El Madrid que ser¨¢ destruido en diciembre
Tres maquetas de Las Ventas, La Almudena y una enorme del Madrid de los Austrias, supervivientes del extinto Museo de la Ciudad, ir¨¢n a la basura cuando finalice el alquiler de los almacenes donde las guardaba el Ayuntamiento desde 2015

La Almudena, Las Ventas y el Madrid de los Austrias est¨¢n condenados a desaparecer en dos semanas, cuando se rompa el alquiler con los almacenes que manten¨ªa el Ayuntamiento de Madrid en la zona industrial de Coslada, m¨¢s grandes que los de Amazon. La operaci¨®n de mudanza ya ha trasladado todos los enseres que custodiaban a los edificios de Vic¨¢lvaro, m¨¢s baratos. Todos, no. Hay tres maquetas hist¨®ricas de los dos monumentos y de la parte m¨¢s tur¨ªstica de la ciudad que no se han movido de las naves gigantes. Nadie quiere hacerse cargo de ellas y el traslado hasta los nuevos almacenes tiene un coste que el Ayuntamiento no quiere asumir.
¡°Nos da pena porque est¨¢n olvidadas y son tres piezas extraordinarias. Tenemos hasta finales de noviembre para encontrarles un nuevo hogar. Trasladarlo a los nuevos dep¨®sitos es complicado porque son costes que hay que asumir¡±, cuenta Jos¨¦ Bonifacio, el Jefe de los nueve museos municipales y de los casi 200 trabajadores que los mantienen en pie. Contactaron con el Obispado de la ciudad, pero respondieron que no quieren la maqueta de La Almudena. La plaza de toros de Las Ventas tambi¨¦n ha rechazado su versi¨®n a escala reducida, y para la gran pieza de 17 metros cuadrados del Madrid de los Austrias, con el Teatro Real y el Palacio Real como ejes protagonistas, no hay entidad que se haga cargo de semejante pieza.
Tiene casi 30 a?os de edad y necesita una buena limpieza y restauraci¨®n, porque los ¨²ltimos cinco a?os los ha pasado en la oscuridad, lejos de las miradas y de la funci¨®n para la que fue creada en 1991. El alcalde era Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano (1991-2003) y decidi¨® que hab¨ªa que inaugurar un museo en el que se contaran ¡°los elementos que han convertido Madrid en uno de los grandes centros urbanos del mundo¡±, en cinco plantas y con una decena de maquetas. El Museo de la Ciudad (ubicado en el n¨²mero 140 de la calle Pr¨ªncipe de Vergara) naci¨® en 1992 y se cerr¨® veinte a?os despu¨¦s, de manera fulminante, por los recortes y la ¡°falta de calidad¡±. Esas fueron las explicaciones que dio entonces Ana Santos, hoy directora de la Biblioteca Nacional de Espa?a y aquel a?o directora General de Bibliotecas, Archivos y Museos.
¡°Era tan feo que lo llamaban el Museo del Jam¨®n. Ten¨ªa una museograf¨ªa terror¨ªfica, con una iluminaci¨®n imposible¡±, apunta sobre el desaparecido centro Jes¨²s Moreno, uno de los dise?adores de museos m¨¢s reconocidos de Espa?a. Recuerda los suelos de m¨¢rmol y las barandillas cromadas en oro. No era un espacio habilitado para un museo, pero Espa?a viv¨ªa la burbuja de los museos a pleno rendimiento. En cuanto lo vaciaron, se convirti¨® en oficinas municipales. Moreno no olvida tampoco aquellas impresionantes maquetas de madera, pl¨¢stico, metal y pintura. ¡°Es importante que se conserven porque tienen un valor hist¨®rico. Antes se encargaban mucho, pero son piezas que los museos ya no usan, porque han sido sustituidas por las aplicaciones digitales¡±, explica Moreno. Jos¨¦ Bonifacio confirma este aspecto. En los museos municipales, que en 2019 recibieron un mill¨®n de visitantes, los recorridos did¨¢cticos que se hacen por la ciudad son audiovisuales en 3D, desde poblados de la Edad del Hierro a las calles contempor¨¢neas. ¡°Ahora todo es pantalla¡±, resume.

