La lucha de los trabajadores de una sala de conciertos para que la m¨²sica en directo sobreviva al coronavirus
El Caf¨¦ Berl¨ªn reabre de forma parcial, tras casi 300 d¨ªas de inactividad forzada. Lograron una crucial rebaja del alquiler durante el cierre, pidieron cr¨¦ditos del ICO y, de momento, solo vuelve un tercio de los empleados
La vida de Antonio S¨¢nchez, t¨¦cnico de sonido de 40 a?os, ha cambiado por completo en los ¨²ltimos nueve meses, desde que no trabaja en los conciertos nocturnos del Caf¨¦ Berl¨ªn. ¡°Antes me acostaba a las siete de la ma?ana y ahora es cuando que me levanto, para estudiar¡±, comenta. La sala ubicada en Costanilla de los ?ngeles, cerca de la plaza de Santo Domingo, abri¨® este viernes por vez primera desde que ces¨® su actividad en marzo, por la crisis del coronavirus. Pero ¨¦l es uno de los trabajadores que seguir¨¢ en ERTE, as¨ª que aprovecha el forzoso tiempo libre para seguir form¨¢ndose.
¡°La parte de la discoteca sigue cerrada y solo ofrecemos conciertos con un tercio del aforo. Abrimos pocas horas, as¨ª que solo vuelven al trabajo 6 de nuestros 21 empleados¡±, cuenta Pato, uno de los due?os del local. ¡°No regresamos para ganar dinero, sino para perder menos de lo que estamos perdiendo ahora. Nos la jugamos, pero es lo ¨²nico que nos queda para que la vida nocturna de Madrid se reactive algo¡±, comenta el empresario. Hace unos a?os, cuando el Caf¨¦ Berl¨ªn estaba en la calle de Jacometrezzo, decidi¨® comprarlo junto a su socio Leandro, con quien regenta la cocteler¨ªa Jose Alfredo. ¡°Vimos que estaba en decadencia, pero somos mel¨®manos y tenemos muchos amigos m¨²sicos y quisimos revivirlo¡±, recuerda.
Para seguir pagando los m¨¢s de 10.000 euros de alquiler del local durante estos casi 300 d¨ªas inactivo, han recurrido a los cr¨¦ditos del avalados por el Instituto de Cr¨¦dito Oficial (ICO) que ha lanzado el Gobierno. ¡°El due?o del local nos hizo una rebaja en el alquiler durante este tiempo. De no haber sido por eso, habr¨ªamos cerrado para siempre¡±, cuenta. En este tiempo no se ha planteado reconvertirse en local de comidas, como han hecho otros negocios similares: ¡°No es nuestra actividad. ?Qui¨¦n va a pedir a un sitio que nunca ha vendido comida cuando puede pedirlo a decenas de sitios que s¨ª tienen experiencia?¡±.
Tambi¨¦n est¨¢n pendientes de recibir ayudas p¨²blica del Plan Aplaude, del Ayuntamiento de la ciudad. La concejala de Cultura Andrea Levy se reuni¨® en julio con La Noche en Vivo, la Asociaci¨®n de Salas de M¨²sica en Directo de Madrid, para anunciar esta medida. La Junta de Gobierno aprob¨® destinar 1,6 millones de euros a subvenciones dirigidas a salas de peque?o formato. ¡°Todav¨ªa no han llegado, por temas burocr¨¢ticos. Y, cuando lo hagan, ser¨¢n todav¨ªa m¨¢s insuficientes de lo que ya eran. Se pensaron entonces para que locales aguantaran parcialmente hasta septiembre. Con suerte, el dinero llegar¨¢ en diciembre o enero¡±, cuenta el gerente de la asociaci¨®n, Javier Olmedo. El 90% de las 54 salas madrile?as que representa llevan cerradas desde marzo.
