Pap¨¢ Noel por Zoom

Pap¨¢ Noel tiene su estudio de grabaci¨®n dentro de un contenedor industrial en el solar de un chatarrero de Legan¨¦s. Su c¨¢mara de v¨ªdeo reposa sobre un tr¨ªpode en un rinc¨®n, apuntando a su mesa de escritorio, su campana, sus cajas de regalo y las primeras cartas de los ni?os. Lo dem¨¢s es la magia de la Navidad, que consigue convertir este humilde barrac¨®n que alquila H¨¦ctor Fuentes en el despacho del se?or Santa Claus de Laponia.

Fuentes tiene 38 a?os y es un animador infantil de origen chileno que se hace llamar ¡°el Payaso Rellenito¡± y trabaja habitualmente con la madrile?a Pilar Carri¨®n, ¡°Purpurina¡±, de 48 a?os. Este 2020 de pandemia ha sido desastroso para su negocio por culpa de las restricciones sociales. Con la idea de salvar la campa?a de Navidad, hace unas semanas se les ocurri¨® grabar mensajes personalizados de v¨ªdeo. Ella es la ¡°Elfa Regalo¡±, una aprendiz patosa que tropieza, se le caen los regalos y es rega?ada por Papa Noel. Luego abren la carta del ni?o, la leen y le ri?en o felicitan por su comportamiento en clase y en casa. Todo dependiendo de lo que soliciten los padres.

En su barrac¨®n, Fuentes hace una demostraci¨®n con una carta de Leire, una peque?a de cinco a?os que le ha pedido un unicornio con maquillaje y el beb¨¦ llor¨®n. Ella le confiesa que se ha portado ¡°regular pero a veces bien¡±.¡°Saludos Leire. Me ha dicho un pajarito que el otro d¨ªa no te comiste la cena¡±, le dice ¨¦l mirando serio a la c¨¢mara. Para rebajar su acento chileno modula la voz y pronuncia las ces como un espa?ol m¨¢s.

¡°Van a quedar flipando¡±, se emociona ¨¦l pensando en la cara que pondr¨¢n los cr¨ªos cuando vean los v¨ªdeos. ¡°Imag¨ªnate t¨² que Pap¨¢ Noel tenga su carta. Van a flipar. Ya no hay duda, Pap¨¢ Noel existe y existe¡±.

Los videomensajes de Pap¨¢ Noel o los Reyes Magos van a ser una novedad de estas navidades at¨ªpicas. A estas alturas del a?o animadores como Fuentes y Carri¨®n sol¨ªan tener una agenda llena de eventos organizados por ayuntamientos o centros comerciales. Pero a un mes de Nochebuena sus empleadores habituales les est¨¢n comunicando que este a?o suspenden los planes de tenerles cerca de los ni?os. Las familias no tendr¨¢n la t¨ªpica foto de los peque?os sentados en el regazo de estos seres de fantas¨ªa, pero en su lugar habr¨¢ alternativas. En Milanuncios y Wallapop se promocionan videollamadas y visitas a domicilio, aunque no est¨¢ claro que estas ¨²ltimas puedan celebrarse. Las llamadas pueden ser grabadas o, un servicio m¨¢s caro, ser reservadas para hacerlas en directo por zoom en Nochebuena o los d¨ªas previos.

Los grandes centros de consumo navide?o tambi¨¦n se han apuntado al fen¨®meno del v¨ªdeo personalizado. Lo ofrecer¨¢n en diciembre Intu Xanad¨² y El Corte Ingl¨¦s. En el caso de esta ¨²ltima ser¨¢ su segundo a?o consecutivo. El centro comercial madrile?o de La Vaguada ha sustituido el trono de Pap¨¢ Noel por uno con mascarilla que andar¨¢ por los pasillos. Su elfo se encargar¨¢ de vigilar que no haya aglomeraciones. Los Reyes Magos s¨ª estar¨¢n sentados para escuchar c¨®mo los ni?os leen sus cartas, pero los peque?os deber¨¢n guardar la distancia de seguridad de dos metros.

El Ayuntamiento de Madrid no ha aclarado a¨²n qu¨¦ va a pasar con la gran cabalgata de Reyes. El alcalde Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Almeida ha dicho en reiteradas ocasiones que sus Majestades de Oriente vendr¨¢n a Madrid pero no ha aclarado c¨®mo. Lo que s¨ª se sabe es que no se celebrar¨¢n las cabalgatas de los distritos.

Se nota que falta alegr¨ªa en las calles del centro de Madrid. En la Puerta del Sol este lunes por la tarde solo hab¨ªa un Pap¨¢ Noel, el peruano Ronald, que se quejaba de que ten¨ªa que esconderse de la polic¨ªa. Los agentes intervienen cada vez que se forma bullicio. Los pocos ni?os que ped¨ªan foto con Santa Claus se la tomaban a dos metros de distancia.

Visitas a domicilios

Ya antes de las videollamadas de Pap¨¢ Noel o los Reyes, Espa?a estaba viviendo una evoluci¨®n hacia las visitas privadas de estos personajes. El chileno Fuentes descubri¨® este mercado hace tres a?os, cuando se dio cuenta de que las familias de dinero de Madrid contrataban la visita de un Santa Claus particular en Nochebuena. A ¨¦l no le choc¨® lo de visitar chal¨¦s de ricos, algo que hace como payaso habitualmente. Lo que le sorprendi¨® fue cu¨¢nto hab¨ªa crecido la popularidad del hombre de leyenda preferido por los ni?os del mundo anglosaj¨®n. Nunca se le hab¨ªa ocurrido ofertar su servicio como Santa Claus porque cuando lleg¨® a Espa?a en 2001 y comenz¨® a dedicarse a la animaci¨®n infantil, Pap¨¢ Noel no era tan popular y el reinado de los Reyes Magos era indiscutible.

Los padres buscan sorprender a sus hijos antes o despu¨¦s de la cena con la irrupci¨®n de Pap¨¢ Noel en el sal¨®n de casa. ?l suele llegar con su saco y sus risotadas ¡°ho, ho, ho¡±, acompa?ado de su Elfa Regalo. Por lo general los adultos se lo guardan en secreto y graban la entra?able escena con sus m¨®viles.

Los peque?os de dos o tres a?os son los m¨¢s impresionados. Se suelen echan a llorar, pero luego cogen confianza y todos juntos cantan un villancico, la elfa les pinta estrellas con purpurina en la cara y les entregan los regalos. A veces les cuesta salir de las casas porque ¨¦l les dice que tiene el trineo en la azotea y los ni?os le persiguen. ¡°La despedida es triste porque hay ni?os que te llegan hasta el alma¡±, cuenta ¨¦l.

Fuentes cuenta que una vez le toc¨® entrar en una casa donde los sorprendidos ten¨ªan 14 o 15 a?os. Se march¨® sin saber si los adolescentes segu¨ªan creyendo en el misterio de Santa Claus o era cachondeo. A¨²n tiene la duda.

Los videomensajes valen 30 euros y duran unos siete minutos. Su hijo Alejandro de 17 a?os le ayuda a grabarlos en el contenedor industrial y luego los edita en el ordenador en su piso de Legan¨¦s. Por ahora nota que hay demanda. Cuando se acerque Nochebuena prev¨¦ que lleguen los directos, por WhatsApp o Zoom. ¡°Este a?o ha sido mal¨ªsimo, mal¨ªsimo. Yo ya estaba a punto de tirar la toalla¡±. ?l, que se divierte con su trabajo como un peque?o m¨¢s, solo va a echar en falta verles el rostro de emoci¨®n.

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