C¨®mo el teletrabajo puede cambiar a Madrid
La tendencia a trabajar fuera de la oficina puede modificar las prioridades de vivienda y los h¨¢bitos de los madrile?os
Seg¨²n Randstad, el 22,3% de los trabajadores espa?oles (4,4 millones) tienen posibilidades de teletrabajar, siendo en la Comunidad de Madrid el 28% de ellos. Pero tener posibilidades no significa que lo realicen, pues en Espa?a, seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa, el porcentaje de ocupados que, al menos ocasionalmente, trabajan desde su residencia ascend¨ªa al 8,3% en 2019, cifra que se ha visto ampliamente aumentada en esta pandemia ante el estado de necesidad.
Y ?qu¨¦ implicaciones podr¨ªa tener esta implantaci¨®n masiva para Madrid? De Madrid siempre se ha dicho que es la ciudad de todos porque es un lugar que acoge e integra a personas de otras Comunidades Aut¨®nomas e incluso extranjeros, tanto por el turismo como por las oportunidades de empleo, en cuanto a que es amplia la oferta y muchas de las grandes empresas tienen en Madrid sus sedes.
Se ha confundido el teletrabajo con un trabajo realizado en el domicilio de manera improvisada y, en muchos casos, sin contar con las condiciones adecuadas
Grandes edificios, muchos de ellos inteligentes, han permanecido cerrados durante estos d¨ªas de pandemia o tan solo custodiados por sus vigilantes. D¨ªas en los que sus directivos se replantean c¨®mo ser¨¢ el trabajo en el futuro de sus organizaciones y si el teletrabajo ha llegado para quedarse.
Si se queda, es esperable que no se quede del modo en el que se ha realizado durante el tiempo del estado de alarma, porque teletrabajar no es solo enviar a la persona trabajadora a su domicilio a que realice desde all¨ª la prestaci¨®n laboral, sino que es necesario planificar su implantaci¨®n; es necesario un marco regulador adecuado, una cuidada planificaci¨®n por parte de las empresas, e incluso un cambio de mentalidad. Para todo ello, ser¨¢ esencial la voluntad de las partes canalizada a trav¨¦s de la negociaci¨®n colectiva.
Pero el teletrabajo no es algo nuevo. Lo que s¨ª que es nuevo es la situaci¨®n irregular en la que nos encontramos, en la que se ha confundido el teletrabajo con un trabajo realizado en el domicilio de manera improvisada y, en muchos casos, sin contar con las condiciones adecuadas. Realizar la prestaci¨®n en el domicilio no implica que al tiempo se puedan realizar tareas dom¨¦sticas o de cuidados a mayores o ni?os ni que sea adecuado realizar la prestaci¨®n en la cocina o en el sof¨¢ del sal¨®n: porque teletrabajar es trabajar.
Ser¨¢ preciso realizar previamente a su implantaci¨®n un estudio de los diferentes puestos de trabajo para determinar cu¨¢les son teletrabajables y cu¨¢les no. Realizado este, habr¨¢ que determinar c¨®mo se acometer¨¢ la prestaci¨®n en el domicilio, conocer las caracter¨ªsticas del lugar, las necesidades t¨¦cnicas del puesto, la forma de comunicaci¨®n con el resto de compa?eros, con sus responsables¡ y todo ello deber¨¢ recogerse en un acuerdo entre el empresario y la persona trabajadora en el que sean tratados todos los temas de la relaci¨®n laboral, desde los horarios de realizaci¨®n de la prestaci¨®n hasta el lugar en el que se podr¨¢ realizar esta, teniendo en cuenta para ello las medidas de prevenci¨®n de riesgos laborales. Ser¨¢ necesaria tambi¨¦n una revisi¨®n de los sistemas y procesos de trabajo integrando a los miembros del equipo de una forma cohesionada y arm¨®nica bajo el paraguas de unos objetivos claros y bien dise?ados, tanto individuales como colectivos, y una comunicaci¨®n fluida y multidireccional, as¨ª como una formaci¨®n en distintas herramientas y sistemas que permitan trabajar desde casa con los mismos resultados, al menos, que se obten¨ªan en el centro de trabajo.
La posibilidad influir¨¢ en la demanda de vivienda, hacia chalets o pisos m¨¢s grandes
Tambi¨¦n es importante que el teletrabajador tenga presente, lo primero de todo, si su domicilio cuenta con un espacio habilitado para teletrabajar, es decir, exento de ruidos y distracciones, adem¨¢s de un mobiliario adecuado, luz suficiente, etc. y si est¨¢ familiarizado con el uso de las herramientas inform¨¢ticas, es aut¨®nomo en la organizaci¨®n de sus tareas y sabe c¨®mo realizarlas, conoce la empresa y no necesita la comunicaci¨®n constante con sus compa?eros para el desarrollo de los distintos trabajos¡
Y para conseguirlo, es posible que comiencen a demandarse viviendas con terraza o con posibilidades de un peque?o cuarto que sirva como despacho, que el sal¨®n o uno de los dormitorios tenga espacio suficiente para una mesa de trabajo¡ o se valorar¨¢ vivir cerca de un espacio de coworking m¨¢s que cerca de la oficina a la que se acudir¨¢ exclusivamente uno o dos d¨ªas a la semana.
Estos cambios influir¨¢n en la demanda que cambiar¨¢ sus preferencias a chalets o pisos m¨¢s grandes en cuanto a que la vivienda pasa a tener mayor importancia al estar las personas m¨¢s tiempo en ellas.
