¡°Se trataba de no cerrar toda Fuenlabrada, por ejemplo¡±
D¨ªaz Ayuso vivi¨® con m¨¢xima tensi¨®n y discrepancias con sus socios pol¨ªticos los d¨ªas previos a la crucial decisi¨®n de restringir la movilidad en 37 zonas de Madrid
¡°V¨¦rtigo¡±. ¡°Dolor¡±. ¡°Presi¨®n¡±. ¡°Responsabilidad¡±. Seg¨²n tres personas de su confianza, cada una de esas palabras cuelga del ¨¢nimo de Isabel D¨ªaz Ayuso mientras toma una decisi¨®n sin precedentes: limitar desde este lunes la movilidad de 858.000 personas para frenar al coronavirus en la Comunidad de Madrid. Sus allegados lo describen como ¡°una operaci¨®n de cirug¨ªa¡± porque se centra en las 37 zonas de Madrid m¨¢s afectadas por el virus. Sin embargo, para llegar hasta el quir¨®fano, D¨ªaz Ayuso vive tres d¨ªas de m¨¢xima tensi¨®n en los que su Gobierno sume en la incertidumbre a los ciudadanos ¡ªel mi¨¦rcoles anuncia confinamientos selectivos sin concretarlos¡ª, se encienden todas las alarmas por la situaci¨®n sanitaria y acaba logrando un objetivo largamente deseado: el lunes se reunir¨¢ por primera vez con Pedro S¨¢nchez, el presidente del Gobierno.
¡ªNos estamos fijando en las medidas que han tomado en las islas Baleares.
Es jueves, y Enrique Ruiz-Escudero, el consejero de Sanidad de Madrid, habla tras 24 horas de martirio. La v¨ªspera, mi¨¦rcoles, Antonio Zapatero, su viceconsejero, anuncia ¡°confinamientos selectivos¡± en la regi¨®n, y los portavoces gubernamentales le desmienten inmediatamente. A lo largo de la jornada, el consejero habla con sus hom¨®logos de Castilla-La Mancha y Castilla y Le¨®n, adem¨¢s de con el ministro de Sanidad, Salvador Illa, a los que transmite que, efectivamente, Madrid se prepara para tomar medidas dr¨¢sticas en la l¨ªnea de las adoptadas en Baleares, donde ya se han confinado barrios enteros de Palma, Sant Antoni e Ibiza.
Los consejeros de las comunidades lim¨ªtrofes se interesan vivamente por los cambios. Lo que pase en Madrid, saben todos, acabar¨¢ afectando al resto. Y por eso a lo largo del jueves llaman por tel¨¦fono a Ruiz-Escudero. Le ven ¡°fuerte¡±. Impermeable al ¡°desprop¨®sito¡± del anuncio de Zapatero. ¡°Y sin hacer caso a los comentarios¡±, rematan.
?Qu¨¦ comentarios? ¡°Ciudadanos dice que en Madrid no hay nadie al volante¡±, asegura un interlocutor del PSOE en permanente contacto con sus contrapartes del PP y Ciudadanos, los dos socios del gobierno de coalici¨®n regional. ¡°Ese Gobierno es un polvor¨ªn¡±.
La situaci¨®n, efectivamente, amenaza con descarrilar el jueves. Ignacio Aguado, el vicepresidente regional, protagoniza una comparecencia sin preguntas en la que pide que el Gobierno de Espa?a ¡°se implique de manera contundente¡± en la gesti¨®n de la pandemia. Ni ¨¦l ni su equipo aclaran si lo que est¨¢ solicitando es que se aplique el estado de alarma en la regi¨®n, una opci¨®n que D¨ªaz Ayuso rechaza. La inquietud crece en el PP, que observa con recelos al l¨ªder de Cs desde que el PSOE le lanza una y otra vez cantos de sirena para que se sume a una moci¨®n de censura contra la presidenta.
