La otra cara de los hoteles para sanitarios contagiados: ¡°Me siento como si no valiese nada. ?De verdad nos merecemos este zulo?¡±
La auxiliar de enfermer¨ªa Mamen Mart¨ªn, de 51 a?os, lleva seis d¨ªas durmiendo en un s¨®tano de un hotel con unas condiciones ¡°p¨¦simas¡± por orden de Sanidad
Vio morir a tres pacientes en una noche. Agarr¨® la mano de otros tantos antes del ¨²ltimo adi¨®s. Hizo jornadas maratonianas de hasta 17 horas. Trabaj¨® sin apenas protecci¨®n. Llevaba 50 d¨ªas atendiendo a decenas de pacientes con coronavirus en dos hospitales de Madrid. 50 d¨ªas sin ver a su marido, a sus tres hijos y a su nieto. La auxiliar de enfermer¨ªa Mamen Mart¨ªn, de 51 a?os, ha dado positivo por coronavirus y la Consejer¨ªa de Sanidad la ha aislado en un s¨®tano para que pase la enfermedad. ¡°Me siento como una mierda, como si no valiese nada. El primer d¨ªa sufr¨ª un ataque de ansiedad¡±.
La habitaci¨®n de este hotel, que tilda de ¡°zulo¡±, tiene un ba?o, una cama de 90 cent¨ªmetros, un peque?o escritorio y una ventana con 14 barrotes con vistas a un patio interior. Ocho metros cuadrados. La pueden observar decenas de vecinos desde sus ventanas. ¡°No tengo ni intimidad. ?De verdad nos merecemos esto?¡±. Dice que apenas descansa, que la luz le entra a las seis de la ma?ana, que no tiene persiana y ni cortinas. Los miembros del hotel le han ofrecido unas bolsas de basura de color verde y un esparadrapo para que las pegue en la ventana. ¡°As¨ª entra menos sol¡±.
Ah¨ª deber¨¢ pasar las 24 horas al d¨ªa hasta que el bicho se vaya. M¨ªnimo 15 d¨ªas. Claro que ha pedido el cambio, pero la respuesta siempre es la misma: ¡°Es lo que hay¡±. Tambi¨¦n se lo ha dicho a la Consejer¨ªa de Sanidad, pero el silencio que escucha ya va por el sexto d¨ªa. ¡°Con una habitaci¨®n sencilla y con persiana me conformo, pero esto, ?esto?¡±. Por no hablar de la comida y la cena que recibe. Las fotos que ella misma env¨ªa por WhatsApp hablan por s¨ª solas: un cocido revuelto, una fideu¨¢ pasada ¡°con trozos de ni se sabe¡±, unas espinacas revueltas ¡°con vete a saber qu¨¦¡±. ¡°Lo peor es que no nos dicen ni lo que es. Nos dejan los t¨¢peres en la puerta y listo¡±. Hay d¨ªas que ni come.
A este hotel lleg¨® el 3 de mayo. Pero antes de dar positivo por coronavirus dorm¨ªa en otro alojamiento que est¨¢ a dos minutos a pie de la Gran V¨ªa. Ah¨ª conviv¨ªa junto a otros sanitarios que, por circunstancias familiares o porque ven¨ªan con nuevos contratos de otras provincias, no ten¨ªan donde hospedarse. Sanidad puso a su disposici¨®n una serie de hoteles para todos ellos. Seg¨²n sus datos, ahora mismo son cerca de 1.200. ¡°Aquel hotel era perfecto. Ten¨ªamos de todo, pero claro, no est¨¢bamos contagiados¡±.
Esta madrile?a trabaja desde hace 15 a?os en la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz por la ma?ana y en el Hospital de San Carlos por la tarde. Con estas jornadas maratonianas la cuenta a final de mes engorda hasta los 1.900 euros. As¨ª hay alimentos para su marido, ¡°un pintor de brocha gorda¡±, que est¨¢ en el paro desde marzo. Y para sus hijos: Daniel, de 35, Sheila, de 34, Joana, 30, y su nieto adolescente Marcos, de 14. Todos la esperan en su casa de M¨¦ntrida, un pueblo de Toledo de 5.000 vecinos a 58 kil¨®metros de la Puerta del Sol. ¡°Ya queda menos¡±.
