Los vecinos de Monterroso homenajean a sus 126 inmigrantes reci¨¦n llegados contra la opini¨®n del alcalde del PP, que lo llama ¡°lavado de cara¡±
El regidor de este pueblo de Lugo critica las donaciones y muestras de apoyo de sus habitantes a los reci¨¦n llegados y pone en duda su integraci¨®n ¡°real¡±: ¡°Son actos decorativos¡±
A Monterroso, un pueblo lucense que supera los 3.500 habitantes, llegaron el 29 de agosto 126 personas inmigrantes. Desde entonces, son muchos los vecinos que no han parado de organizar actividades para integrarlos, mientras el alcalde del PP, Eloy P¨¦rez, duda de que estas iniciativas consigan una inclusi¨®n real. El regidor insiste en que no se opone a la acogida aunque lamenta la gesti¨®n realizada por la Delegaci¨®n del Gobierno en Galicia y el elevado n¨²mero de nuevos residentes.
El presidente de la Sociedad Deportiva Monterroso, Balbino Mart¨ªnez, coordina la recolecta de ropa donada para entreg¨¢rsela a los reci¨¦n llegados, que todas las tardes acuden al campo de f¨²tbol para disfrutar de las instalaciones, despu¨¦s de que el equipo local les dedicase el primer partido de liga con un discurso de bienvenida y un pasillo en se?al de homenaje y respeto. Algunos ya entrenan con el primer equipo y todos le llaman ¡°presi¡±. Tienen la entrada gratuita para disfrutar de las competiciones. Mart¨ªnez considera que los nuevos residentes ¡°son un lujo para el pueblo¡± y cree que revitalizar¨¢n el rural, ¡°ahora en declive¡±. Confiesa que ya conoce empresas industriales, ganaderas y agr¨ªcolas interesadas en contratarlos. ¡°Traen una mochila muy cargada y hay que hacerles la estancia lo m¨¢s llevadera posible¡±, asegura.
Tatiana De Azevedo, profesora de 40 a?os, particip¨® en la organizaci¨®n de un peque?o festival de m¨²sica tradicional gallega como presidenta de la asociaci¨®n Falcatrueiros. El objetivo era que los nuevos residentes pudiesen conocer mejor la cultura. ¡°Les dimos la bienvenida con canciones y bailes, algunos se animaron a tocar el bombo, el tambor y la pandereta. Fue muy emocionante¡±, cuenta. Ahora son ellos los que planear¨¢n otra actividad para mostrarles sus tradiciones. ¡°Somos un pueblo acogedor¡±, defiende tras insistir en que el comportamiento de estas personas es ejemplar.
Pero el alcalde cree que ¡°el primer paso de la integraci¨®n es tener formaci¨®n y trabajo, no jugar un partido de f¨²tbol o asistir a un concierto¡±. Asegura que estas personas necesitan un empleo con un salario digno y ve muy dif¨ªcil que todas puedan tener una ocupaci¨®n laboral en la localidad. ¡°De momento, no hay una inclusi¨®n real, son actos decorativos realizados en d¨ªas concretos¡±, asegura tras comentar que estas iniciativas le parecen ¡°un lavado de cara¡±. Le preocupa que no haya una soluci¨®n a largo plazo: ¡°Vamos a ver c¨®mo se integra esta gente, si es que lo consigue¡±.
Luisa Coto, abogada de 51 a?os en Monterroso, cree que en el Ayuntamiento dieron un discurso medi¨¢tico inicial inapropiado sobre este tema: ¡°No fue un mensaje constructivo, era un poco alarmante¡±. Acudi¨® hace un par de semanas a una reuni¨®n vecinal convocada por la asociaci¨®n local Agrocuir, organizadora de uno de los principales festivales LGTBI de Espa?a, en la que participaron alrededor de 70 personas. El objetivo era disuadir los rumores falsos y los comentarios racistas que, seg¨²n aseguran desde la entidad, ¡°confunden e infunden miedo sin raz¨®n alguna¡±.
