Gritting
Cuando llega el buen tiempo, hay una serie de neologismos que se cuelan de lleno en nuestro vocabulario y en nuestros noticiarios
Comencemos por el ¡®puenting', que se practica todo el a?o pero que, al ser una actividad al aire libre, tiene m¨¢s sentido cuando sale el sol, de forma que si tiritas sea solo por los nervios y no por el fr¨ªo. El estado nervioso es m¨¢s que l¨®gico, teniendo en cuenta que lanzarse desde una superficie y quedarse colgando unos segundos cual p¨¦ndulo debe ser un buen chute de adrenalina. Deporte de aventura lo llaman. Para m¨ª, aventura es irme de viaje sin cerrar el hotel, lo de que se me ponga el est¨®mago en la boca, es otra cosa. Soy una cobarde, lo s¨¦.
El ¡®balconing¡¯ s¨ª que est¨¢ ¨ªntimamente relacionado con el verano, con ese sector del turisteo que bebe de m¨¢s y que considera que es m¨¢s f¨¢cil ir a la habitaci¨®n de al lado saltando de balc¨®n a balc¨®n que llamando a la puerta. Hay una modalidad que consiste en lanzarse directamente a la piscina desde la habitaci¨®n. Ya se haga de una manera o de otra, puede tener consecuencias grav¨ªsimas, de modo que es algo que desde las administraciones est¨¢n tratando de erradicar.
Sin embargo, y pese a ser algo muy nuestro, poco se habla del ¡®gritting', una pr¨¢ctica en peligro de extinci¨®n en las grandes ciudades, que tambi¨¦n puede efectuarse desde un balc¨®n, aunque vale una ventana o la puerta del portal. En mi ¨¦poca, era una t¨¦cnica muy de barrio/pueblo y muy de madre (y alg¨²n padre). Consiste en gritar a los hijos para lanzarles una serie de mensajes que pueden dividirse en varias tipolog¨ªas:
- El de alarma: Se trata del ¡°a comer¡± de toda la vida, con muchas exclamaciones y una erre larga al final. Cuando la comida estaba lista y a¨²n humeante en la olla o la sart¨¦n, nuestras progenitoras tiraban de pulm¨®n y nos informaban para que lleg¨¢ramos a la mesa antes de que se enfriara. Funcionaban como un reloj suizo.
- El recordatorio: Si se te olvidaban las llaves, o el bocadillo, o la cazadora, no fuera a ser que refrescara, ah¨ª estaban las madres y su gritting para que no nos faltara de nada en nuestra incursi¨®n callejera. Su t¨¦cnica depurad¨ªsima de env¨ªo consist¨ªa en meter la mercanc¨ªa en bolsas sum¨¢ndole, en caso de que fuera necesario, algo de peso, con el fin de que no se colara en otro balc¨®n.
- El mensaje reprobatorio: A veces o¨ªas tu nombre a distancia y al tiempo que un escalofr¨ªo recorr¨ªa tu espalda, un s¨²bito sabor a metal inundaba tu boca. No hac¨ªa falta que nos dijeran ni una palabra m¨¢s, por el tono, ya sab¨ªamos que con su mirada de s¨²per hero¨ªnas que les permit¨ªa ver desde bien lejos si hab¨ªamos hecho algo malo, nos hab¨ªan cazado. Cabizbajos y muertos de la verg¨¹enza, arrastr¨¢bamos los pies y recorr¨ªamos los escasos metros que nos separaban de nuestro hogar, mientras se nos pasaba la vida por delante fotograma a fotograma.
Y s¨ª, actualmente tenemos m¨®viles y el ¡®gritting¡¯ ya no es tan necesario pero, en mi ¨¦poca, funcionaba la mar de bien.
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