Frente al terror, siempre lo hermoso

El miedo es una sensaci¨®n poderosa. Es una emoci¨®n mental, por lo que la ¨²nica manera de protegerse contra ella es a trav¨¦s de la raz¨®n, aunque eso no siempre funciona. A m¨ª me dan miedo muchas cosas absurdas, pero frente a otras tantas m¨¢s importantes lo he perdido.

Por ejemplo, siempre tem¨ª la muerte. Me da pavor pensar en ella: no en la propia, sino en la de mis queridos. Entonces un d¨ªa me enfrent¨¦ a ella. Le puse un nombre, casi una fecha, un aspecto enfermo y enclaustrado y pas¨¦ todas esas fases de las que hablan los expertos. La combat¨ª, la rechac¨¦, la negu¨¦ y la llor¨¦. Pero termin¨¦ asumi¨¦ndola, esper¨¢ndola, acept¨¢ndola y agradeci¨¦ndola. Porque si algo aprend¨ª de aquello es que a veces la muerte es la ¨²nica capaz de salvarnos cuando nada m¨¢s puede. As¨ª es como le perd¨ª el miedo a la muerte: d¨¢ndole un sentido.

Sin embargo, hay otras cosas que me asustan sobremanera. Una de ellas es la oscuridad o los ruidos cuando estoy sola. Hace unos d¨ªas, mientras me duchaba, mi perra se puso a ladrar. En mi mente ya se reprodujo mi fin: alguien hab¨ªa entrado en mi casa y estaba a punto de asesinarme. Puede que este thriller mental estuviera relacionado con la novela negra que estoy leyendo, pero el caso es que tuve que salir de la ba?era, llena de jab¨®n y con los dientes apretados, a registrar toda la casa para quedarme tranquila. Y no saben qu¨¦ tensi¨®n. Y qu¨¦ rid¨ªcula me sent¨ª despu¨¦s al contarlo entre risas, para qu¨¦ negarlo. El caso es que me cuesta superar ese miedo en particular porque no tiene ning¨²n tipo de l¨®gica: es irracional. Y eso, en mi mente, es un problema.

Madrid est¨¢ enferma y los que la queremos preocupados. Estamos viviendo una ¨¦poca de miedo porque lo que hay ante nosotros es desconocido. O quiz¨¢ no tanto. El mundo ven¨ªa avisando: cambio clim¨¢tico, fuegos incontrolados, inundaciones desoladoras, h¨¢bitats destruidos¡­ Y no es hasta ahora que salta de la naturaleza a nuestros cuerpos que nos lo tomamos, quiz¨¢, un poco m¨¢s en serio. Pero no pasa nada. La vida siempre da avisos: a veces m¨¢s fuertes que otros. Ahora solo debemos escuchar a quien sabe, agradecer a quien puede y hacer caso, como un ni?o a sus padres.

Surgen ahora en la capital iniciativas amables, como las de los estudiantes que se ofrecen a cuidar de ni?os, parados que visitan a sus vecinos ancianos para llevarles la compra o personas que ofrecen compartir los productos del supermercado para que a nadie le falte nada. Porque frente al terror, siempre lo hermoso.

Y saldremos de esta, seguro, m¨¢s juntos y enamorados del mundo, porque el ser humano, en toda su irracionalidad, irresponsabilidad e inconsciencia, siempre consigue encontrarle un sentido a todo, un motivo y una raz¨®n para darle la vuelta a lo m¨¢s poderoso. Incluso al miedo. Y ahora no ser¨¢ distinto. Madrid, esta vez, no me mata.

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