Durante el encuentro hubo asistentes que solicitaron que los nuevos vecinos pudiesen llegar m¨¢s tarde del horario establecido al hotel durante el fin de semana de las fiestas de la localidad para poder disfrutar todos juntos de la verbena. Otros se ofrecieron a organizar excursiones para ense?arles los principales atractivos tur¨ªsticos de Galicia. Algunos docentes jubilados tambi¨¦n se mostraron dispuestos a darles clases gratuitas, en caso de que requieran un refuerzo.
Al mismo tiempo, Coto conf¨ªa en que la alcald¨ªa recule en sus actuaciones al darse cuenta de que la situaci¨®n no es inquietante. Asegura que la gran mayor¨ªa de los vecinos, no la totalidad, est¨¢n satisfechos con esta llegada que ¡°supone un soplo de aire fresco para la comarca¡±.
Mec¨¢nicos, agricultores y psic¨®logos
Monterroso es un villa donde la huella de un pasado emigrante todav¨ªa est¨¢ muy presente. Los padres de Coto se mudaron a Inglaterra para buscar un futuro mejor. Ella asegura que entre los nuevos residentes hay mec¨¢nicos, agricultores, ganaderos, psic¨®logos y hasta un c¨¢mara de televisi¨®n: ¡°El rural es diversidad y se est¨¢ demostrando. Si conseguimos que se sientan acogidos, subir¨¢ el ¨ªndice de poblaci¨®n y eso es enriquecedor para todos¡±.
Los reci¨¦n llegados, de entre 18 y 37 a?os, est¨¢n alojados en el hotel R¨ªo Ulla y proceden de Mal¨ª, Senegal, Mauritania, Marruecos, Nigeria, Somalia y Sud¨¢n. Se rodean de un equipo de profesionales dedicados a asistirles entre los que se encuentran un par de profesores de espa?ol, tres conserjes, seis t¨¦cnicos de acogida y dos trabajadores sociales. Reciben clases de lengua castellana todas las ma?anas y tienen derecho a contar con asistencia jur¨ªdica y psicol¨®gica.
El regidor denuncia falta de comunicaci¨®n oficial sobre la nueva situaci¨®n que vive la localidad: ¡°En la Delegaci¨®n del Gobierno me dijeron que, en principio, no iban a venir al pueblo cuando en verano les pregunt¨¦ un par de veces sobre esto porque hab¨ªa rumores. D¨ªas antes de su llegada me confirmaron que s¨ª lo har¨ªan, pero tuve que enterarme primero por la ONG encargada de la gesti¨®n de estas personas¡±. Recibi¨® la informaci¨®n por parte de la entidad sin ¨¢nimo de lucro el 16 de agosto tras no poder reunirse antes por razones de agenda.
En la Delegaci¨®n del Gobierno en Galicia aseguran que existe una comunicaci¨®n permanente y fluida con la Xunta para informarles de los c¨¢lculos con los que se trabaja en cada momento. ¡°Cuando se acerca la fecha de llegada, y con la confirmaci¨®n, se comunica a los ayuntamientos el traslado. Como ha ocurrido en esta y otras emergencias humanitarias la planificaci¨®n puede variar porque se trabaja con previsiones que se adaptan a las circunstancias de cada momento¡±, explican. El Ministerio de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones solo traslada a personas identificadas por la Polic¨ªa Nacional como adultos. El Gobierno asume el coste ¨ªntegro de su alojamiento, manutenci¨®n y atenci¨®n social.
Pero, en l¨ªnea con el discurso de su partido, el alcalde considera que en esta gesti¨®n hay improvisaci¨®n con ausencia de cortes¨ªa institucional: ¡°Est¨¢n repartiendo el problema de Canarias por todo el pa¨ªs de forma desordenada¡±. Lamenta la ¡°imposici¨®n de una nueva realidad¡± sin disponer de ¡°un estudio sobre la integraci¨®n de estas personas ni del impacto que tendr¨¢ su llegada en los servicios sociales, sanitarios y en la ciudadan¨ªa¡±.