Solicit¨® dormir en un hotel para no contagiar a ninguno de ellos. De su positivo, ¡°que tarde o temprano iba a llegar¡±, le informaron el pasado domingo, aunque ella dice que ya ten¨ªa alg¨²n s¨ªntoma desde hace semanas. ¡°Pero como no hab¨ªa test, pues segu¨ªamos trabajando¡±. A media ma?ana son¨® el tel¨¦fono de su habitaci¨®n. Era una portavoz de la Consejer¨ªa de Sanidad:
¨D Mira, como tienes la covid-19 no puedes estar en este hotel, ?puedes irte a tu casa?
¨D ?C¨®mo? Pero si estoy aqu¨ª es para no contagiar a mi familia.
¨D Eres sanitaria. Si lo haces bien no pasa nada, ya sabes.
¨D Me niego.
¨D Dame una hora, ver¨¦ qu¨¦ puedo hacer.
60 minutos despu¨¦s, recibi¨® otra propuesta: ¡°Vete a este otro hotel, que vas a estar muy bien, ya ver¨¢s¡±. Este otro hotel es un hostal medicalizado. Un peque?o espacio para turistas a las afueras de la M-30 de Madrid convertido en una planta de enfermer¨ªa para aquellos sanitarios que han sido contagiados. Mamen le coment¨® que ten¨ªa coche y que estaba aparcado en el parking del otro hotel: ¡°Aqu¨ª tambi¨¦n. No te preocupes por nada¡±.
A las 16.30 del domingo tir¨® del freno de mano en la puerta de su nuevo hogar. Un recepcionista sali¨® a la puerta a recibirla. ¡°Lo siento, pero no hay sitio¡±. Mamen llam¨® de nuevo a la portavoz de la consejer¨ªa. ¡°Lo siento mucho. Trata de aparcarlo por la calle¡±. Una hora despu¨¦s, encontr¨® un hueco a 20 minutos. Ya de vuelta, regres¨® indignada. Harta del trato que estaba recibiendo. Y eso que lo peor estaba por llegar. Al abrir la puerta de su habitaci¨®n se dio de bruces con 14 verjas, una ventana sin persianas y un plato de comida que acab¨® en la basura. Se le cay¨® el mundo encima.
¡°Despu¨¦s de todo lo que estamos pasando que te me metan aqu¨ª, aislada de todo, en un zulo, y que ni siquiera est¨¦ a gusto. Te sientes una mierda. Una basura¡±, cuenta por tel¨¦fono. ¡°Si caes mala te das cuenta de que no vales nada¡±. Y tose. Dice que una vez al d¨ªa recibe una llamada de una doctora. ¡°De momento no tengo fiebre¡±. Y tose. ¡°He perdido el gusto y el olfato¡±. Ha llamado a su compa?¨ªa telef¨®nica para pedir m¨¢s datos porque el hotel no tiene Internet.
Este peri¨®dico se puso en contacto con la Consejer¨ªa de Sanidad madrile?a el viernes. Un portavoz asegur¨® que desconoc¨ªa el caso. Respecto a la habitaci¨®n del hotel asegur¨® que todos los hoteles cuentan con las garant¨ªas sanitarias. Que si no ten¨ªa persianas ni cortinas era, precisamente, por la seguridad de todos. Indignada, Mamen llam¨® a su familia y les dijo que no pod¨ªa m¨¢s. Que, aunque no ten¨ªa una habitaci¨®n para ella sola en casa, se la fueran preparando. Que su marido o algunos de sus hijos tendr¨ªan que dormir en el sal¨®n. Dos horas despu¨¦s, un portavoz de Sanidad la llam¨® ofreci¨¦ndole otra habitaci¨®n en otro hotel con mejores condiciones a partir de este lunes. ¡°?Tan dif¨ªcil era?¡±.
A Mamen le encanta su trabajo. Echa de menos a sus compa?eros. La electricidad de salvar vidas. Cuando flaquea, se acuerda de aquella se?ora que sali¨® a aplaudirla cuando llegaba al otro hotel con ojeras. Encerrada en estas cuatro paredes, pregunta cada poco tiempo a sus auxiliares por los pacientes de neumolog¨ªa que ha dejado de atender. Se viene abajo. ¡°Creo que no estoy preparada para otra pandemia. Psicol¨®gicamente ha sido muy fuerte todo lo que hemos pasado y ni siquiera recibimos atenci¨®n¡±. El otro d¨ªa, con el ataque de ansiedad, le dieron una pastilla de diazepam. ¡°?Esto es la soluci¨®n?¡±.
¨D ?Le han ofrecido alg¨²n psic¨®logo?
¨D Bueno, Sanidad me ha ofrecido a un cura para hablar.
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