¡°En el PP de Madrid nos dicen que Aguado es un saltimbanqui, que est¨¢ al regate corto con la pandemia¡±, describe un pol¨ªtico de la formaci¨®n conservadora con ascendiente en la pol¨ªtica nacional y en la auton¨®mica. Ese mismo d¨ªa, todav¨ªa jueves, este interlocutor habla por tel¨¦fono con Ayuso.
¡°Y la vi con un esp¨ªritu animoso, pero como todos los presidentes cuando tienen que tomar decisiones as¨ª: con la responsabilidad de tener que acertar¡±, describe. ¡°?Da mucho v¨¦rtigo!¡±, enfatiza. ¡°Hay que entenderlo. Se vive con mucha presi¨®n. Llamas al alcalde al que le afecta con el tiempo justo para que lo sepa. No te da tiempo a m¨¢s¡±.
D¨ªaz Ayuso, por tanto, ya tiene claro cu¨¢l es el punto de encuentro aceptable en la siempre tensa relaci¨®n entre los criterios de los t¨¦cnicos de sanidad ¡ª¨²nicamente preocupados por la evoluci¨®n de la pandemia¡ª y los de los pol¨ªticos ¡ªque tambi¨¦n tienen que mirar por la econom¨ªa¡ª. La presidenta decide limitar la movilidad de los 858.000 habitantes de seis distritos capitalinos y siete municipios de la comunidad para combatir la expansi¨®n del virus, adem¨¢s de cerrar los parques y jardines y obligar a bajar la persiana a las diez de la noche a los comercios de las 37 zonas afectadas.
M¨¢s medidas pr¨®ximamente
Da igual que la rueda de prensa en la que anunciar¨¢ las medidas se convoque para las 11.30 del d¨ªa siguiente, viernes, que luego se retrase hasta las 13.00, y que finalmente no sea hasta las 17.00. Los cambios de horarios no tienen que ver con tensiones internas en el Ejecutivo, afirma uno de los consejeros m¨¢s cercanos a la presidenta. Al contrario.
Todos en la Real Casa de Correos recuerdan durante esas largas horas de reuniones y m¨¢s reuniones que una orden previa que imped¨ªa fumar en espacios abiertos fue dejada en suspenso por un tribunal. Y se quiere evitar a toda costa un episodio similar.
¡ªEstamos en manos de un juez, recuerda entonces un pol¨ªtico con galones presente en esas reuniones, a las que acude, entre otros, Enrique L¨®pez, exmagistrado del Tribunal Constitucional y hoy consejero de Justicia de D¨ªaz Ayuso, que se desplaza hasta la sede del Gobierno madrile?o, para estudiar al detalle el entramado legal dise?ado por la abogac¨ªa regional y los secretarios generales t¨¦cnicos implicados.
La autorizaci¨®n judicial es preceptiva para que entren en vigor las medidas. L¨®pez cierra su jornada sin tener ninguna duda de la fortaleza legal del proyecto, aunque el s¨¢bado, en una intervenci¨®n p¨²blica, reconoce que el Gobierno ¡°acomodar¨¢¡± sus medidas si un juez as¨ª lo decide, como no puede ser de otra manera.
¡°Fueron horas muy dolorosas¡±, describe una fuente que cuenta con la confianza de D¨ªaz Ayuso. ¡°Dolor, eso es lo que las define¡±, insiste. ¡°Los datos nos dec¨ªan que los contagios est¨¢n disparados en las zonas en peor situaci¨®n econ¨®mica de Madrid. Y es doloroso restringir los movimientos a quienes necesariamente tienen que trabajar¡±, sigue. ¡°Por eso solo se restringe el ocio¡±. Y avisa: ¡°Ha sido una operaci¨®n de cirug¨ªa. Se ha querido evitar, por ejemplo, cerrar Fuenlabrada entera, optando por los dos barrios m¨¢s afectados por la enfermedad. En 15 d¨ªas veremos el resultado, y si hay que ampliar la intervenci¨®n si no funciona¡±.
