Las 10 de... Mecano
Las tensiones internas les hicieron competitivos y, mientras se aguantaron, mejores. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, siguen siendo objeto de tarareo intergeneracional
Como buen 7 de septiembre, no nos hemos podido resistir las ganas de hacer la gracia. Ah¨ª radica la fuerza no ya del destino, sino de una canci¨®n: convertirse en parte de nuestra cotidianidad, de nuestro lenguaje. Entre 1981 y 1992, Mecano fueron sencillamente ubicuos. Tanto como para que, casi tres d¨¦cadas despu¨¦s, y pese a la poca relevancia de sus trayectorias en solitario, la huella de Ana, Jos¨¦ Mar¨ªa y Nacho siga presente incluso entre quienes no hab¨ªan nacido cuando ellos contaban por millones las ventas de sus ¨¢lbumes. Hoy no podemos besarnos ni en la cara ni en los labios, la disyuntiva que planteaba 7 de septiembre. Pero s¨ª repasar cl¨¢sicos¡ y sorpresas.
Quiero vivir en la ciudad
(Cara B de Hoy no me puedo levantar, 1981)
Nunca se public¨® en LP y qued¨® oscurecido por su celeb¨¦rrima cara A, pero tiene mucho desparpajo y es el ¨²nico tema firmado a medias por los luego irreconciliables Jos¨¦ Mar¨ªa y Nacho Cano, adem¨¢s de contar con las voces de ambos. Un cuarto de siglo despu¨¦s encajar¨ªa como anillo al dedo en el musical Hoy no me puedo levantar.
Perdido en mi habitaci¨®n
(De Mecano, 1982)
En aquel rutilante ¨¢lbum de debut se hicieron popular¨ªsimas Maquillaje y Me col¨¦ en una fiesta, pero puede que este sea el single m¨¢s meritorio en t¨¦rminos musicales. Cr¨®nica de nihilismo juvenil, Nacho encontr¨® un patr¨®n muy original: comienza con estribillo y le siguen dos puentes.
Barco a Venus
(De ?D¨®nde est¨¢ el pa¨ªs de las hadas?, 1983)
Su t¨ªtulo de trabajo era Yonqui y alude, metaf¨®rica pero n¨ªtidamente, a los peligros de las drogas. M¨¢s en un momento en que su autor, Nacho Cano, se pon¨ªa ¡°hasta arriba de todo, menos de caballo¡±, seg¨²n declaraciones a Javier Adrados y el a?orado Carlos del Amo para la biograf¨ªa La fuerza del destino (2004).
No controles
(Ol¨¦ Ol¨¦. De Ol¨¦ Ol¨¦, 1983)
Inaudito. Nacho Cano se siente tan sobrado de fuerzas que ofrece este zambombazo de tecno-pop a los reci¨¦n nacidos Ol¨¦ Ol¨¦. El peque?o de los hermanos ya hab¨ªa producido a La Betty Troupe, pero en esta ocasi¨®n quiso involucrarse tambi¨¦n en el repertorio. No controles ni siquiera pas¨® por La Isla de Gaby, el local de ensayo de Mecano, y Ana Torroja se qued¨® entre at¨®nita y furiosa al escucharla. No entend¨ªa que el grupo se quedase sin tan evidente joya, y menos a¨²n que su autor se la ofreciera a una banda con cantante femenina, Vicky Larraz. Es la canci¨®n que m¨¢s derechos de autor le ha generado a Nacho.
Jap¨®n
(De Ya viene el sol, 1984)
El primer y casi olvidado sencillo de un disco muy dubitativo al que la cr¨ªtica despedaz¨®. Sin embargo, simboliza la fascinaci¨®n de Nacho Cano por el teclado-sampleador Fairlight, y su sonido industrial (muy similar al de Master and servant, de Depeche Mode) supone un gigantesco paso adelante en t¨¦rminos de creatividad. La compa?¨ªa ech¨® el resto aceptando la (ruinosa) idea de que el videoclip se grabara en Tokio.
Hijo de la luna
(De Entre el cielo y el suelo, 1986)
Eran un tr¨ªo casi desahuciado y CBS tira la toalla, pero el fichaje por BMG-Ariola representa el gran salto a la madurez. Y el momento en que Jos¨¦ Mar¨ªa, hasta entonces muy relegado (pese a Hawaii Bombay o Aire), se doctora como autor. Junto a Cruz de navajas y la muy poco conocida El romance de la ni?a Mari Luz, formaba parte de un proyecto de disco para Isabel Pantoja que la tonadillera desech¨®. Jos¨¦ Mar¨ªa se hizo de oro, literalmente: entre las docenas de versiones y adaptaciones, las hay en dan¨¦s o en ?corso!
Los amantes
(De Descanso dominical, 1988)
El mejor Nacho adulto, afrontando una producci¨®n rutilante al servicio de un autorretrato en el que su altivo perfil de conquistador se ve suavizado por un divertido contrapunto de parodia (¡°Este trovador se est¨¢ asando de calor¡±). Ha envejecido mucho mejor que las ligeramente irritantes Un a?o m¨¢s o La fuerza del destino (la de ¡°T¨² contestastes que no¡±).
Laika
(De Descanso dominical, 1988)
Pese a ser uno de los tres temas que solo aparec¨ªan en el CD y se suprimieron para el vinilo, se convirti¨® en debilidad entre los fans. Esta oda a la perrita espacial rusa defini¨® una ins¨®lita l¨ªnea de temas hist¨®ricos, junto a H¨¦roes de la Ant¨¢rtida (sobre el capit¨¢n Scott) o ¡°Eungenio¡± Salvador Dal¨ª.
Una rosa es una rosa
(De Aidalai, 1991)
Al igual que su antecesor, el sexto y casi definitivo LP tambi¨¦n super¨® con holgura el mill¨®n de ejemplares. Repertorio cada vez m¨¢s dispar y ecl¨¦ctico, con esta excelente rumba de Jos¨¦ Mar¨ªa convertida en una de las canciones m¨¢s bailadas en el verano m¨¢gico del 92. Marif¨¦ de Triana asesor¨® a Ana Torroja para que supiera aflamencar su voz y el videoclip sirvi¨® como escaparate para un joven y desconocido bailaor que enamor¨® al mundo: Joaqu¨ªn Cort¨¦s.
Stereosexual
(De Ana/Jose/Nacho, 1998)
Una doble antolog¨ªa a modo de reencuentro, espejismo que dur¨® apenas unos meses. De los siete cortes nuevos, este alegato de Jos¨¦ sobre la ambig¨¹edad sexual era el m¨¢s potable, pese a que su autor acabar¨ªa reconociendo que proven¨ªa de los tiempos de Aidalai y entonces ni siquiera lleg¨® a proponerlo.
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