Los del Sur
S¨ª, en el Sur viven m¨¢s inmigrantes porque es m¨¢s barato. Lo que pasa es que solemos llamarles vecinas y vecinos, a algunos amigas, amigos, pap¨¢ o mam¨¢
"Cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar " le dec¨ªa un pasajero en el autob¨²s a otro la semana pasada. Se refer¨ªa a Parla y Fuenlabrada, en donde iban a restringir la movilidad por la incidencia del coronavirus, y al riesgo de que nos afectara de igual forma en Alcorc¨®n. Y ya ha pasado, claro.
Con motivo de lo que est¨¢ sucediendo y de las declaraciones de la presidenta D¨ªaz Ayuso, en las que se?alaba que los contagios ¡°se est¨¢n produciendo, entre otras cosas, por el modo de vida que tiene nuestra inmigraci¨®n en Madrid y por la densidad de poblaci¨®n¡±, decid¨ª preguntar antes de que se hiciera efectiva esta medida c¨®mo se sent¨ªa a la psic¨®loga ecuatoriana Paola Hurtado, que reside en Fuenlabrada junto a su familia. Me coment¨® que estaba asustada, que no entend¨ªa por qu¨¦ solo una parte de la ciudadan¨ªa iba a ver limitadas sus posibilidades de moverse, por qu¨¦ se llenar¨ªa su barrio de polic¨ªas y por qu¨¦, en cambio, si la cifra de contagios era tan preocupante, que sin duda lo es, no se produc¨ªa un aumento parejo en el n¨²mero de sanitarios de los centros m¨¦dicos.
Una semana despu¨¦s, comenta resignada que a partir de hoy los polic¨ªas ya pueden multar , que los bares y comercios est¨¢n m¨¢s vac¨ªos y que su sentimiento de vulnerabilidad no ha desaparecido.
En cuanto al ¡°modo de vida¡± de la gente que vive en el sur de Madrid, migrante o no, algo s¨¦: Aparte de que la renta es m¨¢s baja que en otras zonas, la mayor¨ªa de las personas que vivimos por estos lares tenemos que coger transporte p¨²blico para ir a nuestros puestos de trabajo en la capital, dado que ni Alcorc¨®n ni Fuenlabrada ni Getafe ni Parla son Sillicon Valley. De manera que aqu¨ª no hay unos polos de empleo tremendos, a pesar de los esfuerzos por dejar de ser ciudades dormitorio. Salvo quienes usan (y tienen) veh¨ªculo propio o pueden permitirse teletrabajar, algo harto complicado en determinados sectores, de coger el metro, el autob¨²s o cercan¨ªas un buen rato no nos libra nadie, por tanto, la posibilidad de contagiarnos en hora punta no desaparecer¨¢. Considero que este se?alamiento a determinadas ¨¢reas y grupos humanos lo ¨²nico que hace es echar m¨¢s tierra a los que ya estaban semisepultados. Esto no es un ¡°chirimiri¡±, diluvia sobre mojado, sobre los sitios de los que ¨²nicamente se habla cuando sucede algo malo.
Y s¨ª, en el Sur viven m¨¢s inmigrantes porque es m¨¢s barato. Lo que pasa es que solemos llamarles vecinas y vecinos, a algunos amigas, amigos, pap¨¢ o mam¨¢.
No olvidemos que la narrativa por parte de determinados partidos pol¨ªticos consiste en convertir a las personas que migran, en responsables de la transmisi¨®n de covid19, de quitar los puestos de trabajo y, curioso, al tiempo, de no trabajar pero s¨ª recibir ayudas. Esas mismas voces han celebrado la llegada de turistas, como si estos fueran inmunes a un virus que a estas alturas ya ha dejado bien claro que le traen al pairo las banderas y las fronteras.
La sensaci¨®n que tengo es que esto ha servido para que nos recuerden cu¨¢l es nuestro lugar. Como si no lo supi¨¦ramos.
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