¡°No act¨²a con empat¨ªa¡±
Laura Montes, educadora social de 26 a?os y vecina de Monterroso, se muestra poco satisfecha con el Gobierno local porque ¡°no act¨²a con empat¨ªa al estar aparentemente desaparecido en este asunto¡±. Entiende que pueda haber disidencias pol¨ªticas en la gesti¨®n realizada, pero considera que no son una excusa para actuar porque estas personas ya llevan m¨¢s de un mes en la localidad: ¡°Mantienen el silencio, no participan en las actividades solidarias ni en los comunicados de apoyo. Los nuevos vecinos no saben qui¨¦nes son sus representantes y ellos quieren quedarse a vivir en el pueblo¡±.
Montes no considera necesario realizar un estudio de integraci¨®n porque asegura que este tampoco se lleva a cabo con los veraneantes en el per¨ªodo estival o con los peregrinos del Camino de Santiago. Ella acudi¨® al centro donde est¨¢n instalados para entregarles informaci¨®n sobre los recorridos del transporte p¨²blico. ¡°Si en el hotel en vez de alojarse personas solicitantes de asilo se quedasen dos selecciones europeas para jugar un partido de f¨²tbol, no habr¨ªa esta pol¨¦mica¡±, explica. Los malienses en el archipi¨¦lago canario son m¨¢s de 1.000 entre los 5.400 acogidos. El 96% obtienen protecci¨®n, son refugiados de guerra.
¡°No me opongo a su acogida, pero son muchas personas en relaci¨®n con la poblaci¨®n, representan el 10% del n¨²cleo urbano, es un n¨²mero desproporcionado para poderlos acoplar a la vida social y econ¨®mica. Son humanos, no objetos, y merecen una calidad de vida digna¡±, explica el alcalde, que no entiende por qu¨¦ a Monforte de Lemos, municipio lucense de 18.000 habitantes, han llegado menos personas.
Jes¨²s P¨¦rez, criado en Monterroso, donde ahora pasa largas estancias con su familia, acudi¨® a hablar con la ONG encargada de la gesti¨®n para ofrecerle su ayuda ¡°tras escuchar las desafortunadas declaraciones del alcalde en televisi¨®n, que no representan el sentir com¨²n del pueblo¡±. Descarta que haya alarma social, como refiri¨® el regidor. Algo con lo que concuerda De Azevedo.
¡°En verano la poblaci¨®n se triplica y no pasa nada, en una situaci¨®n de emergencia no se debe suscitar la duda sobre un posible colapso de los servicios¡±, defiende este hombre de 59 a?os tras pedir que no se politice el asunto y se priorice la ayuda humanitaria. El alcalde asegura que todav¨ªa hay vecinos que le llaman preocupados por la situaci¨®n. ¡°Estas personas acuden a los locales con la intenci¨®n de tener conexi¨®n a Internet, pero no disponen de recursos para consumir y ocupan los sitios de otros posibles clientes¡±, explica. Teme que la situaci¨®n acabe generando fricciones.
La propietaria del bar Saavedra, Maripaz, de 59 a?os, cuenta emocionada que para ella los nuevos vecinos ya son como de su familia. Por ello, les invita habitualmente a tomar caf¨¦: ¡°Tengo hijos y no me hago a la idea de que se vean en esta situaci¨®n¡±. No es la ¨²nica que desde su negocio tiene un gesto solidario. Por la peluquer¨ªa de Ana Carballo, de 32 a?os, ya han pasado 12 nuevos vecinos a cortarse el pelo gratuitamente. ¡°As¨ª les evito ese gasto. La gesti¨®n municipal no representa al pueblo en este asunto¡±, explica. Piensa que el alcalde debi¨® recibirlos cuando llegaron.
La que s¨ª acudi¨® a la recepci¨®n de bienvenida fue Mar¨ªa Garrido, de 31 a?os. ¡°Todav¨ªa hay mucho margen para hacer las cosas bien, entiendo que para la alcald¨ªa esto tambi¨¦n es un reto complicado¡±, aclara. El regidor asegura que se reunir¨¢ con la ONG para ver qu¨¦ puede hacer, valorar¨¢ ¡°las necesidades reales de este colectivo¡± y tomar¨¢ ¡°decisiones en beneficio de los vecinos¡±.
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