La reapertura del Caf¨¦ Berl¨ªn ser¨¢ de unas pocas horas a la semana. Sus responsables cuentan con un t¨¦cnico de sonido, alguien para la taquilla y varios camareros. Los dos due?os regresan como empleados, para cubrir el resto de vacantes. ¡°Uno de nosotros estar¨¢ en la puerta, otro de camarero y la limpieza la haremos entre todos¡±, explica. En estas condiciones inauguraron el viernes con Caramelo de Cuba Tr¨ªo, en dos sesiones a las 20 y 22 horas. Tambi¨¦n ofrecer¨¢ doble recital el mi¨¦rcoles 2 de diciembre el cuarteto formado por Juanito Makand¨¦, David Bao, Juan Sebasti¨¢n e Iv¨¢n Ruiz. ¡°Antes, cada noche actuaban dos formaciones diferentes, pero as¨ª logramos que les compense venir a tocar¡±. Los precios de las entradas oscilan entre los 12 y los 20 euros.
Hemos solicitado m¨¢s ayudas, pero no hemos vuelto a saber nada en todo este tiempo. ?No se supone que son de urgencia?Jes¨²s Fraile, encargado de sala del Caf¨¦ Berl¨ªn
Antonio, su t¨¦cnico de sonido todav¨ªa en ERTE, es padre de una ni?a de cinco a?os. Su mujer se dedica al teatro, as¨ª que tambi¨¦n est¨¢ pr¨¢cticamente parada. ¡°Por fortuna nos han demorado la hipoteca durante un a?o, lo que es un peque?o alivio. Si no, hubiera tenido que pedir ayuda a mi familia y mi preocupaci¨®n por el futuro ser¨ªa todav¨ªa mayor de la que es ahora¡±. Formado en Filosof¨ªa, estudi¨® una FP de Imagen y Sonido con 27 a?os. Primero estuvo en la sala Clamores (que sigue cerrada por la crisis sanitaria, como el Costello Club y tantos otros espacios de m¨²sica en directo de la ciudad) y, desde hace casi una d¨¦cada, en el Caf¨¦ Berl¨ªn. Por lo que pueda pasar, ha aplicado a la convocatoria extraordinaria de profesores de secundaria y est¨¢ a la espera de que salgan las listas. Por las tardes estudia con su ordenador, as¨ª que no ha podido asistir a esta extra?a foto de familia.
Quien s¨ª se ha incorporado ya al trabajo es el encargado de sala, Jes¨²s Fraile, de 32 a?os. Lo es desde septiembre de 2019, pero lleva un lustro trabajando para Leandro y Pato. ¡°Empec¨¦ como recogevasos y, poco a poco, he ido ascendiendo. El Berl¨ªn me ha criado en este oficio¡±, dice con una sonrisa. ¡°Est¨¢s acostumbrado a un modo de vida que, con lo que ha pasado, desaparece de la noche a la ma?ana. Con el ERTE recibes el 70%, pero con aportaci¨®n a la seguridad social se queda en m¨¢s o menos la mitad de lo que cobrabas antes¡±, cuenta. Durante estos meses ha ingresado aproximadamente 700 euros al mes, dinero con el que ha tenido que ayudar tambi¨¦n a sus padres. ¡°Son aut¨®nomos de toda la vida, con gastos m¨¢s elevados que los m¨ªos¡±.
Jes¨²s vive con su pareja en el barrio de Prosperidad. Ella es productora de eventos y trabajaba como aut¨®noma, pero ces¨® la actividad porque se cancel¨® todo. ¡°Recibimos en este tiempo la ayuda del alquiler del 2019, lo que ha sido un alivio. Hemos solicitado m¨¢s ayudas, pero no hemos vuelto a saber nada en todo este tiempo. ?No se supone que son de urgencia? Me meto en la web de Ayuntamiento y Comunidad todos los d¨ªas con mi clave PIN, a ver si hay suerte, pero nada¡±. Antes de que ¨¦l regresa al trabajo, su pareja y ¨¦l se plantearon volver a vivir con sus padres o compartir piso. ¡°Estar en ERTE es una incertidumbre muy inc¨®moda. No es como si estuvieras en el paro, que ya sabes que tienes que buscar otro trabajo aunque no haya. En esta situaci¨®n no sab¨ªa qu¨¦ hacer, si empezar a moverme o esperar a que las cosas mejoraran en el Caf¨¦ Berl¨ªn¡±.
