D¨ªaz Ayuso, una gesti¨®n marcada por las dimisiones, la falta de rastreadores y la sanidad desbordada
Del cierre de la regi¨®n al uso de la mascarilla, Madrid se ha convertido en el epicentro de la pandemia mientras su Ejecutivo chocaba con el Gobierno de S¨¢nchez en casi todas las decisiones
El 7 de mayo, Yolanda Fuentes dimiti¨® como directora general de Salud P¨²blica de la Comunidad de Madrid en protesta por la gesti¨®n de una pandemia que hasta ahora se ha cobrado al menos 15.920 vidas en la regi¨®n. Ese paso a un lado no tiene comparaci¨®n en ninguna otra regi¨®n de Espa?a, por la importancia del cargo y la incidencia de la enfermedad en el territorio, y resume c¨®mo el Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso ha afrontado de pol¨¦mica en pol¨¦mica el reto de frenar la expansi¨®n de una enfermedad de la que ya se han contagiado m¨¢s de 181.000 personas en Madrid. Como dijo la propia presidenta el mi¨¦rcoles, durante el debate del estado de la regi¨®n: ¡°No estoy orgullosa de nada¡±.
Madrid hizo p¨²blico su primer contagio el 25 de febrero. Desde entonces, ¨¦xitos como el r¨¢pido cierre de los colegios en marzo, la construcci¨®n en tiempo r¨¦cord del hospital de campa?a de Ifema, la apertura de hoteles medicalizados, o la llegada de decenas de aviones con equipos de protecci¨®n, han sido engullidos por miles de pol¨¦micas, adem¨¢s de por la estrategia de confrontar constantemente con el Gobierno central para responsabilizarle de los problemas de Madrid (¡°Lleva meses usando a S¨¢nchez como excusa para no ejercer su responsabilidad¡±, lleg¨® a espetarle Roc¨ªo Monasterio, de Vox, a D¨ªaz Ayuso). Estos son los principales ejemplos.
El confinamiento de Madrid y el estado de alarma. "Madrid no se va a cerrar. Es un bulo que perjudica gravemente a la econom¨ªa¡±, dec¨ªa D¨ªaz Ayuso el 11 de marzo. El 12, tras desvelar EL PA?S que el Ejecutivo ten¨ªa un plan al respecto, la presidenta deleg¨® toda la responsabilidad en Pedro S¨¢nchez: ¡°Deber¨ªa ser el Gobierno de Espa?a, y no s¨¦ c¨®mo se hace, no s¨¦ c¨®mo se cierra Madrid, no s¨¦ c¨®mo se cierra¡±. El presidente del Gobierno anunci¨® la activaci¨®n del estado de alarma el 14, y sac¨® adelante sucesivas pr¨®rrogas hasta el 21 de junio. Durante ese periodo, D¨ªaz Ayuso se quej¨® de no poder gestionar con completa autonom¨ªa. Cuando decay¨® el estado de alarma, acus¨® al Ejecutivo central de desentenderse de la situaci¨®n. ¡°No se puede pasar del estado de alarma a la nada¡±.
Las 6.000 muertes en residencias. En los 710 centros sociosanitarios de la Comunidad han muerto 6.000 personas con coronavirus o sintomatolog¨ªa compatible durante la crisis. La falta de medidas llev¨® al consejero de Pol¨ªticas Sociales a pedir ayuda al Ejecutivo central, y a enfrentarse con su compa?ero de Sanidad por no medicalizar los centros, como tambi¨¦n le lleg¨® a reclamar la justicia a la comunidad. El Gobierno de D¨ªaz Ayuso intent¨® responsabilizar al vicepresidente nacional, Pablo Iglesias, de la situaci¨®n, asegurando que las competencias eran suyas, pese a que la orden ministerial que regula esta materia mantuvo la responsabilidad en las comunidades.
