La esponja vegetal que aspira a limpiar el mundo de micropl¨¢sticos crece en Galicia
Un ingeniero forestal decidi¨® apostarlo todo hace 15 a?os al cultivo de luffa, una cucurbit¨¢cea que descubri¨® en Paraguay. Hoy es el mayor exportador de este material cosm¨¦tico en Europa
![Secadero de esponjas Iberluffa en Caldas de Reis (Pontevedra).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GARV7437JFBSZHKNUVQUTIKI34.jpg?auth=cb762afd9f504d01c6bb0a9eeb8e83774ed2c5e12a036fbd7a77b3e58bfc7ac8&width=414)
Hace unos a?os alguien rob¨® varios frutos de una de las plantaciones ecol¨®gicas de Ib¨¦rica de Esponjas Vegetales, en Caldas de Reis (Pontevedra). Lo hizo con la idea de aprovechar las semillas, unas pipas similares a las de la calabaza porque la luffa, o esponja vegetal, es una cucurbit¨¢cea. El prop¨®sito de este ladr¨®n de ADN era copiar el negocio de producci¨®n de estropajos y esponjas naturales algo m¨¢s al sur, en otro de esos microclimas benignos, de vegetaci¨®n feraz, que existen en el suroeste gallego. Pero algo fall¨®. Llegada la temporada de la cosecha, que empieza en agosto y acaba en diciembre, las plantas anuales no hab¨ªan dado absolutamente nada. Juan Carlos Mascato, fundador y director t¨¦cnico de la empresa de Caldas, explica ¡ªsin querer enredar con tecnicismos¡ª que las suyas son semillas H3, un h¨ªbrido resultante de mejoras gen¨¦ticas en las que la firma gallega lleva trabajando desde incluso antes de su estreno, hace 15 a?os. Cualquier intento de obtener plantas directamente de las semillas de los frutos es est¨¦ril. La simiente que s¨ª vale hay que producirla todos los a?os en la sede de Caldas. Y desde aqu¨ª se distribuye a las otras plantaciones de la empresa en Egipto y en Portugal, posiblemente a medio plazo tambi¨¦n en Estados Unidos, un mercado que planean conquistar. Quien quiera plantar la luffa seleccionada por la marca gallega, capaz de prosperar en estas latitudes (y de la que se obtienen las esponjas m¨¢s grandes, las m¨¢s mullidas y tambi¨¦n las menos ¨¢speras del planeta) tiene que utilizar sus mismas ¡°t¨¦cnicas de cultivo y procesado respetuoso¡± con el medio.
¡°Somos un poco enfermizos en eso¡±, advierte Mascato. Y acto seguido se levanta de la silla y se va a buscar un rollo de la cinta de embalar que utilizan para empaquetar los pedidos. No es de pl¨¢stico, sino de papel reciclado. Y el adhesivo, que se activa al mojarlo con agua, es f¨¦cula de patata. Las cajas de cart¨®n llevan impreso este lema en verde: ¡°Un mundo sin pl¨¢stico¡±. Junto a la luffa, en la fabricaci¨®n de todas sus versiones de esponjas y estropajos la mayor empresa del sector en Europa no emplea m¨¢s materiales que el esparto, el algod¨®n y el lino. En Nueva Zelanda le dieron un premio por sorpresa, e Ib¨¦rica de Esponjas acab¨® saliendo en las noticias por el env¨ªo de un pal¨¦ en el que todos los elementos del empaquetado eran naturales y reciclables. ¡°La mejor empresa del mundo en no contaminar nuestro pa¨ªs¡±, les reconocieron. ¡°No nos basta con lo biodegradable, todo el material que producimos, todos los recortes que se desechan al troquelar las esponjas, son compostables, vuelven a la tierra¡±, comenta el ingeniero agroforestal, de 48 a?os.
![Plantaci¨®n de luffa en Caldas de Reis.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5VANJMNH7ZHSPKPLUNIKKFRMFE.jpg?auth=2ef81e0d3b4281667f165f3fb491fbd6f09e7f8353da2847ea510584f83c2be2&width=414)
Hijo de una alemana y un gallego afincados en Hamburgo, Mascato estudi¨® Ciencias Forestales, una carrera que en Alemania dura seis a?os y en la que se abarca el ciclo natural completo, desde la gen¨¦tica de las plantas hasta los procesos de descomposici¨®n y transformaci¨®n en nutrientes de los restos vegetales a cargo de los microorganismos de la tierra. En su pa¨ªs materno, empez¨® a trabajar en una empresa con cultivos de pino para¨ªso en Paraguay. ¡°Y me mandaron a m¨ª, porque hablaba espa?ol¡±, recuerda. Fue as¨ª c¨®mo a finales de los 90 conoci¨® la luffa: en el pa¨ªs americano era un cultivo ancestral, pero se hab¨ªa abandonado cuando, ¡°desde los a?os 40, se produjo el bum de la esponja pl¨¢stica¡±.
