Una boxeadora en clase para animar a las alumnas de Vallecas a hacer deporte

Su cuerpo menudo est¨¢ sometido a una gran presi¨®n. Los estudios, dos entrenamientos diarios, una dieta m¨¢s que severa y el temido duelo con la b¨¢scula por mantener su categor¨ªa de peso. Sorprende que Mar¨ªa Gonz¨¢lez, de 21 a?os, no estalle en mil pedazos. A cada rato esta boxeadora del equipo espa?ol invoca los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio, su desaf¨ªo m¨¢s pr¨®ximo, y carece de tiempo hasta para desfallecer.

En mitad de la intensa preparatoria que culminar¨¢ en julio, Gonz¨¢lez se desembaraza de obligaciones y llega a la palestra de un instituto en el sur. Ser¨¢ un careo imprevisible con una veintena de adolescentes que cursan cuarto de secundaria. La visita se enmarca en el programa Poderosas, una iniciativa del Ayuntamiento cuya finalidad es fomentar el deporte femenino mediante conferencias impartidas por profesionales. Los encuentros suceder¨¢n hasta mayo en centros escolares de Barajas, Puente de Vallecas, Tetu¨¢n y Villaverde. Con ellos se prev¨¦ llegar a m¨¢s de 5.000 menores.

Cuando la tutora le da paso, Gonz¨¢lez ensalza las bondades de la actividad f¨ªsica: ¡°El boxeo me lo ha dado todo. Antes era alguien irascible y muy nerviosa. Me ha ayudado a estar relajada y perseverar en mis metas¡±. Despu¨¦s interpela a los alumnos con cierta picard¨ªa: ¡°?Cu¨¢ntos practic¨¢is alg¨²n deporte de manera habitual?¡±. Ninguna chica alza la mano. Seg¨²n datos del Consistorio, la participaci¨®n femenina en los juegos municipales no alcanza ni el 20%. La presencia de la p¨²gil torrejonera en el instituto busca equilibrar unas cifras que empujan a las deportistas al fondo de los gr¨¢ficos.

Con ese prop¨®sito tambi¨¦n pisar¨¢n las aulas madrile?as jugadoras de baloncesto y f¨²tbol, b¨¢dminton, tenis o balonmano, yudocas y nadadoras. La disciplina, quiz¨¢, sea lo de menos. Importa m¨¢s dar a conocer referentes: ¡°Yo estaba gordita, quer¨ªa bajar unos kilos, y me recomendaron boxear. As¨ª es como conoc¨ª este deporte. Es bueno probar hasta que deis con el que m¨¢s os motive a cada uno¡±, anota Gonz¨¢lez. La luchadora de peso mosca tambi¨¦n admite ante los chavales que en estos seis a?os se ha cruzado con varios sinsabores: ¡°Al principio mi familia no me apoy¨® en la decisi¨®n, ten¨ªan miedo de que me rompiera la nariz. Pero yo soy muy tozuda¡±.

Luego le alcanz¨® una lesi¨®n, el v¨ªa crucis de los deportistas: ¡°Me romp¨ª el ligamento cruzado de la rodilla¡±. La clase resopla. Conocen las complicaciones que ello entra?a por los futbolistas de los grandes clubes. ¡°Estuve meses parada, hasta que la Federaci¨®n Espa?ola me llam¨® para representarles en el Campeonato Europeo. Volv¨ª a ponerme en forma a contrarreloj. El deporte te ense?a a superarte a ti mismo. Da igual que sea en el ¨¢mbito amateur o profesional¡±, agrega. Representar a todo un pa¨ªs fue otra motivaci¨®n. Desde entonces en su palmar¨¦s se amontonan las medallas.

¡°Solemos asociar con ellos los deportes que requieren fuerza y vigor, mientras que a las chicas nos relacionan con los que necesitan de ritmo o expresi¨®n¡±, cuenta la boxeadora. A ciertas edades, quedarse fuera del cat¨¢logo puede causar problemas. Por eso Gonz¨¢lez insiste en ¡°la necesidad de ser nosotros mismos, sin importar el qu¨¦ dir¨¢n¡±. Y agrega: ¡°Si te hace feliz, la gente que te quiere estar¨¢ a la altura y, aunque cueste, entender¨¢n la decisi¨®n¡±. Tras el aplauso es el turno de los alumnos. Entre todos han preparado un cuestionario con motivo de la visita. Alguno adem¨¢s improvisa en voz alta.

¡°?No sufres durante los combates?¡±, pregunta Miriam Miranda, de 16 a?os. Gonz¨¢lez cierra los ojos y es taxativa: ¡°Subo al ring para disfrutar. Despu¨¦s de tanto sacrificio, de tanta disciplina, tu recompensa es estar ah¨ª arriba. No piensas en hacer da?o a la otra persona, si no en marcar puntos. Te dejas llevar¡±. Los chicos que intervienen parecen m¨¢s interesados en la t¨¦cnica, la tipolog¨ªa de los golpes o el entrenamiento de la destreza. Tambi¨¦n en la alimentaci¨®n. Nadie modera y sus dudas acaparan el debate.