El triunfo de la sensatez
Frente al tono belicoso de otros l¨ªderes, el alcalde ha dibujado un perfil propio y ha sabido marcar la agenda en lugar de ir a remolque
La reacci¨®n de los gobernantes ante las crisis puede arruinar sus carreras de manera irreversible o bien hacer que su popularidad se dispare hasta niveles insospechados. V¨¦ase el caso de George W. Bush, un presidente que lleg¨® a la Casa Blanca en medio de una enorme controversia postelectoral y que, como consecuencia del 11-S, pas¨® de una ajustada aprobaci¨®n en las encuestas (51%) a un sobresaliente holgado (90%) casi de la noche a la ma?ana.
En la crisis que nos golpea estos d¨ªas ha emergido en Espa?a un l¨ªder inesperado: Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida. Un jugador revelaci¨®n, en t¨¦rminos deportivos, cuya figura ha crecido visiblemente durante la gesti¨®n de la emergencia sanitaria, hasta el punto de ganarse el reconocimiento de buena parte de sus adversarios en la izquierda. Los mismos que seguramente subestimaron su potencial cuando se present¨® a las elecciones en 2019 y que ahora elogian su papel ante la tragedia o, como m¨ªnimo, le conceden un respetuoso y significativo silencio.
Hace un a?o, Almeida parec¨ªa la ant¨ªtesis del pol¨ªtico estrella. Resultaba dif¨ªcil encontrar en ¨¦l las cualidades que se esperan de un candidato ideal seg¨²n los c¨¢nones hollywoodienses de la comunicaci¨®n electoral: alto, atractivo, con un tono de voz convincente y una oratoria que encandile a las masas. Era sencillamente un abogado del Estado con fama de trabajador y preparado, capaz de hablar durante minutos sin recurrir a un papel, pero desprovisto del carisma que se espera de quien aspira a dirigir la capital de Espa?a.
Hace un a?o, Almeida parec¨ªa la ant¨ªtesis del pol¨ªtico estrella
Sonaba m¨¢s bien a un plan B ante la dificultad para encontrar candidatos m¨¢s conocidos entre las filas del PP. En ese escenario, vale la pena recordarlo, Almeida acab¨® perdiendo por m¨¢s de 100.000 votos frente a Manuela Carmena. Y pese a todo, un a?o despu¨¦s, el discreto aspirante reconvertido en alcalde ha sabido encontrar su espacio y su consolidaci¨®n es ya indiscutible no solo en el Palacio de Cibeles, sino tambi¨¦n a nivel nacional.
En un contexto de polarizaci¨®n e incertidumbre, y con los ciudadanos encerrados en sus casas durante largas semanas, Almeida ha exhibido una notable capacidad de adaptaci¨®n a partir de una receta que mezcla inteligencia y una cierta campechan¨ªa. As¨ª ha logrado ser percibido como un gestor emp¨¢tico, cercano y sensato; un gobernante capaz de transmitir seguridad, serenidad y confianza a una sociedad necesitada de certezas.
En un contexto de polarizaci¨®n e incertidumbre, y con los ciudadanos encerrados en sus casas, ha exhibido una notable capacidad de adaptaci¨®n
Frente al tono belicoso de otros l¨ªderes, el alcalde ha dibujado un perfil propio y ha sabido marcar la agenda en lugar de ir a remolque. Alejado del histrionismo, el griter¨ªo y la sobreactuaci¨®n, ha optado por una actitud apaciguadora y constructiva, tendiendo puentes con la oposici¨®n en lugar de echar a¨²n m¨¢s le?a al fuego. En esta l¨ªnea, se ha mostrado razonable en sus cr¨ªticas al Gobierno central y humilde a la hora de asumir sus propios errores, con la ventaja a?adida de no tener competencias estatales o auton¨®micas por las que pudiera ser responsabilizado.
Vivimos tiempos de alta volatilidad y resulta imposible pronosticar si la popularidad del regidor madrile?o perdurar¨¢ m¨¢s all¨¢ de la crisis o se desvanecer¨¢ en cuanto las batallas partidistas recuperen el protagonismo en la actualidad municipal. De momento, puede saborear la satisfacci¨®n de ser elogiado por sus rivales, aplaudido en la calle durante una entrevista en televisi¨®n e incluso mencionado espont¨¢neamente como posible candidato a la Presidencia entre los encuestados por el CIS. Por otro lado, todav¨ªa queda un largo recorrido hasta 2023 y, para mantener su sill¨®n e incluso aspirar a metas m¨¢s altas, Almeida deber¨¢ rehuir los cantos de sirena y trabajar con los pies en el suelo. Pero si consigue transformar las percepciones actuales en votos futuros, tendr¨¢ por delante una carrera prometedora.
Luis Tejero es director de Asuntos P¨²blicos de Grayling.
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