Del paro a la furgoneta: Amazon rescata a los desempleados de la pandemia
Los parados encuentran una tabla de salvación como repartidores para la megatienda que no cierra, el gran empleador de esta crisis
Yolanda Arroyo, una comercial de 51 a?os, reparte ahora para Amazon; Ignacio Valía, un cocinero de 53 a?os, reparte ahora para Amazon; Iván Sánchez, un adolescente de 19 a?os que nunca había tenido un empleo, reparte ahora para Amazon.
Son algunas de las incorporaciones a la tienda gigante que nunca cierra, los que en tiempos de confinamiento llevan a tu puerta el paquete con el vino y la cerveza, los rollos de papel higiénico o el juego de mancuernas. Las compras han migrado masivamente a Internet y también lo están haciendo los empleos. Amazon se ha convertido en una tabla de salvación para muchas personas que han perdido su trabajo en el último mes. Jorge Buiza, un nuevo repartidor de 37 a?os, respira aliviado después de haber perdido su empleo de cerrajero. Tiene a su cargo a su hija de siete a?os y tenía que seguir pagando su piso. “No me podía permitir el lujo de irme al paro”, dice Buiza.
La crisis del coronavirus SARS-CoV-2 ha dado un fuerte impulso a las ventas de Amazon, que recluta personal a un ritmo mareante. La compa?ía ha anunciado la contratación de 175.000 nuevos empleados solo en Estados Unidos desde el 13 de marzo. Un portavoz no quiso precisar a este periódico cuántas incorporaciones han hecho en Espa?a. El único anuncio al respecto lo hizo la empresa el 18 de marzo cuando dijo que contrataría a más de 1.500 empleados para su red logística, que se sumaban a otros puestos cualificados en plantilla, como científicos de datos o gestores de ventas. Pero Amazon mueve buena parte de su negocio en Espa?a de modo indirecto, a través de empresas subcontratadas o de su plataforma Flex, donde prácticamente cualquiera puede apuntarse para hacer repartos con su propio coche.
En un país hiperdependiente del turismo y la hostelería, el reparto de paquetes supone un alivio para muchos desempleados. Son trabajadores uberizados, el término despectivo con el que los críticos designan a los empleos mal pagados para los gigantes digitales. Pero algunos empleados ya previamente uberizados dicen que repartir es relativamente cómodo.
Manuel Garrido, de 29 a?os, gana más y echa menos horas que en su anterior empleo como conductor de Cabify. “Dentro de los trabajos que hay esto es un lujo”.
Una ventaja es que a muchos desempleados les ha permitido una reconversión fácil.
Buiza tardó dos días en encontrar empleo. Trabajará por algo más de 1.000 euros al mes con un contrato de obra y servicio para una de las muchas empresas que hacen repartos para Amazon. Solo le pidieron el carné de conducir y el de manipulador de alimentos. “He tenido muchísima suerte", dice él. “Tengo varios amigos buscando como locos y ya me han pedido el correo de la empresa para enviar su currículum”.
Pero muchas empresas que reparten productos online han endurecido en los últimos a?os sus procesos de reclutamiento. Cada vez más los repartidores deben superar cursos de atención al cliente, manejo de tecnología o legislación. “La figura del repartidor tiene una gran importancia por ser la única cara visible en todo el proceso de compra del comercio electrónico”, dice Daniel Latorre, administrador de Citylogin, una empresa de reparto enfocada a las ventas online. Esta empresa ha ampliado casi un 15% su plantilla de 250 empleados.
Amazon no revela cuánto han crecido sus ventas en Espa?a durante el estado de alarma. Varias fuentes informan de un enorme crecimiento de las compras online. Según la consultora Nielsen las compras por Internet de productos del súper (comida, bebida, higiene y limpieza) han ido creciendo semana tras semana durante el confinamiento. La última para la que tienen datos, la del 13 al 19 de abril, se hicieron un 286% más que en la misma semana de 2019.
Pero esta bonanza no ha beneficiado a todas las empresas que se dedican al reparto, según la patronal UNO. Muchas que hacían entregas a tiendas o restaurantes no han hecho nuevas incorporaciones y han tenido que reacomodar sus plantillas hacia el reparto online.
Logística y almacén ha sido la segunda categoría que más ha crecido en términos porcentuales -un 39%- en la principal plataforma de búsqueda de empleo de Espa?a, Infojobs, solo por detrás del sector de sanidad. Los empleos logísticos alcanzaron su pico de vacantes del a?o con 5.693 puestos solo en la semana del 16 de marzo.
La forma más rápida de trabajar para Amazon es Flex, un servicio permitido a pesar de que los operadores logísticos denuncian que es ilegal por competencia desleal y riesgos para la circulación. Amazon asegura que su sistema es acorde con la ley espa?ola. Los repartidores “cazan” en sus móviles las rutas de reparto que oferta Amazon. Cobran 14 euros brutos por hora y tienen que pagarse la gasolina.
Erica Taurisano, una dentista de 33 a?os, se enteró de Flex por sus amigos. Cobra por comisión en cuatro clínicas de Madrid y puede llegar a ganar 4.000 euros al mes. Todo eso se ha acabado estos días porque ahora solo atienden urgencias dentales. Como repartidora de Flex solo podrá aspirar a una cuarta parte de esos ingresos. “Por lo menos me sirve para cubrir la cuota de autónoma y otros gastos”, dice ella.
Yolanda Arroyo se enteró del servicio por su hijo, que lo usa desde hace tiempo para tener unos peque?os ingresos mientras se saca las oposiciones a policía. Ella hace repartos mientras espera a que le llamen para reincorporarse a su concesionario Kia en Alcorcón. “Esto no es un trabajo para vivir. Es un complemento”, valora sobre su experiencia.
“Te da poco más que para comer”, opina ?scar Carrasco, un publicista de 43 a?os.
Pero hay muchos repartidores que se dedican a Flex de manera exclusiva. Cada vez son más los necesitados. Los nuevos repartidores que vienen de sectores con un futuro incierto se ven dedicándose a esto durante un buen tiempo.
Ignacio Valía llevaba desde noviembre de ayudante de cocina en una hamburguesería. “No sé si me llamarán de nuevo cuando reabran”, dice él.
Rogelio Escobar, un productor de eventos de 39 a?os, cree que hará repartos durante una temporada larga. “Esto me ha venido como anillo al dedo”, dice Escobar.
Decenas de repartidores como él esperan con sus coches en el parking de uno de los almacenes de Amazon a las afueras de Madrid, en el municipio de Coslada. La nave es un gran clasificador de productos de supermercado desde el que se distribuyen los productos de Prime Now, el servicio de entrega en el mismo día que no para ni siquiera de madrugada.
Los repartidores de Prime Now se encuentran estos días con muchos compradores novatos que han descubierto por accidente la comodidad de comprar online. Algunos son personas mayores a los que les hacen la compra sus hijos o nietos.
Alimentación, bebida o limpieza eran hasta ahora una barrera que no había roto el comercio electrónico. Es posible que estos nuevos hábitos permanezcan cuando vuelva la normalidad.
“Esto va a ser nuestro futuro. Es como si se hubiera adelantado”, afirma Escobar convencido.
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