Mamparas para acotar la pandemia

El contacto humano llegar¨¢ mediado por mamparas. Javier Gonz¨¢lez pule los cantos de una de ellas, que har¨¢ las veces de parapeto contra el virus en farmacias, estancos o notar¨ªas. Es de cristal templado, al igual que los paneles de ducha fabricados en esta misma planta: ¡°Reinventarse es sobrevivir¡±, asegura al tiempo que empu?a la biseladora.

Ibermampara es una firma madrile?a que crea soluciones de vidrio para el ba?o. La f¨¢brica, ubicada en M¨®stoles, cerr¨® desde la declaraci¨®n del estado de alarma hasta el 13 de abril, momento en que se reanudaron las obras de viviendas. La maquinaria nunca hab¨ªa acumulado tanto polvo. El mes de par¨®n hizo que la empresa se acogiera a un expediente de regulaci¨®n temporal de empleo (ERTE) por fuerza mayor. Afect¨® a toda la plantilla, compuesta por 50 obreros y administrativos. Ahora la medida se ha levantado para uno de cada cinco trabajadores. Y es que el tel¨¦fono de la oficina vuelve a sonar. Al otro lado del cable, los distribuidores insisten en un encargo: pantallas antivirus.

¡°Nunca hab¨ªamos construido algo as¨ª. Pero las tiendas de saneamiento empezaron a solicitarlo y se dise?aron prototipos en apenas unos d¨ªas¡±, relata Gonz¨¢lez. A las mamparas para ba?os de nueva construcci¨®n se sumaron estos dispositivos protectores. Las primeras pantallas antivirus se sirvieron el pasado lunes. En menos de una semana han llegado 50 pedidos, m¨¢s de mil unidades. El producto se elabora con vidrio sometido a altas temperaturas que incrementan su resistencia. Las planchas tienen ocho mil¨ªmetros de grosor y se cortan por medio de una formidable guillotina con muelas de diamante. Despu¨¦s, ya troceado, el cristal pasa a montarse con sus accesorios met¨¢licos.

Los locales comerciales que reabran a lo largo de la desescalada deber¨¢n garantizar a sus clientes una distancia de seguridad de dos metros. No obstante, las pantallas se presentan como una garant¨ªa extra y proliferan por doquier. Evitan la posibilidad de inhalar al vuelo una gota de virus reci¨¦n lanzada ¡ªal respirar, hablar o toser¡ª por alguien infectado. ¡°Toda cautela parece poca en estos tiempos¡±, indica Juan Carlos Prieto, director general de Ibermampara. Cl¨ªnicas, oficinas, bares y restaurantes demandan estos separadores a las tiendas con las que ¨¦l trabaja. Unos ya han levantado el cierre y tratan de ofrecer sus servicios en las mejores condiciones; otros quieren pertrecharse de cara a una pr¨®xima reapertura.

En la Comunidad de Madrid se ubican otros dos fabricantes de mamparas para ba?o. Hay competencia: ¡°Hacemos pantallas frontales, laterales y colgantes¡±, asegura Prieto. Especiales para un mostrador o dise?ados con el objetivo de separar mesas, los modelos tienen proporciones est¨¢ndar. Sin embargo, tambi¨¦n hay peticiones a medida: ¡°Sobre todo de bares y restaurantes, cuyos locales var¨ªan mucho unos de otros. Y ni te cuento cuando empiecen a llamarnos de hoteles. Ellos necesitar¨¢n paneles en recepci¨®n, comedores y terrazas¡±. El corte tipo cuesta unos 100 euros. Un precio que se incrementa en el caso de las dimensiones especiales o si se quiere decoraci¨®n: ¡°Imprimimos sobre el cristal con tintas cer¨¢micas vitrificadas, transl¨²cidas, que no dejan huellas dactilares¡±.

La nave tiene una superficie de 4.000 metros cuadrados y est¨¢ dividida en sectores productivos. Vista desde arriba, se asemeja a un panel de abejas. Cada celdilla mide 30 metros cuadrados, m¨¢s que muchos pisos del centro de la capital. En ellas un operario ensambla el modelo de mampara que le asigna el jefe de f¨¢brica. Se rodean de los ¨²tiles necesarios para desempe?ar su tarea, de tal forma que los cub¨ªculos son independientes. Esta distribuci¨®n ayuda a mantener la distancia de seguridad. En cada esquina, hay cajas de mascarillas y gel desinfectante. De las paredes cuelgan calendarios, fotos de familia, banderas rojigualdas e im¨¢genes religiosas.

Cada ma?ana, los trabajadores fichan y se toman la temperatura. Todos llegan en su veh¨ªculo privado, pues por seguridad nadie utiliza el transporte p¨²blico. David Ramos, otro operario, menciona el silencio de estos d¨ªas: ¡°Solemos ser mucha m¨¢s gente trabajando con m¨¢s m¨¢quinas. Impresiona tanta tranquilidad¡±. Aqu¨ª la fabricaci¨®n de pantallas contra la covid-19 acaba de empezar, pero ¡°da esperanza, porque conforme los pedidos aumenten se incorporar¨¢n progresivamente m¨¢s compa?eros¡±. Las mamparas terminadas, embaladas en pl¨¢stico de burbujas, montan guardia en la entrada hasta que las recoja un transportista.

En el piso superior se encuentran los despachos, la zona de atenci¨®n al cliente y el sal¨®n de muestras. Sobre las mesas hay planos y bocetos de prototipos. Juan Ortiz, gerente y ¨²nico accionista de Ibermampara, se?ala la importancia de contar con mercanc¨ªa almacenada para afrontar una crisis de esta envergadura: ¡°Como aumenta la demanda de pantallas, el precio de los materiales puede subir. Si esa subida fuera exponencial, es posible que ni si quiera resulte rentable tratar de cubrir este nuevo nicho, como les ha pasado a algunas empresas de cristaler¨ªa¡±.

Eso est¨¢ ocurriendo tambi¨¦n con el metacrilato, un tipo de pl¨¢stico endurecido cuyo precio se ha incrementado en dos meses un 30%. Es el soporte preferido para estampar r¨®tulos y ahora el sector de las artes gr¨¢ficas lo transforma en mamparas adaptadas para cada negocio. Mercadona ha invertido dos millones de euros en proteger y separar con estas pantallas las cajas de sus 1.600 tiendas, seg¨²n datos de la propia firma. De la instalaci¨®n se ha encargado la misma filial que les suministra carteles y letreros. ¡°Ese material supone una opci¨®n mucho m¨¢s barata. Cuesta la mitad, es f¨¢cil de cortar y moldear, pero se ara?a con facilidad al fregarse y la luz solar lo amarillea enseguida¡±, pontifica el empresario

¡°No sabemos por cu¨¢nto tiempo habr¨¢ que mantener las mamparas u otras medidas de seguridad, pero no parece que vaya a ser cuesti¨®n de semanas. Por eso recomendamos el vidrio, que se mantiene en mejores condiciones durante a?os¡±, agrega Ortiz. La producci¨®n de cristal requiere un gran gasto energ¨¦tico, pero en el proceso se emiten al aire menos toxinas que con los derivados del petr¨®leo. Adem¨¢s, es completamente reciclable. El verdadero problema para los propietarios ser¨¢ costearlo, tras ocho semanas de comercios cerrados.

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