Otras maquetas como la de la Puerta de Alcal¨¢ o la de la estatua de Crist¨®bal Col¨®n de la plaza que lleva su nombre, s¨ª encontraron due?os. Cuando no exist¨ªa el Google Maps, la maqueta era la mejor manera de explicar la ciudad y se experimentaba como un elemento cautivador de la vida cotidiana a peque?a escala. La visi¨®n id¨ªlica de una ciudad a la que se le han extirpado los problemas y ha quedado en paz, sin contaminaci¨®n, sin tr¨¢fico, sin corrupci¨®n, sin desahucios, sin colas del hambre y, claro, sin paro. El maquinista Homero Men¨¦ndez hizo por encargo del consistorio, en 1991, una ciudad tan perfecta que parece muerta. Una urbe en la que han desaparecido las personas y se ha convertido en un decorado tur¨ªstico. Al fondo asoma Plaza de Espa?a, la estaci¨®n de Pr¨ªncipe P¨ªo, el Campo del Moro, Palacio, el Viaducto, La Latina¡
¡°No tengo un puto duro. Tengo 76 a?os, llevo trabajando toda la vida y as¨ª me encuentro. Desde hace cuatro a?os nadie me encarga maquetas, pero estoy trabajando en una reproducci¨®n de Santa Mar¨ªa del Naranco de dos metros de altura¡±, contesta al otro lado del tel¨¦fono Homero Men¨¦ndez. Recuerda el encargo del Museo de la Ciudad, hizo tantas maquetas que trabajaron con ¨¦l 15 personas durante m¨¢s de un a?o. Por eso no est¨¢ muy contento con el Madrid de los Austrias que hizo, porque solo mide 70 cent¨ªmetros de alto y a ¨¦l le gusta una escala mayor. Como la ciudad de cinco metros que cruzaba King Kong para un famoso anuncio de Audi. Tambi¨¦n ha participado en el cine con piezas para pel¨ªculas como Torrente 2: misi¨®n en Marbella (2001). Cuenta que empez¨® en esto del modelismo haciendo barcos. ¡°Porque soy asturiano¡±, dice Homero, que ha trabajado para museos de Jap¨®n y Emiratos ?rabes. Es el creador de mundos paralelos y solo se da por satisfecho cuando la copia de la realidad es exacta. ¡°Pero no me llames artista, yo soy un artesano¡±, y se despide.
?Cu¨¢nto cuesta esta reproducci¨®n diminuta de m¨¢s de cinco metros de ancho, casi cuatro metros de profundidad, tan hiperrealista como un cuadro de Antonio L¨®pez del Madrid deshabitado? 500 euros. Es la cantidad que figura en el inventario de entrada en los almacenes, con fecha y firma de 2015. Ese es el valor que tasa la conservadora municipal que redact¨® el informe y en el que asegura que la maqueta, arrinconada bajo pl¨¢sticos en unos almacenes perdidos en el extrarradio, ¡°hoy ha perdido la funci¨®n did¨¢ctica¡±. La sentencia de muerte la dicta unas l¨ªneas m¨¢s abajo, cuando escribe sobre esta impresionante reproducci¨®n de la ciudad que no hay que considerarla un bien mueble a proteger. Es decir, no tiene valor art¨ªstico y por eso no est¨¢ incluida en la catalogaci¨®n de piezas art¨ªsticas, ni hist¨®ricas. Solo es una ¡°maqueta did¨¢ctica¡±.

¡°Claro que las maquetas son una obra de arte. Yo me veo como un artista trabajando en una escultura¡±, sostiene Juan Antonio Hern¨¢ndez Le¨®n, con una experiencia de m¨¢s de dos d¨¦cadas como maquetista construyendo un mundo de bolsillo. ¡°Aunque ahora los museos tienden a digitalizarlo todo, el ojo humano sigue deleit¨¢ndose con las maquetas. Son cautivadoras, por ejemplo, con los ni?os. En una visita a un museo lo primero que miran son las pantallas, pero donde se cuestionan y se hacen preguntas es ante las maquetas¡±, dice el fundador de la empresa M¨¦trica M¨ªnima. Por eso le ¡°horroriza¡± pensar que estas tres piezas puedan ser destruidas. Para ¨¦l son algo m¨¢s que un recurso did¨¢ctico fuera de juego.
Cuando hace unas semanas un funcionario dio la alarma del fatal desenlace a Mar Espinar, la concejala del PSOE y portavoz de cultura en el Ayuntamiento se puso en contacto con el Museo Tiflol¨®gico de la ONCE. Acudieron al rescate, pero la maqueta est¨¢ construida para ser vista con los ojos, no por el tacto. ¡°Creo que entre todos podemos encontrar un lugar para ellas, lo merecen. Son homenajes en miniatura a la belleza de Madrid¡±, comenta Espinar, que espera cerrar alg¨²n acuerdo de acogida en los d¨ªas que faltan.
La ciudad al alcance de la mano es un imperio diminuto a punto de extinguirse, porque ocupa mucho para lo joven que es. La que construy¨® en 1830 Le¨®n Gil de Palacio -que se exhibe en el Museo de Historia- tambi¨¦n lo fue en alg¨²n momento y ahora es el mejor retrato del lugar en el que vivieron nuestros antepasados. Si la historia no es algo muerto, y la usamos para conocernos a nosotros mismos y comprender a los dem¨¢s, esta maqueta de Homero Men¨¦ndez deber¨ªa salir de ese pl¨¢stico que lo cubre y abandonar el mont¨®n de polvo para volver al presente. Solo un remedio in extremis salvar¨¢ el Madrid de los noventa, aquella ciudad sin gentrificar. Maldita met¨¢fora.
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