![Pal¨¦ ecol¨®gico de Iberluffa.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4MZGOCTWIJD2BNQEL7UUJMQQPQ.jpg?auth=b1efa11b11acc3158610e742fff66a8c8826c0aef5d7238ac5836d8ef96596de&width=414)
Su familia pose¨ªa terrenos en Caldas, ¡°el ¨²ltimo clima¡±, apunta, bendecido por la influencia del sur y de la costa: ¡°Somos tropicales a nivel bot¨¢nico¡±, asegura Mascato. Aqu¨ª, en la finca de A Touza, ya crec¨ªan los camelios, los rododendros, los limoneros, los magnolios plantados por su t¨ªo, y se conservaba el imponente emparrado de piedra de un vi?edo abandonado. A ello sumaron, por casualidad, el agua termal que hace famosa a esta localidad con balnearios. El proceso por el que la luffa se despoja de su piel y su entramado interior queda limpio para usarse como esponja pasa por una fase de fermentaci¨®n sumergida en agua. Surgen de manera natural unas microbacterias que realizan la tarea, pero comprobaron que el agua que en Caldas mana del subsuelo a 43 grados aceleraba esta evoluci¨®n. Actualmente, Ib¨¦rica de Esponjas Naturales est¨¢ construyendo una nueva nave en Galicia para centralizar all¨ª la transformaci¨®n de sus cosechas.
En Alemania ser¨ªa impensable cultivar luffa, pero es all¨ª donde, desde el pr¨®ximo marzo, otros miembros de la familia llevar¨¢n a cabo su nuevo proyecto de venta online y distribuci¨®n desde un almac¨¦n. Los productos de Ib¨¦rica de Esponjas cuestan ¡°entre tres y cinco euros¡± y, seg¨²n el empresario, ¡°duran 10 veces m¨¢s¡± que sus rivales de pl¨¢stico. En sus cultivos, el ¨²nico nutriente que se utiliza es el tr¨¦bol, que aporta nitr¨®geno a la tierra, y los fungicidas no se emplean jam¨¢s, ¡°ni siquiera los ecol¨®gicos¡±, recalca el director. Y por si las muestras de su conciencia verde no son suficientes, Mascato aporta un dato m¨¢s: ¡°Nuestra factura mensual de luz son 50 euros. Hay que ser coherentes en todo... la energ¨ªa contamina, tuvimos que invertir para transformar todas nuestras m¨¢quinas, pero ahora es todo digital, y conseguimos poner en el mercado un producto sin impacto en el medio ambiente¡±.
![Juan Carlos Mascato acciona la prensa del siglo XIX con la que compactan la fibra de las esponjas vegetales.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/IQER5DYKRJCZNHPEUZZVR4ON34.jpg?auth=70b160f87de6d2c9d095a79230eb610f0636f72907239f5b0b26d7a3027000f2&width=414)
El comentario no sorprende demasiado hasta que Mascato lleva a la sala de las m¨¢quinas de troquelado. Tambi¨¦n estas son recicladas. Y junto a ellas, llama sobre todo la atenci¨®n un precioso artilugio de hierro de 1810. La prensa con la que compactan la fibra de las luffas es, en realidad, una vieja secadora de ropa, con dos rodillos de madera y manivela, fabricada en Estocolmo. ¡°Nosotros somos la prueba de que se puede producir a gran escala sin contaminar¡±, concluye, ¡°solo hay que tener convicci¨®n y ponerse a ello¡±.
Ib¨¦rica de Esponjas Vegetales se fund¨® cuando casi ¡°nadie hablaba del peligro de los micropl¨¢sticos¡± y ahora tiene patentes en Estados Unidos, Canad¨¢, China y Europa. La otra alternativa natural, la esponja marina, es un animal, un por¨ªfero, y adem¨¢s es necesario para la salud de los oc¨¦anos: realiza una funci¨®n filtrante del agua. ¡°En 2010, al salir al mercado, y en los a?os siguientes, nos arruinamos¡±, reconoce el empresario, ¡°pero en 2015 se empez¨® a debatir en serio sobre los micropl¨¢sticos, y nos vino muy bien¡±, sigue.
![Vivero de plantas de luffa en Caldas de Reis.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JFQHOGUOJRDKRJSGVWTPKCIHDA.jpg?auth=cc9de06e517ab06679c5a9bcc2387607fc176757e2d581942bbbeadd262b80d5&width=414)
De todas formas, Espa?a no es, ni de lejos, su mejor mercado. Fabrican 200.000 unidades al a?o y exportan el 90%. ¡°Corea, Taiw¨¢n, Nueva Zelanda, Suecia, Finlandia, Noruega, Oriente Pr¨®ximo... Nos conocen m¨¢s fuera que aqu¨ª¡±, enumera Juan Carlos Mascato, ¡°y tambi¨¦n hacemos marca blanca para grandes cadenas de tiendas y alguna hotelera¡±. Varias productoras de Estados Unidos ¡°vinieron a hacernos reportajes¡±, recuerda, e incluso ¡°estuvieron aqu¨ª rodando un cap¨ªtulo¡± en el que Bob Esponja no era una criatura marina, sino un cuadrado de luffa troquelado en Caldas.
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