Conspiranoicos sabelotodo
Nunca hab¨ªa visto a tantas personas por metro cuadrado en posesi¨®n de secretos fundamentales para la Humanidad
¡°Las chicas malas del sistema escuchamos a Bos¨¦¡±, dice la camiseta de una mujer de mediana edad que revolotea por aqu¨ª. Miguel Bos¨¦ apoy¨® la manifestaci¨®n (¡°yo soy la Resistencia¡±, dijo en Internet), pero no se le ve por ninguna parte. El que s¨ª est¨¢ es el curandero Josep P¨¤mies, que con unos hierbajos te resuelve el SIDA y el c¨¢ncer. ¡°El di¨®xido de cloro es la cura¡±, a?ade una joven en su pancarta. Caray, no s¨¦ si esto parece una farmacia o un after hours. Excepto por los antivacunas, muy representados, que no quieren meterse nada. Definitivamente: es un circo.
En la manifestaci¨®n conspiranoica de Col¨®n hay de todo, menos cordura. Estos colectivos deber¨ªan articular de manera ordenada y coherente su mensaje, porque sale uno de aqu¨ª con un cacao importante. Encima han tra¨ªdo un equipo de sonido de juguete que no se oye. Algunos se han tirado a la fuente para salpicar con agua a los periodistas. Hubo cl¨¢sicos de la manisfetolog¨ªa: ¡°polic¨ªa ¨²nete¡±, ¡°televisi¨®n, manipulaci¨®n¡±. Mascarillas, pocas; distancia, ajustadita. Se la van a cargar.
Las masas saludan ir¨®nicamente al helic¨®ptero policial. ¡°Los polic¨ªas deber¨ªan ponerse a temblar¡±, ilustra un joven a sus amigos, ¡°pronto los sustituir¨¢n por robots¡±. Otra, muy segura, apunta: ¡°Habr¨¢ un dron vigilando cada casa¡±. Nunca hab¨ªa visto a tantas personas por metro cuadrado en posesi¨®n de secretos fundamentales para la Humanidad. Tantos ¡°despiertos¡±. Est¨¢n hasta los rebeldes ricos de la cacerola de N¨²?ez de Balboa. Eso s¨ª, sobre el paradero de Bos¨¦ pesa el m¨¢s profundo misterio.
No debemos caer en este relativismo posmoderno, en este irracionalismo orgulloso o, incluso, regresar a posturas precient¨ªficas, supersticiosas y oscurantistas
En este mercadillo de sinsentidos, uno, con un altavoz, explica que el coronavirus no existe, porque nadie lo ha visto (yo mismo lo he visto al criomicroscopio en el Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa: es muy bonito). Luego ese mismo se?or dice que en un alto porcentaje de las v¨ªctimas no se detecta el virus (pero, entonces, ?existe o no existe?). Luego, que sin s¨ªntomas no hay enfermedad: las enfermedades asintom¨¢ticas son imposibles. Otros vienen con la revelaci¨®n de que es el ¡°virus del Partido Comunista Chino¡±. Por supuesto: chips, 5G, Club Bilderberg, masoner¨ªa, Bill Gates y George Soros, pero eso ya casi resulta aburrido.
Unos raperos ponen bajos gordos en los bafles y portan long boards. Un grupo de drag queens y hardnighters reivindican con colores chillones y bien de maquillaje el regreso de la vida nocturna. Jipis de mediana edad, profetas, alucinados. ¡°Yo no veo la tele desde hace dos a?os¡±, confiesa una joven, ¡°bueno, algunos documentales de La 2, que son interesantes¡±.
Es cierto que la Modernidad ilustrada nos ha llevado a nuevas formas de dominaci¨®n y destrucci¨®n del planeta, pero no por ello debemos caer en este relativismo posmoderno, en este irracionalismo orgulloso o, incluso, regresar a posturas precient¨ªficas, supersticiosas y oscurantistas. ¡°El conocimiento te hace soberano¡±, lleva un se?or escrito en la camiseta. Hay que joderse.
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