¡°Yo sigo pensando que la responsabilidad de las residencias est¨¢ aqu¨ª, est¨¢ en esta comunidad aut¨®noma, y est¨¢ en esta consejer¨ªa¡±, tuvo que terciar Alberto Reyero, el consejero de Pol¨ªticas Sociales de D¨ªaz Ayuso, nombrado por Cs.
El Ejecutivo, adem¨¢s, puso en marcha la ¡°operaci¨®n bicho¡±, expresi¨®n usada por la persona sin experiencia a quien se encomend¨® la salud de casi 50.000 ancianos, Encarnaci¨®n Burgue?o, con la que la Administraci¨®n no ha reconocido luego ning¨²n v¨ªnculo formal. Su apellido no es un apellido cualquiera. Su padre, Antonio Burgue?o, impulsor de la privatizaci¨®n de la sanidad madrile?a en tiempos de Ignacio Gonz¨¢lez, tambi¨¦n fue convocado por D¨ªaz Ayuso para asesorarla en la gesti¨®n de la pandemia.
Hasta el 6 de abril, reconoci¨® Carlos Mur de Vi¨², el ya destituido director de coordinaci¨®n sociosanitaria, no hubo suficiente personal para medicalizar las residencias.
Sin equipos de protecci¨®n. El avance de la enfermedad descubri¨® a Espa?a sin las mascarillas, guantes y batas suficientes para proteger a los sanitarios. Madrid no fue una excepci¨®n. S¨ª hubo hechos diferenciales: el Gobierno regional acus¨® al central de retenerle material en las aduanas, y de no proporcionarle tanto como anunciaba; y prometi¨® la llegada inminente de un avi¨®n cargado de equipos de protecci¨®n desde China que luego tard¨® diez d¨ªas en llegar. Desde entonces han aterrizado una veintena, con miles de tonelada de material.
Como en el resto de comunidades, a Madrid lleg¨® material defectuoso o no avalado por la normativa europea del que el Gobierno regional era responsable, aunque se neg¨® a reconocerlo mientras que s¨ª culp¨® al Gobierno central cuando fue este el que lo proporcion¨®.
Sin rastreadores. Madrid arranc¨® la crisis con una cuarentena de especialistas en localizar a los contactos de los nuevos contagiados para evaluar su situaci¨®n y cortar la cadena de infecciones. Desde entonces, su n¨²mero siempre ha sido muy inferior al que recomiendan todos los expertos y especialistas y organismos internacionales (el Gobierno aduce que la ratio no debe establecerse con la poblaci¨®n total, sino con los contagiados detectados). De hecho, Madrid dijo empezar agosto con alrededor de 400 rastreadores para una poblaci¨®n de casi siete millones de habitantes. Ahora, con la pandemia disparada, y tras no aceptar el ofrecimiento de aportar miles de investigadores hecho por el colegio de m¨¦dicos o los ayuntamientos de Madrid y Tres Cantos, la comunidad dice tener 850 y aspira a llegar a superar de 1.000 a mediados de oto?o. En medio, ha tenido que pedirle 150 al Ej¨¦rcito, ha contratado a una veintena por 200.000 euros en el sector privado, y ha invitado a universitarios a que se unieran como voluntarios que no cobrar¨ªan ning¨²n sueldo. Desde que comenz¨® esa b¨²squeda a la desesperada en julio, Madrid no ha vuelto a especificar cu¨¢nta gente se dedica al rastreo (una investigaci¨®n epidemiol¨®gica en profundidad) y cu¨¢ntos al seguimiento telef¨®nico de los contactos (el CAP).