L¨®pez es el encargado de comunicar las medidas que se van a tomar al delegado del Gobierno, Jos¨¦ Manuel Franco, media hora antes de la rueda de prensa. Y cuando llega ese momento, D¨ªaz Ayuso no da puntada sin hilo: se centra en sentar las bases sobre las que quiere que se desarrolle su cita del lunes con S¨¢nchez.
¡°Necesitamos la fuerza del Estado, las herramientas que no tenemos como Gobierno auton¨®mico, sobre todo en materia de seguridad ciudadana¡±, dice. Y advierte: ¡°El presidente del Gobierno no viene a tutelar, sino a colaborar con la Comunidad de Madrid¡±.
¡°Estamos a tiempo de salvar muchas vidas y de salvar muchos puestos de trabajo¡±, a?ade Aguado, en una estrategia aparentemente coordinada. ¡°Espero que el Gobierno de Espa?a se comprometa a poner los recursos necesarios. Es quien tiene todas las herramientas necesarias. No tenemos tiempo que perder¡±.
La cita de S¨¢nchez con D¨ªaz Ayuso puede marcar un punto de inflexi¨®n en la gesti¨®n de la pandemia. El virus une a dos pol¨ªticos que han expresado sus diferencias en p¨²blico con toda claridad. La presidenta de Madrid, que vive su primera cumbre bilateral con el jefe del Ejecutivo, aspira a algo m¨¢s que una foto. Lograr m¨¢s rastreadores o implicar a la polic¨ªa nacional en el control de las zonas confinadas ya se da por hecho. Lo que persigue D¨ªaz Ayuso es el establecimiento de un espacio de colaboraci¨®n entre las dos Administraciones para abordar las consecuencias sanitarias y econ¨®micas de la pandemia.
¡°Que dentro de las discrepancias haya un espacio para colaborar y dialogar¡±, precisan en su equipo.
Ocurrir¨¢ el lunes. Tras ver c¨®mo casi 16.000 personas mor¨ªan en Madrid por coronavirus, los dos Gobiernos buscan soluciones para evitar que la pandemia se desborde de nuevo en la regi¨®n, actuando como motor de una segunda ola que arrase todo el pa¨ªs.
1.500 personas no cumplen la cuarentena en la regi¨®n
Con m¨¢s de 100.000 contagiados en los ¨²ltimos 50 d¨ªas, la Comunidad de Madrid es la regi¨®n en la que crece m¨¢s r¨¢pido la pandemia. Para frenar ese ritmo vertiginoso y evitar que la situaci¨®n derive en un contagio comunitario que vuelva a obligar a confinar toda la regi¨®n, el Ejecutivo de Isabel D¨ªaz Ayuso ha puesto en la diana a las personas que no cumplen con la cuarentena de 14 d¨ªas que garantiza que no contagien el virus tras haber enfermado o por ser contacto estrecho de un positivo.
Hasta 1.500 infractores han sido detectados por los rastreadores del Ejecutivo regional. Estos se enfrentan a sanciones que van de los 3.005 a los 15.025 euros. Y es previsible que la estad¨ªstica de infractores crezca.
El Gobierno de la Comunidad va a reforzar el dispositivo de salud p¨²blica que trabaja en localizar a las personas que deben guardar esa cuarentena e intensificar¨¢ su colaboraci¨®n con las polic¨ªas locales, y la nacional, en las 37 ¨¢reas m¨¢s afectadas por el virus en la regi¨®n.
Madrid, adem¨¢s, ha propuesto al Gobierno de Espa?a que las cuarentenas de 14 d¨ªas se reduzcan a 7. Otras comunidades, como la de Castilla y Le¨®n, estudian si ser¨ªa conveniente aminorar el n¨²mero de jornadas a al menos 10.
Como dijo el consejero de una de las comunidades con m¨¢s casos: ¡°Mejor 7 d¨ªas de cuarentena bien cumplidos, que 10 con salidas constantes y sin cumplir¡±.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
- As¨ª evoluciona la curva del coronavirus en Espa?a y en cada autonom¨ªa
- Buscador: La nueva normalidad por municipios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.