Mudanzas al extrarradio
?Podr¨¢ Madrid quedarse desierta porque las personas prefieran quedarse en sus ciudades o en el extrarradio? La ciudad sigue teniendo el atractivo cultural y de ocio, pero ?ser¨¢ esto suficiente? El tiempo lo dir¨¢, si bien es muy probable que las preferencias en la b¨²squeda de primeras viviendas, adem¨¢s de los par¨¢metros que anunciaba anteriormente, tambi¨¦n se valoren cosas diferentes, dejando de ser prioritario estar cerca del lugar de trabajo o incluso el colegio -las personas que tengan ni?os-, para pasar a priorizar la cercan¨ªa a parques y jardines o la menor poblaci¨®n como minoraci¨®n de posibilidades de contagios.
Y ?qu¨¦ otras cosas pueden cambiar en Madrid? Sin duda, sus costumbres. Si la persona trabajadora cuenta con flexibilidad horaria es muy probable que adapte sus h¨¢bitos de consumo y realice las compras de alimentaci¨®n en los comercios cercanos a su lugar de residencia en vez de los fines de semana en las superficies de alimentaci¨®n; tambi¨¦n se resentir¨¢n bares y cafeter¨ªas, en cuanto a que es posible que las pausas del caf¨¦ y el almuerzo las realicen estas personas directamente en la cocina de su casa, reduci¨¦ndose el consumo en restauraci¨®n, especialmente en los establecimientos cercanos a las zonas de oficinas. En el lado opuesto, previsiblemente aumentar¨¢n las reuniones con familiares y amigos en fin de semana por la necesidad de socializar no cubierta durante la semana en el centro de trabajo.
Tambi¨¦n, muchos escolares en el momento de elegir universidad optan por Madrid u otras grandes ciudades con idea de irlas conociendo y socializar con otros universitarios que les ampliar¨¢n su conocimiento de otras costumbres y culturas y tambi¨¦n para conocer las empresas para las que realizar¨¢ la prestaci¨®n¡ si es que las empresas tambi¨¦n con el teletrabajo no cambian su ubicaci¨®n a ciudades m¨¢s econ¨®micas.
Es probable que suba la compra de alimentos en el barrio y otra movilidad se imponga
Esto podr¨¢ cambiar en cuanto a que ese escolar convertido en universitario probablemente volver¨¢ a su lugar de residencia desde donde realizar¨¢ la prestaci¨®n de forma remota, ya no siendo necesario seguir residiendo en Madrid de alquiler o en pisos compartidos, otro sector que podr¨¢ verse comprometido.
Desde el punto de vista de las empresas, en el contexto globalizado en el que vivimos, en el que los mercados han dejado de ser locales y es posible vender por Internet a cualquier ciudad del mundo, igual la presencia en Madrid no tiene demasiado sentido, o tal vez s¨ª, pues a¨²n es sin¨®nimo de estatus empresarial contar con sedes en ciudades y calles importantes.
No obstante todo lo anterior, Madrid seguir¨¢ siendo un lugar de encuentro de ferias y congresos, jornadas, seminarios, etc., oportunidades de networking que, aunque muchas pasar¨¢n a realizarse de forma virtual, especialmente las m¨¢s t¨¦cnicas, otras muchas seguir¨¢n siendo presenciales, pues sus posibilidades de conectar con otros profesionales son a¨²n insustituibles por sesiones de videoconferencia.
Como vemos, habr¨¢ cambios en nuestra vida a nivel individual y tambi¨¦n colectivo a nivel ambiental. As¨ª, las primeras consecuencias de la implantaci¨®n de urgencia del teletrabajo fueron las reducciones de contaminaci¨®n de las ciudades, gracias a lo cual todos pudimos contemplar preciosas fotos de cielos limpios y calles desiertas.
Estas calles vac¨ªas llevaron de la mano el descenso de accidentes, pero hubo m¨¢s de los esperados, en cuanto a que encontrarnos solos en la carretera nos daba sensaci¨®n de seguridad y, por lo tanto, aumentamos las velocidades en nuestros desplazamientos. Tambi¨¦n los ciclistas y viandantes se hicieron con las calles provocando m¨¢s de un incidente por falta de atenci¨®n en los cruces.
Seg¨²n c¨¢lculos realizados por la Fundaci¨®n M¨¢sfamilia basados en la Encuesta de Movilidad en D¨ªa Laboral, si el 40% de las personas susceptibles de teletrabajar pudiesen llevar a cabo este m¨¦todo dos veces por semana, se obtendr¨ªa una reducci¨®n al a?o de 332.843 toneladas CO2 y unas 336.171 toneladas de gases de efecto invernadero. No obstante, al igual que poco a poco vamos concienci¨¢ndonos en el uso del transporte p¨²blico o bicicletas o monopatines para movernos por la ciudad, tambi¨¦n ser¨¢ necesario concienciarnos de la eficiencia energ¨¦tica en el hogar con los consumos de la calefacci¨®n, la electricidad o internet.
Arancha de las Heras es presidenta de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA)
Nos juzgar¨¢n por nuestro trato a los mayores: el futuro de las residencias
En la serie El Madrid Poscovid, expertos de distintas ¨¢reas ¡ªteletrabajo, movilidad, innovaci¨®n, urbanismo, turismo...¡ª compartir¨¢n propuestas para mejorar la vida tras la experiencia de la pandemia. En este caso, sobre el futuro de las residencias de mayores.
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