No todos los camareros que ten¨ªa el local pueden volver a la sala. Marina Arreghini, de 23 a?os, es una de las que tendr¨¢ que esperar a reincorporarse. Esta argentina criada en Granada lleva cinco a?os en Madrid busc¨¢ndose la vida como actriz. ¡°Desde 2018 vivo del Caf¨¦ Berl¨ªn, mientras me formo y hago c¨¢stings. Pero en estos meses he pasado a cobrar 630 euros de ayuda. Se va casi todo en alquiler y comida. Estoy malviviendo, sin poder hacer cursos ni casi ninguna prueba como actriz, salvo alguna por Zoom. He estado buscando otros trabajos, incluso algo de ni?era cobrando en negro, para poder compaginarlo con el ERTE, pero no ha salido nada¡±, confiesa.
Un sector de empleos ¡°bisagra¡±
Cuando se decret¨® el estado de alarma en marzo, Marina se qued¨® atrapada en Granada. Cuenta que gast¨® sus ahorros pagando 450 euros al mes por una habitaci¨®n en Madrid que no disfrut¨®. ¡°Mi compa?era de piso y yo vivimos en una buhardilla peque?a, pero nos planteamos mudarnos a otro sitio m¨¢s barato. La casera nos ha bajado algo el alquiler, as¨ª que preferimos no arriesgar. Ahora pago 350 euros¡±, comenta. Como le ocurre a otros de sus compa?eros, los peque?os balones de ox¨ªgeno que recibe, aun siendo insuficientes para vivir, les paraliza a la hora de arriesgarse a buscar alternativas. ¡°Me siento estancada y completamente perdida, sin poder avanzar. Me levanto cada ma?ana y me digo ?qu¨¦ hago? Busco trabajo que no hay, no tengo ocio, ni clases a las que acudir¡±. Aunque no desea volver a Granada, es una opci¨®n que ve cada vez est¨¢ m¨¢s inevitable. ¡°Mis padres tienen una empresa que contaba con 15 trabajadores. Iba bastante bien, pero se dedican a construir muebles para bares y hoteles, as¨ª que se han quedado pr¨¢cticamente sin negocio¡±.
La noche est¨¢ siempre bajo sospecha. Hay gimnasios que est¨¢n abiertos, pero una sala de conciertos no puedeGaspar, dj
Gaspar, dj espor¨¢dico del Caf¨¦ Berl¨ªn, de 49 a?os, considera que esta situaci¨®n ha contribuido a ¡°seguir criminalizando al sector del ocio nocturno¡±. Y a que las vidas de gente que trabaja en ¨¦l, como Jes¨²s y su pareja, Marina y sus padres o Antonio y su esposa, est¨¦n en claro riesgo. ¡°Es un sector al que no se nos tiene en cuenta, desde antes de que todo esto ocurriera. La noche est¨¢ siempre bajo sospecha. Hay gimnasios que est¨¢n abiertos, pero una sala de conciertos no puede¡±, protesta. ¡°No olvidemos que el ocio nocturno es uno de los pocos trabajos bisagra. Da la oportunidad a mucha gente del resto de Espa?a a venir a Madrid a formarse y labrarse una carrera en otros ¨¢mbitos, mientras se saca un dinero en un horario compatible con otras actividades. Es una soluci¨®n para aquellos que no pueden permitirse solo estudiar¡±.
Pato, el due?o de la sala, lamenta que una cuesti¨®n de horarios le est¨¦ poniendo la soga en el cuello por el toque de queda impuesto a la medianoche. ¡°Como discoteca entendemos que es imposible mantener la actividad. Pero se podr¨ªan estar ofreciendo conciertos con el p¨²blico sentado hasta las 2 o 3 de la ma?ana. Habr¨ªa menos gente compartiendo espacio que el que hay en el transporte p¨²blico cada ma?ana¡±.
Un sal¨®n, un bar y una clase: as¨ª contagia el coronavirus en el aire
Los interiores son m¨¢s peligrosos, pero es posible minimizar los riesgos si se ponen en juego todas las medidas disponibles para combatir el contagio por aerosoles. Estas son las probabilidades de infecci¨®n en estos tres escenarios cotidianos dependiendo de la ventilaci¨®n, las mascarillas y la duraci¨®n del encuentro.
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