Aplaudan: se graba (toma 1)
Madrid ha sido escenario de m¨ªticos discos en vivo. Mientras vuelven los directos, repasamos los de Tete Montoli¨², Amaral o La Mandr¨¢gora
A diferencia de lo que sucede en los plat¨®s cuando se enciende el pilotito rojo de las c¨¢maras, en las salas de concierto se puede gritar, corear, aplaudir. Esa efervescencia le sienta bien a los discos en directo, y algunos de los mejores de nuestra historia reciente nacieron en las salas, garitos, caf¨¦s y pabellones de esta santa ciudad. Emprendemos una serie para desentra?ar algunos de los mejores.
La Mandr¨¢gora, de Krahe, Sabina y Alberto P¨¦rez (CBS, 1981)
La leyenda del primer Sabina se ciment¨® entre las cuatro paredes de un s¨®tano de la Cava Baja, en el...
A diferencia de lo que sucede en los plat¨®s cuando se enciende el pilotito rojo de las c¨¢maras, en las salas de concierto se puede gritar, corear, aplaudir. Esa efervescencia le sienta bien a los discos en directo, y algunos de los mejores de nuestra historia reciente nacieron en las salas, garitos, caf¨¦s y pabellones de esta santa ciudad. Emprendemos una serie para desentra?ar algunos de los mejores.
La Mandr¨¢gora, de Krahe, Sabina y Alberto P¨¦rez (CBS, 1981)
La leyenda del primer Sabina se ciment¨® entre las cuatro paredes de un s¨®tano de la Cava Baja, en el coraz¨®n de La Latina. All¨ª se encontraba La Mandr¨¢gora, un min¨²sculo bar de copas con m¨²sica en directo en el que se citaban varias veces al mes tres amigos que empezaron a dar que hablar por la vieja viralidad del ¡°boca a boca¡±, muchos a?os antes de que existiera Twitter. Eran el c¨ªnico y mordaz Javier Krahe, el tierno y sentimental Alberto P¨¦rez y Joaqu¨ªn Sabina, ejerciendo de travieso noct¨¢mbulo. La qu¨ªmica era brutal en aquel Madrid en ebullici¨®n de 1981 (el a?o del intento de golpe de Estado, no nos olvidemos), y m¨¢s a¨²n despu¨¦s de que Fernando Garc¨ªa Tola hubiera invitado a los tres el jueves 21 de mayo al programa de TVE Esta noche, presentado por una jovenc¨ªsima Carmen Maura. El tr¨ªo interpret¨® en directo una canci¨®n hilarante de Krahe, Marieta, en la que se repite la palabra ¡°gilipollas¡± cada dos por tres, y las centralitas de la televisi¨®n se colapsaron con las llamadas de la indignada audiencia. Pues bien, en La Mandr¨¢gora populariz¨® Sabina una de sus primeras composiciones, a¨²n m¨¢s c¨¢ustica que la de su compadre Krahe. Era Adivina, adivinanza y hablaba en clave de un jefe del Estado y dictador militar ya fallecido, aunque la inc¨®gnita sobre su identidad, a juzgar por las carcajadas del p¨²blico, no era muy dif¨ªcil de despejar. El disco suena a magnet¨®fono, caverna y tugurio, pero tambi¨¦n a autenticidad. La bell¨ªsima Nos ocupamos del mar (P¨¦rez) o las vitri¨®licas La hoguera y Un burdo rumor (Krahe) son historia pura.
Tete en el San Juan, de Tete Montoli¨² (Nuevos Medios, 1996)
Nunca podremos a?orar lo suficiente las noches de jazz y flamenco que durante m¨¢s de cuatro d¨¦cadas iluminaron el sal¨®n de actos del colegio mayor San Juan Evangelista, hoy un c¨²mulo de inmundicia y escombros. Con motivo del 25? aniversario del centro, un 19 de mayo de 1995, el insaciable director de su Club de M¨²sica, Alejandro Reyes, y el tantas veces a?orado fundador del sello Nuevos Medios, Mario Pacheco (casi 10 a?os ya de su muerte, y esta ciudad sigue sin concederle una calle), pensaron en el pianista catal¨¢n Tete Montoli¨² como ¡°el hombre que recorri¨® medio mundo para empaparse de la incre¨ªble sofisticaci¨®n de la cultura afroamericana¡± (la definici¨®n es de Pacheco). La SGAE arrim¨® el hombro y permiti¨® un respaldo extraordinario desde el otro lado del charco, el del quinteto de los hermanos Winard y Philip Harper (bater¨ªa y trompeta). El invidente genio barcelon¨¦s, que fallecer¨ªa apenas dos a?os despu¨¦s, puso deberes a sus amigos americanos: todo el repertorio era ib¨¦rico, de Pedro Iturralde, Chano Dom¨ªnguez y suyo. Pacheco resumi¨®: ¡°?Qu¨¦ alegr¨ªa bajar por la Avenida de la Moncloa sabiendo que a uno le espera un rato de gloria bendita!¡±.
Superluna ¨C Directo desde el planeta Tierra, de Amaral (El Pa¨ªs, 2017)
Nocturnal (2015), el s¨¦ptimo trabajo en estudio de Amaral, pill¨® con el paso cambiado a no pocos seguidores del d¨²o: menos pop que su producci¨®n anterior, demasiado oscuro para algunos o¨ªdos. Pero cuando el disco lleg¨® en mayo de 2016 al Palacio de los Deportes, la parroquia ¨Cmilagros de la fidelidad¨C hab¨ªa agotado las localidades. ¡°La cr¨ªtica de El Pa¨ªs mencionaba que esa gira, por escenograf¨ªa y los arreglos, merec¨ªa ser inmortalizada en disco, y se nos qued¨® la idea en la cabeza¡±, rememora Juan Aguirre, el guitarrista de la banda. Por eso tanto ¨¦l como Eva Amaral, minuciosos, perfeccionistas e ¡°insatisfechos permanentes¡±, decidieron grabar todos sus conciertos de la temporada y escucharlos compulsivamente para pulir errores y mejorar a¨²n m¨¢s las nuevas versiones de las canciones m¨¢s cl¨¢sicas. Por eso, cuando el 28 de octubre de 2017, otra vez en el WiZink Center, lleg¨® la hora de pulsar definitivamente la tecla rec, el ambiente en la banda era de ¡°euforia¡±: hab¨ªa tanto rodaje, confianza y amor propio que nada pod¨ªa torcerse. ¡°Est¨¢bamos tan tranquilos y confiados¡±, se sonr¨ªe Aguirre, ¡°que Eva y yo invertimos ese s¨¢bado en hacernos una ruta urbana en bici para terminar comiendo en una terracita de la Casa de Campo. Llev¨¢bamos unas pintas tan informales que pensamos que nadie nos reconocer¨ªa, pero unos chavales sentados en la mesa de al lado se despidieron de nosotros al marcharse: Os vemos luego en el concierto, t¨ªos, que tenemos entradas¡¡±. El disco, publicado en primera instancia por este peri¨®dico (y un a?o m¨¢s tarde, con DVD, por Sony Music), suena efectivamente plet¨®rico. Para entonces, hab¨ªa tanta confianza en el repertorio nuevo que el t¨¢ndem interpret¨® Nocturnal casi en su integridad.