No obligar a usar mascarillas. Madrid, con Canarias, fue la ¨²ltima comunidad aut¨®noma en obligar a usar mascarilla en todo momento, pese a que es uno de los medios m¨¢s eficaces para detener la expansi¨®n del virus. ?C¨®mo justific¨® hacerlo? La culpa, explic¨® el portavoz Ignacio Aguado, era del Gobierno central, que les llevaba a tomar la decisi¨®n por la supuesta falta de controles a los pasajeros de vuelos internacionales de Barajas (se registra su documentaci¨®n, se les toma la temperatura y pasan un examen ocular). Adem¨¢s, D¨ªaz Ayuso tambi¨¦n ha propuesto una pol¨¦mica cartilla covid que facilitar¨ªa lograr empleo al permitir conocer la inmunidad del aspirante al virus.
El aeropuerto de Barajas, en la diana. Una vez superada la primera oleada de la pandemia, D¨ªaz Ayuso puso en su diana el aeropuerto de Barajas, y alert¨® al Gobierno de que por ah¨ª pod¨ªan llegar contagiados que originaran rebrotes en la regi¨®n. Como las medidas arbitradas por La Moncloa no le han parecido suficientes, la presidenta de Madrid sigue reclamando PCR en origen a los viajeros, y un protocolo m¨¢s estricto. ¡°Barajas es un coladero¡±, ha sido el lema gubernamental. Entre el 11 de mayo y el 13 de septiembre, Sanidad ha localizado a un total de 154 pasajeros internaciones de Barajas infectados, a lo que se a?ade el c¨¢lculo de 300 asintom¨¢ticos aterrizados, hecho por el consejero Ruiz-Escudero a mediados de agosto. En medio, Madrid ha acumulado 50.000 casos solo en agosto, y m¨¢s de 20.000 la semana pasada.
Retrasos en los resultados de los test. Mientras los epidemi¨®logos criticaban que Madrid emprendiera un programa de miles de test de coronavirus en los distritos y municipios m¨¢s afectados por el virus, algunos laboratorios, como los del hospital Cl¨ªnico, tardaban decenas de d¨ªas en dar el resultado de la prueba por falta de reactivos en el laboratorio. Aunque la regi¨®n hace ahora unas 115.000 pruebas semanales, su capacidad de an¨¢lisis se vio comprometida por el n¨²mero de posibles casos durante meses. Adem¨¢s, sus dirigentes vienen dando el dato de 150.000 semanales realizados en sus comparecencias semanales, una cifra que jam¨¢s ha alcanzado la comunidad, seg¨²n el balance del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
Una atenci¨®n primaria desbordada. Desde febrero hasta hoy, ning¨²n sistema asistencial ha sufrido m¨¢s que la atenci¨®n primaria el tsunami de pacientes provocado por el coronavirus. Atienden a m¨¢s de 80 pacientes por turno de media, seg¨²n los sindicatos. Cubren con su esfuerzo un d¨¦ficit de 600 m¨¦dicos de familia y m¨¢s de 150 pediatras, seg¨²n sus representantes. Para paliar esos problemas, D¨ªaz Ayuso acaba de prometer que invertir¨¢ 80 millones en los pr¨®ximos tres a?os, a raz¨®n de 26,6 cada a?o. ?El problema? Su propio pacto de gobierno con Cs recoge que deber¨ªan ser 30 anuales. La infradotaci¨®n de los hospitales, unida a las bajas por contagio, someti¨® a una tensi¨®n terrible a m¨¦dicos y enfermeras, obligando a contratar a 10.000.
Un nuevo hospital en lugar de mejorar los existentes. D¨ªaz Ayuso ha decidido gastar 50 millones de euros en construir un hospital especializado en pandemias en lugar de emplear ese dinero en reformar los existentes y mejorar sus plantillas. La infraestructura, que debe estar lista a lo largo del oto?o, contar¨ªa con una capacidad inferior al n¨²mero de hospitalizados que hay ahora mismo por covid en Madrid (2.761), y ha provocado las protestas de los profesionales. De hecho, el Gobierno afronta ahora huelgas de m¨¦dicos y profesores por su planificaci¨®n. Los MIR ya tuvieron que movilizarse para mejorar sus condiciones de trabajo.
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