Sin Feria del Libro, pero todav¨ªa con los patos y la cuesta de Moyano
En este a?o de virus, siguen las casetas de madera que llevan abiertas desde 1925, territorio decano de los libreros de Madrid
Si la realidad ya no nos tuviese tan acostumbrados a vivir entre un sobresalto y una nueva incertidumbre, hoy en la nueva normalidad, una derivaci¨®n incierta de la normalidad de siempre, se estar¨ªa celebrando la Feria del Libro de Madrid. Pero la feria m¨¢s famosa de la ciudad se cancel¨® para mayo y para octubre. Estos d¨ªas deber¨ªan verse las casetas de libreros y editoriales en el Paseo de Coches en una estampa at¨ªpica, al no quedar asociada al jubileo primaveral, pero siempre familiar. Esta fiesta es la excusa perfecta para recordarnos que ese invento con tres mil a?os de vida llamado libro lleva regalando ideas y emociones m¨¢s que cualquier otro invento en la historia de la humanidad.
Las hojas rojizas, ocres y amarillas asoman ya por el parque anunciando el oto?o. Un oto?o extra?o, tan extra?o como todo en 2020, aunque, al menos, los patos siguen en El Retiro. Y todos los que han le¨ªdo El guardi¨¢n entre el centeno saben, gracias a Holden Caulfield, que es importante que los patos sigan en el parque. M¨¢s ahora que nada es igual que antes. Como los patos, los libreros de la cuesta de Moyano permanecen en su sitio. Al girar por el Paseo del Prado hacia la pendiente de apenas 200 metros en el cruce con la calle Alfonso XII, se lee un mensaje en la primera de las casetas: ¡°Feria de libros¡±. Suena a proclama tozuda y parad¨®jica a la vez, escrita m¨¢s por cabezoner¨ªa contra la realidad que por verdadero inter¨¦s.
En este a?o de virus, no habr¨¢ Feria del Libro, pero all¨ª siguen esas casetas de madera que llevan abiertas desde 1925. Han visto pasar una rep¨²blica, una guerra civil, una dictadura, una transici¨®n, una democracia, varias crisis econ¨®micas y una pandemia. ¡°Y nunca hemos estado tan mal como hasta ahora¡±, asegura Carmen Rivas, due?a de la caseta 25, la Caseta de la M¨²sica. De las 30 casetas, cuatro est¨¢n cerradas sin salir a subasta p¨²blica y una est¨¢ destinada a una Oficina de Turismo, chapada tambi¨¦n ahora que no hay turismo.
Carmen lleva desde 1972 en la cuesta de Moyano. Primero, junto a su marido Enrique y, despu¨¦s de que falleciera, sola al frente de un espacio especializado en libros de m¨²sica popular y cl¨¢sica, donde biograf¨ªas en castellano descatalogadas de Miles Davis o Bob Dylan descansan junto a otras de Beethoven o Mozart y textos de partituras. Una de sus mejores clientes fue Patti Smith. ¡°Continu¨¦ el trabajo de mi marido por puro romanticismo¡±, confiesa. ¡°Ahora ya no s¨¦ por qu¨¦. Ayer me fui con cero euros. Esto no da¡±, dice se?alando el interior de su caseta, de donde saca un facs¨ªmil de la solicitud que varios escritores -entre ellos P¨ªo Baroja cuya estatua preside la cuesta-, hicieron al Ayuntamiento en 1925 para que los libreros de Moyano, que eran como vendedores ambulantes en la calle al estilo del Rastro, tuviesen espacios para resguardarse de la lluvia y el fr¨ªo. La ciudad les dio unos puestos y no detuvieron su actividad ni durante la guerra, cuando, ante la amenaza de bombardeos, sal¨ªan corriendo a refugiarse al metro de Atocha y, luego, volv¨ªan a abrir sus casetas.
Son casetas con sus caracter¨ªsticos tableros repletos de libros, donde se detienen bibli¨®filos y curiosos a consultar algunos ejemplares tan manoseados como esas parejas de adolescentes que hacen pellas y se sientan en los bancos de piedra del paseo. ¡°No se conoce bien a Moyano¡±, dice Carolina M¨¦ndez, hija y nieta de libreros y heredera de la caseta 30, especializada en c¨®mics, libros infantiles y novedades literarias. S¨ª, novedades. ¡°Aqu¨ª no solo tenemos libros de segunda mano y a 1 euro¡±, explica mientras en su mostrador se ven las ¨²ltimas novelas de Colin Whitehead, Sara Mesa o Arturo P¨¦rez-Reverte, quien ha apoyado la campa?a Soy de la Cuesta, que busca impulsar la actividad cultural de Moyano. ¡°Ser¨ªa una l¨¢stima que el coronavirus se cargara este paseo delicioso e hist¨®rico de la cultura espa?ola¡±, reflexiona Lara S¨¢nchez, presidenta de la Asociaci¨®n de Amigos Feria del Libro de Moyano y detr¨¢s de la campa?a.
Hay cosas de ¡°la calle m¨¢s le¨ªda de Madrid¡±, como la defini¨® Francisco Umbral, que deber¨ªan saberse. Tras abandonar en 2007 la ubicaci¨®n del Paseo del Prado, espacio m¨¢s visible, se instalaron en este pasillo peatonalizado, tan ancho que muchos viandantes no pasan cerca de las casetas. Tampoco tienen lonas para cubrirles de la lluvia y el calor como en Preciados o El Carmen, una de las demandas de los libreros. Aunque la mayor demanda es la bajada del canon (el alquiler) a un precio simb¨®lico, tal y como sucede con los Buquinistas de Par¨ªs. Este a?o, seg¨²n se anunci¨® ayer, no tendr¨¢n que abonarlo, en cumplimiento de uno de los Acuerdos de la Villa adoptados por unanimidad de todos los grupos municipales en el marco de la crisis.
Una buena noticia. Ojal¨¢ se mantenga en el tiempo para hacer ¡°sostenible¡± a Moyano, territorio decano del oficio de librero en Madrid. Un oficio que tiene que enfrentarse al gigante Amazon, ese molino tecnol¨®gico al que acuden much¨ªsimos lectores. ¡°Hacen fotos de nuestros libros y en nuestra cara consultan el precio en Amazon¡±, cuenta Carolina. ¡°Pedimos respeto¡±. En una sociedad en la que cada d¨ªa somos m¨¢s clientes que ciudadanos, m¨¢s c¨®modos que concienciados, quiz¨¢ se haga realidad una distop¨ªa en estos tiempos de distop¨ªas cumplidas. En un d¨ªa como hoy, no se fallar¨¢ el premio Nobel de Literatura sino el premio Amazon de Libros, la Feria del Libro ser¨¢ por videoconferencia y la cuesta de Moyano ser¨¢ un simple paseo al que recordar como a los patos que volaron del parque.
¡°Maneras de vivir¡± es una serie semanal para reflexionar sobre la situaci¨®n de la ciudad y en la que cada jueves daremos voz a los protagonistas an¨®nimos de la cultura madrile?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.