de la f¨¢brica han esgrimido que en los puestos de Ibrahima y Magatte necesitan trabajadores ¡°m¨¢s polivalentes¡±. La CIG tambi¨¦n denuncia que no se les abon¨® siquiera la indemnizaci¨®n y la liquidaci¨®n salarial. Puertas Betanzos replica que ¡°recibieron la m¨¢xima indemnizaci¨®n establecida por ley¡±.

El asunto acabar¨¢ en los tribunales. Ibrahima confirma que ¨¦l y su compatriota demandar¨¢n a la f¨¢brica y Puertas Betanzos, por su parte, anuncia que emprender¨¢ acciones legales contra el sindicato CIG ¡°por intromisi¨®n ileg¨ªtima en la reputaci¨®n de Puertas Betanzos¡±, al haber divulgado, aduce, ¡°infundadas y tendenciosas afirmaciones¡± en su comunicado. Fuentes de la f¨¢brica defienden que contratar a Ibrahima y Magatte fue ¡°una buena acci¨®n¡±, una ¡°decisi¨®n tomada con el coraz¨®n¡±. Estaban ¡°muy contentos con ellos¡±, apuntan, y admiten que ¡°recientemente se les hab¨ªa ascendido de categor¨ªa laboral con la correspondiente actualizaci¨®n del salario¡±. Sin embargo, alegan que ahora ¡°han subido los gastos¡± y necesitan ¡°trabajadores m¨¢s polivalentes¡±. La CIG sostiene que los dos operarios senegaleses fueron sustituidos inmediatamente despu¨¦s de ser despedidos, mientras que la empresa lo niega y responde que no tiene previsto ¡°contratar a nadie para su reemplazo¡±.

Ibrahima y Magatte se confiesan decepcionados. Cuentan que tras hacerse p¨²blico su comportamiento durante el linchamiento mortal que sufri¨® Samuel Luiz ten¨ªan varias ofertas de trabajo ¡°encima de la mesa¡±. Se decantaron por la de Puertas Betanzos porque su propietario les pareci¨® un empresario en el que ¡°confiar¡±. ¡°Nos pareci¨® una persona estupenda, por c¨®mo hablaba. Pero ahora nos sentimos muy enga?ados, aunque sabemos que no todos son como ¨¦l¡±, se?ala Ibrahima.